Las campañas electorales tienen componentes distintos. La búsqueda del triunfo electoral siempre prevé, ejes de campaña de acuerdo a cada coyuntura o al momento del país. Nuestras elecciones departamentales no escaparon a esta regla. A las dificultades propias, a los pendientes de las gestiones anteriores, a los errores, que también cuentan a la hora de establecer nuevos planes se le agregó una buena dosis de incertidumbre económica fruto del retraimiento de la economía en general.
Como parte de impulsar un plan de gobierno para hacerlo creíble y viable es indispensable tener o encontrar los recursos para los mismos. Dado los volúmenes de dinero que se manejan cuando de gobierno se trata lo más común es que se termine apelando a los organismos internacionales de préstamo, quienes luego de evaluar viabilidades, etc., terminan condicionando al organismo que los pide de tal o cual manera. Larga es la experiencia de América en ejemplos.
El Fondo Capital, tiene varias características novedosas. En primer lugar avanza en la Asociación del Estado con privados, con el rol director de éste en el uso de los fondos. Ya está establecido para qué es el dinero. Qué obras se harán y todas ellas fueron concebidas con criterios políticos y no económicos en primer lugar. Convivencia, oportunidades, sustentabilidad y participación democrática fueron los conceptos que guiaron a la elección de las obras.
El segundo aspecto que me parece destacable es que para lograr este tipo de fideicomisos hay que “ser confiable”, por tanto la base de sustentabilidad para obtener los fondos se basa no solo en lo atractivo de la posible rentabilidad sino en la certidumbre para el inversor que cobrará y con rentabilidad. Este fondo le otorgará a los propios Montevideanos la oportunidad de” invertir en sí mismos”. Quien coloque dinero allí lo hará para las obras que están descriptas y lo que es más importante de verificación inmediata y constante. El Gobierno Departamental se compromete en gestión. Los vecinos sabrán si la bahía del Cerro se está realizando, si la unidad alimentaria de Montevideo se efectiviza, si el Centro de Precalificación de residuos o el proyecto Integral de la Cuenca Casavalle o el resto de las obras descriptas se realizan. O sea el gobierno “se juega la ropa” en el éxito o fracaso.
Por estos días el Presupuesto Departamental con el proyecto Fondo Capital incluido llega a la Junta Departamental. Este paso es indispensable para su aprobación. Dando por descontado los votos de la bancada frenteamplista faltan 3 votos para conseguir que la Junta lo apruebe. Aquí interviene la oposición que tendrá que definir que conducta adoptar, si crearle dificultades de gobernabilidad a la Intendencia o viabilizar una batería de obras necesarias para la ciudad y su gente.
Se anuncian por estos días los cabildos abiertos, instrumento creado en el tercer nivel de gobierno, donde los ciudadanos tenemos la posibilidad a través de organizaciones sociales o directamente controlar, peticionar y seguir la marcha de las políticas municipales. Es un buen momento para impulsar la defensa de las obras necesarias. La Intendencia de Montevideo es esencialmente un organismo ejecutivo, debe resolver, concretar obras, hacer mejor la vida de los Montevideanos, sin dinero no hay obras, por esta razón no sería el mejor momento para que la oposición pusiera trabas sino que por el contrario sería un buen gesto “montevideano” que los votos estuvieran y no solo los necesarios sino por todos. Los ciudadanos miraremos a las bancadas, las obras son necesarias, sabremos si la política partidaria o la de todos predomina en sus criterios.
Por Walter Martinez
Columnista uruguayo
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