En estas últimas horas, hasta podríamos decir días, se ha generado un paquete de contradicciones en la izquierda, donde nadie sabe como comenzó y como puede terminar. Nos referimos a esa extraña práctica de librar el debate tradicionalmente reservado a la escena pública, cuando bien se pudo realizar en el mano a mano, en la intimidad propia de la reserva individual.
Hace muchos años, cuando la nueva democracia comenzaba a caminar con sonrisas en la cara, el senador comunista Jaime Pérez dijo en una masiva reunión realizada en el Palacio Peñarol, que si tenía que hacerle una crítica a Seregni lo haría en su oído, dando a entender que no quería que su punto de vista llegara hasta los múltiples oídos de la oposición.
Cuando escuché aquel punto de vista de Pérez me sentí identificado, por lo menos en primera instancia. Luego me vinieron las dudas, las idas y venidas, porque también es verdad que la ciudadanía debe tener la posibilidad y el derecho de conocer todas las opiniones, aunque sean encontradas. Las opiniones públicas y las privadas, deben ser de fácil acceso de la ciudadanía. Por lo menos eso…
Estas reflexiones individuales y contradictorias no son parte de una determinada conducta filosófica, sino que tienen mucho que ver con la libertad del individuo y con las posibilidades o no de incidir en el momento de los debates de los generadores de opinión, como pueden ser aquellos que en momentos de crisis y de grandes tensiones, se ven obligados a tener las reservas necesarias para que el intercambio de ideas sea fructífero.
Los permanentes desacuerdos entre el vicepresidente Raúl Sendic y el ministro de Economía Danilo Astori no solo no son trascendentes, sino que a la vez intoxican con sus voces un escenario que debería apuntar a ser el espacio donde se desarrolle la fuerza política en una perspectiva de unidad y de transmisión de ideas.
El gobierno de Tabaré Vázquez aún tiene mucho por caminar, pero ese andar no podrá tener un buen ritmo y un mejor destino si no existe un clima de entendimiento entre los distintos sectores del Frente Amplio; lo que no quiere decir unanimidades.
La propuesta es que la dirigencia de la coalición de izquierda asuma su responsabilidad y geste el camino a nuevas ideas e inquietudes que deben ser puestas sobre la mesa, para que dentro de cinco años la historia sea otra. Y mucho mejor, por cierto.
Por Raúl Legnani
Maestro y Periodista
Urumex80@gmail.com
La ONDA digital Nº 740 (Síganos en Twitter y facebook)
(Síganos en Twitter y Facebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA
Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.
Otros artículos del mismo autor:
- Entrevista realizada por Raúl Legnani al Dr. Enrique Tarigo sobre las elecciones de 1980 durante la Dictadura
- «Lacalle Show» | Nicolás Centurión, Raúl Legnani: en tiempos distintos
- Doctor René Favaloro | Cuando El Cóndor no pudo con el «by-pass solidario»
- Jesús se murió y se fue al Cerro
- Jorge, el ciudadano