_. Esto forma parte de nuestras vidas, un sentimiento, un fuerte deseo de aversión en donde ya no nos quieren más. Trata de no luchar, trata de aceptarlo, no obligues a nadie a que te amé bajo ninguna circunstancia. Date vuelta, llora, y lo mejor toma distancia y despídete con tus mejores palabras. Poco a poco tus recuerdos se irán junto con tus lágrimas.
Hay tiempos, en donde corremos riesgos, a veces somos ingenuos, nos dejamos llevar, creemos saberlo todo, al final del recorrido, nos quedamos vacíos.
En una relación hay varios indicadores, creados por ambos, que se generan al compartir el momento, el instante. Muchas cosas se pueden sentir, cuando ya no te quieren, ese sentimiento no se puede esconder, ni ocultar, eso duele, eso nos hace sufrir. El ejercicio más recomendable es aceptarlo. Debes de ser valiente, honesto contigo mismo, pregúntate que es lo mejor que deseas para tu vida. Algo que deberíamos de tomar en cuenta más a menudo, es que si ya no te aman, lo sabrás aunque no te lo diga, tarde o temprano lo sabrás.
En algún día de aquel verano, a las orillas del mar salado, mis lágrimas comenzaron a rodar muy despacio. Sentí que habías dejado de regalarme aquello que era tan preciado para mí. Aunque me dijeras mil veces que me querías, mi corazón no te creyó. Después de ese verano, me fui despacito, y no volví a verte nunca más.
Quizás tu otra mitad, lo negara todo, absolutamente todo.
Pero hay algo en la vida, de los seres humanos que no podemos ocultar. Nuestras palabras se contradicen con nuestros hechos. Fíjate en sus actitudes, y no tanto en lo que dice, no hay peor acto que decir algo y hacer lo opuesto. Eso genera desconfianza, demasiado miedo, demasiado sufrimiento.
El ser humano como tal, suele revelarse a través de su comportamiento.
Cultivar la reflexión
Obsérvate a ti mismo dentro de la relación, tomate el tiempo de verificar lo que sientes. Si te sientes cómoda o cómodo, quizás hay algo que te molesta, y lo han hablado dos mil veces, pero lamentablemente eso sigue ahí.
La verdad es cruel, pero es así como debes de verla y sentirla. Acepta y triunfaras sobre ti mismo. No seas rehén de tus propias mentiras, se sinceró contigo mismo y abre tu mente y tu corazón a los que te rodean.
Una relación en serio, disfruta de cualquier momento compartido. No importa el lugar, la hora, solo el estar. Nadie huye, no hay excusas, no hay esfuerzo, todo se combina para que funcione. Hay mucha actitud para verse y encontrarse. Siempre hay tiempo para el amor si es verdadero.
“No estés dispuesto con alguien que no esté dispuesto a pasarlo contigo” ( Gabriel García Márquez)
La desconfianza
Al comenzar una nueva conexión entre ambas partes, la desconfianza y los celos, fomentan los malos entendidos. Cuando la desconfianza se apodera y es aun duradera, a pesar de hablarlo una vez más, eso significa que el amor se ido, es más importante desconfiar que colaborar o distribuir el amor que antes si había.
No hay más ayuda, sigue tu camino
No es necesario ayudar como una necesidad de hacerlo, debe de ser fluido, no con esfuerzo, solo para llamar la atención o para que sea devuelto. Al contrario, sale del corazón dar, sin nada a cambio.
Pregúntate a ti mismo, de que me sirve estar juntos, si no podemos contar cuando realmente lo necesitamos. Es mucho sufrimiento estar con alguien al cual ya sabemos que el solo responde por él y nadie más. Continuar así es destructivo y genera muy malos resultados.
Si los abrazos, los besos, las mejores caricias, el sexo, se terminaron hace algún tiempo, y no han vuelto, ya es hora de retirarse.
Si la pasión continua, después de la fase inicial vamos por buen camino, de lo contrario, todo se esfuma, todo se disuelve tan rápido como fue construido.
Toma un descanso
Como todas las cosas en la vida, todo requiere esfuerzo, trabajo, perseverancia. Si te agradaban esos lugares que frecuentabas, pues hazlo, no interesa que estés solo o sola.
Solo disfruta del momento, de cada instante, esos lugares siguen estando ahí, no se van a ir por más que no vuelvas nunca más.
Se sinceró y di hasta aquí llegue, cuando todo llega a su fin, un lugar, un rincón, una canción, unas palabras, todo eso nos lleva a ese instante, nuestra mente recuerda momento felices, nuestras lagrimas comienzan a caer por nuestro rostro. Déjalas salir, ellas te sanaran, y cuando termines, todo será menos pesado, te sentirás más cómodo, tu mochila estará con menos peso, y podrás colocar mejores cosas dentro de ella.
Por último, un buen ejercicio, es continuar la vida, seguir adelante, con actitud. Saber nuestro propósito, tener en claro nuestras metas. Alejarnos de los seres que nos hacen sufrir, no está mal, al contrario es bueno para nuestra salud mental y emocional.
El amor debe de ser demostrado día a día, es un acto de crear un ambiente saludable, sin mentiras, sin reproches, es una gran actitud frente a la vida. Comprende que todo momento es inigualable, no hay otros, es ese, tómalo o déjalo. Utiliza tu tiempo para ser agradecido, por lo que tienes, no tanto por lo que no tienes.
Celebra que alguien este a tu lado, compartiendo su vida con la tuya, es una tarea muy compleja para nosotros los humanos. Trata de ver el sentido mismo de la vida, y de lo que te ha tocado vivir. Haz una lista de las cosas que tienes a favor.
Muchos seres humanos no tienen lo que tú tienes, y lo que tú tienes, quizás otros u otras lo deseen. Fíjate día a día como funcionan tus emociones, no serás alguien más perfecto, pero si alguien más verdadero.
“Cuando ya no te quieran, lo sabrás, aunque no te lo digan. Lo sentirás desde lo más profundo de tu alma, porque la indiferencia jamás pasa desapercibida” (Walter Riso)
Por Marcelo Viera
Columnista de La ONDA digital
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