-La dictadura niega a los héroes verdaderos y ha inventado un héroe guerrillero que nunca existió, ni en 1977 ni en la Ofensiva Final: Daniel Ortega.

La lucha por el fin de la dictadura Ortega-Murillo pasa forzosamente por desenmascarar sus relatos. Saben que la identidad de sus bases tiene raíces en el pasado y que controlando la narrativa de ese pasado —sobre todo ante jóvenes desinformados— manipularán mejor la del futuro. Una de las numerosas falsedades que alimentan todos los días es que ellos fueron los actores principales de la heroica lucha que libró el pueblo y el FSLN de Carlos Fonseca contra la dictadura somocista. Saben que controlar el relato permite manipular el poder sobre la gente. Ése fue el recurso de Stalin y de Hitler. Así, han borrado o ignorado a los héroes verdaderos de la Ofensiva de Octubre e inventado un héroe guerrillero que nunca existió ni ahí ni en ninguna parte de la Ofensiva Final: Daniel Ortega.
Por ello, contar la verdadera historia es también una forma necesaria de lucha.
Ofensivas guerrilleras en las ciudades-
En 1977 se marcó un cambio en la historia de resistencia y lucha del pueblo nicaragüense. La dictadura mantenía la represión en montañas, campos y ciudades aplicando la Ley Marcial y el Estado de Sitio para controlar a la gente y amordazar la libertad de prensa. En febrero de 1977 fue fundada la Escuela de Entrenamiento Básico de Infantería (EEBI), dirigida por el hijo del dictador, Anastasio Somoza Portocarrero (El Chigüín).

El movimiento social seguía en ascenso, pero la censura impedía divulgar las movilizaciones y protestas. A mediados de ese año se produjo un formidable movimiento con marchas y tomas de colegios e iglesias demandando cesar el aislamiento de Tomás Borge y Marcio Jaen. Los presos políticos, hombres y mujeres estaban en huelga de hambre y en Chinandega los campesinos se habían tomado tierras en Rancherías, San José del Obraje y El Meneadero, había importantes huelgas y la oposición cívica continuaba esforzándose para aglutinarse en UDEL. La política de Derechos Humanos, enfatizada por el gobierno norteamericano con el ascenso a la presidencia del demócrata Jimmy Carter (enero 1977), tuvo un impacto en el país, no solo porque el régimen recibió fuertes presiones para moderar la represión, sino porque surgieron organizaciones de derechos humanos que registraron denuncias, en particular, desde la Iglesia Católica, de sacerdotes que actuaban en el campo, sectores socialcristianos y líderes como Reynaldo Antonio Téfel y Pedro Joaquín Chamorro, que enfatizaban en los crímenes que la GN cometía contra los campesinos.
Además, las denuncias contra la represión eran encabezadas por madres de desaparecidos, la Iglesia Católica institucional, organizaciones estudiantiles, sindicatos y sectores de la oposición (UDEL). En el exterior los Comités de Solidaridad hacían cartas y recogían firmas de connotados intelectuales en apoyo de la lucha del pueblo nicaragüense y el sacerdote y poeta Ernesto Cardenal denunció la situación en Estados Unidos, Venezuela y México. Estas acciones políticas crearon brechas en el Congreso de Estados Unidos, donde se demandaba la suspensión de la ayuda norteamericana al régimen somocista. Estas presiones dieron sus frutos, pues el 28 de marzo fue congelada la ayuda de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (AID), y en adelante este país condicionaría su asistencia al régimen somocista.
El 4 de mayo, Somoza respondió con una retórica antiyanqui: Los liberales creemos y practicamos el respeto a los derechos humanos, que fueron promulgados por la Revolución Francesa, y se incorporaron a Nicaragua, mucho antes de que los negros votaran en los EE.UU. (…), que no nos vengan con cuentos diciendo que a nosotros nos mantienen los yanquis en el poder. A este Gobierno son las armas y la fuerza liberal los que lo sostiene. Las presiones dieron sus frutos. El 19 de septiembre Somoza se vio obligado a levantar el Estado de Sitio y la Ley Marcial. A partir de ese momento La Prensa de Pedro Joaquín Chamorro realizó una enorme labor de divulgación de todas las denuncias de asesinatos, muertes, desapariciones, presos, sobre todo en la montaña, silenciadas en los 33 meses de censura.
Ofensivas del FSLN –
Establecida la división del FSLN, las tendencias realizaron esfuerzos por extender sus redes dentro del país, cada quien con sus énfasis. Se multiplicaron las tareas de organización de los estudiantes de secundaria y expresiones de las organizaciones de masas, empujadas por las distintas tendencias que buscaban ampliar su influencia en los sectores populares. La tendencia Guerra Popular Prolongada (GPP), dirigida por Pedro Arauz y Bayardo Arce decidió realizar una ofensiva en las ciudades con ataques tipo comando, y para ello montaron una escuela de entrenamiento en Honduras a finales de 1976.
Ofensiva de la Tendencia Tercerista-
A principios de junio en San José, en la casa de Martha Cañas, colaboradora costarricense del FSLN, la Tendencia Tercerista elaboró el Plan Estratégico para la Ofensiva de Octubre. Participaron Humberto y Daniel Ortega, Víctor Tirado López, Germán Pomares, Plutarco Hernández y Edén Pastora. El plan incluía ataques simultáneos contra los cuarteles GN en Ocotal, Chinandega, Masaya, San Carlos, Rivas y Cárdenas. Se trataba de crear de un espacio en la frontera Sur para instalar un Gobierno Provisional. A mediados de ese mes, Daniel Ortega, Víctor Tirado López y Germán Pomares se reunieron en Honduras para organizar la ofensiva por el Frente Norte. Cuarenta guerrilleros y guerrilleras que participarían en la Ofensiva de Octubre fueron concentrados e instalados en dos campamentos de entrenamiento, ubicados en fincas de colaboradores en Danlí y cerca del Valle del Ángel.
Para realizar la labor de organización y restablecimiento de estructuras terceristas en Ocotal se designó a Heriberto Rodríguez, veterano participante de la guerrilla de Río Coco en 1963, Carlos Manuel Jarquín, originario de Ocotal, y Pastor Montoya, hijo de don Bonifacio Montoya.
A mediados de junio se reunieron clandestinamente en el apartotel San José, quienes en los planes de la Tendencia Tercerista formarían el gobierno revolucionario, que sería anunciado al inicio de la ofensiva militar entonces en preparación. Asistieron Sergio Ramírez, Felipe Mántica, Joaquín Cuadra Chamorro, Emilio Baltodano, Ricardo Coronel, P. Miguel D´Escoto, Fernando Cardenal, Carlos Tünnermann, Arturo Cruz Porras, Casimiro Sotelo, Carlos Gutiérrez y Ernesto (Tito) Castillo. Semanas después, en Cuernavaca, México, estos eligieron presidente a Felipe Mántica y aprobaron el borrador del Programa de Gobierno, que se resumía en cinco puntos clave: un régimen democrático de libertades públicas; abolir a la Guardia de Somoza para organizar un nuevo Ejército nacional; expropiar de todos los bienes de la familia Somoza y sus allegados; transformar el régimen de propiedad, iniciando por la reforma agraria, bajo un sistema de economía mixta; y relaciones de no alineamiento con todos los países del mundo.
Descoordinación e infortunios-
Para el día 12, el mando estaba consciente de que el ataque a Chinandega no se desplegó y fracasó porque los responsables fueron sorprendidos en el puente Los Cabros. El 7 de octubre cayó en ese combate Jorge Sinforoso Bravo Sáenz. El ataque a Masaya tampoco ocurrió por problemas de coordinación. Tampoco se produjo al ataque a Rivas y sólo fue desarmada la minúscula guarnición de Cárdenas, en Rivas. La Junta Provisional, informada de los reveses, se allegó el día 12 a una finca fronteriza, pero no llegaron por desperfectos del vehículo en que viajaban y regresaron a San José, donde escucharon las noticias de los ataques. Fracasado el plan inicial, lejos de amilanarse los notables decidieron mantenerse en la lucha como expresión política de unidad nacional, formando el Grupo de los Doce.
Inicia la Ofensiva-
El 12 de octubre, una columna guerrillera al mando de Daniel Ortega —liberado por el Comando Juan José Quezada (JJQ), el 27 de diciembre de 1974—, y Víctor Tirado López, participante de las guerrillas de Raití-Bocay (1963) y Zinica (1970), entró a Nicaragua procedente de Honduras. El Estado Mayor estaba integrado por GermánPomares (El Danto), obrero agrícola participante de las guerrillas de Raití-Bocay y Pancasán, y uno de los jefes en el Comando JJQ; Joaquín Cuadra, miembro del Comando JJQ, Óscar Benavides (El Camaradita), también liberado por el Comando JJQ y caído en Nueva Guinea en 1979, y Francisco Rivera (El Zorro), combatiente de la montaña y jefe principal de las tres insurrecciones de Estelí.
Esta columna estaba integrada por 22 guerrilleros: Dora María Téllez, entrenada en medicina de guerra, y jefa de la Insurrección de León; Leticia Herrera, integrante del Comando JJQ; Araceli Pérez Darias y Eugenia Monroy, mexicanas, integradas en los Comités de Solidaridad; Esmeraldita Granados y Ramona Campos (Normita), campesinas de Kuskawás; Rosita, obrera de Chinandega; Facundo Picado, veterano luchador en la montaña; Carlos Manuel Jarquín, ocotaleño; Juan Ramón Ramos (Indio Emilio), campesino de Kuskawás, Estanislao García y Alvarito Hernández, de León, los tres habían andado en la montaña con Víctor Tirado.
Asimismo, Ulises Tapia Roa y Luis Rivera Lagos, de Masaya; Cristóbal Vanegas monimboseño; Róger Deshón Argüello, veterano luchador, también había andado en la montaña; Elías Noguera, quien llegó a ser uno de los dirigentes de las insurrecciones de Estelí y luego comandante guerrillero; el ex GN Francisco Chico Ramírez, preso más de seis años por entregar un fusil Garand al FSLN; Víctor Manuel Urbina (El humilde campesino), también de la montaña; Jorge El Cuervo Guerrero, quien se perdió y fue capturado días después, y Carlitos Suárez, campesino integrado a la guerrilla desde niño, quien usó el seudónimo de Guandique en la insurrección de Estelí, donde fue herido. Era hermano de Nelson Suárez, el baqueano más importante de la guerrilla de la montaña.
La columna guerrillera del Frente Norte llegó a la Carretera Panamericana entre el 8 y 9 de la noche del 12. Los vehículos en que se transportarían no llegaron y la jefatura decidió montar una emboscada para detener automotores que pasaran, con tan mala suerte que los primeros fueron una patrulla de la GN y civiles somocistas. Al dar el alto, los guardias abrieron fuego y se trabó un combate en el que hubo bajas civiles, pero uno de los vehículos escapó en dirección a Ocotal. Conscientes de que irían a poner la denuncia, se decidió suspender el ataque al cuartel y esperar a la GN que los perseguiría, para emboscarla.
La columna fue dividida en dos y cerca de la hacienda San Fabián se montaron sendas emboscadas. La guardia mandó patrullas al lugar y a eso de las 5 de la mañana del 13 de octubre, cayeron en las celadas. El teniente Guillén intentó subir a una loma escarpada y fue fulminado por Luis Rivera Lagos (Santos), quien lo despojó de su carabina M-2, una pistola y efectos personales. En este combate Dora María Téllez operó como ametralladorista y Leticia Herrera como explosivista. El combate se prolongó varias horas, pero la llegada de aviones Push and Pull, que lanzaron rockets y ametrallaban posiciones de los guerrilleros, los obligaron a retirarse a la Cordillera de Dipilto.
Según el Comunicado Oficial No 18 de la GN, publicado al día siguiente, los buhoneros Emilio Avilés López y Julio Alemán Ortiz, informaron en el comando de Ocotal que en la carretera entre Dipilto y Ocotal encontraron obstáculos y al tratar de evadirlos fueron atacados por cuatro individuos que vestían de overol y boinas verde olivo. El comunicado afirmó que el dueño de la hacienda San Fabián, Salvador Peralta Gutiérrez, hermano del Jefe Político de Ocotal, que viajaba en un jeep con su hijo Rommel Peralta Paz y Róger Ramírez Sevilla, fueron atacados por los guerrilleros. Róger murió. Rommel y Salvador fueron heridos. Una patrulla enviada a averiguar las denuncias fue emboscada, muriendo el subteniente Eliseo Guillén y los alistados Gonzalo Osorio, Agenor González, Santos Alfaro y Danilo Hernández. Fueron heridos el cabo Felipe Rivera, los rasos Filadelfo Cruz, Santos Reyes y el auxiliar Abelino Morales. Total de bajas: 5 muertos y 5 heridos. Civiles muertos 2
Retirada y creación del Frente Norte –
Al atardecer del día 13 en la cordillera de Dipilto, el mando decidió que Daniel Ortega y un grupo de combatientes, entre ellos Leticia Herrera, (embarazada de Camilo), Aracelly Pérez, Eugenia Monroy, regresaran a Honduras. La fuerza principal operaría militarmente en el país. Estaba dirigida por Germán Pomares e integraban el Estado Mayor: Joaquín Cuadra, Óscar Benavides y Francisco Rivera. Entre los demás combatientes estaban: Dora María Téllez, Elías Noguera, Carlos Suárez, Chico Ramírez, Facundo Picado, Juan Ramos, Álvaro Hernández, Ramona Campos, Cristóbal Vanegas, Juan Salgado, Carlitos Suárez, Santana Plata, Carlos Rojas y otros. Tenían la misión de operar ofensivamente sobre posiciones de la GN en el territorio.

La acción más inmediata fue atacar el cuartel de Mozonte, realizada el 15 de octubre. Luego protagonizaron los ataques a San Fernando el 25 y subdivididos en escuadras hicieron acciones de propaganda armada en las haciendas El Volcán y El Amparo, y en las fincas Mi Ilusión, Santa Clara, Las Camelias y El Limón. El 8 de diciembre, una escuadra dirigida por Francisco Rivera se tomó el puesto fronterizo Las Manos. El 18, el grupo dirigido por Joaquín Cuadra ejecutó la emboscada sobre el Puente Lisupo, una de las acciones más relevantes de esta ofensiva. Entre las bajas de la GN estuvo el capitán Humberto Reyes, apodado el Tigre de Waslala, por sus asesinados contra campesinos de esa región.
Ataque al cuartel de San Carlos-
A diferencia de las fuerzas del Frente Norte, la mayor parte de combatientes eran bisoños. Días antes, una docena de jóvenes militantes que vivían en la comunidad de Solentiname habían recibido un rápido entrenamiento militar y fueron movilizados y concentrados en la hacienda La Loma, de la Compañía del Tránsito, donde vivía Carlos Coronel Kautz, gerente de esa empresa, quien se había trasladado a Costa Rica. Ahí se encontrarían con los demás participantes.
A las 3:30 horas de la madrugada del 13 de octubre, grupos guerrilleros gritando ¡Viva el FSLN!, ¡Viva Nicaragua Libre!, ¡Viva San Carlos!, atacaron el cuartel de la GN en San Carlos. El comandante GN de esa plaza era Francisco Fajardo, y el ejecutivo, Manuel Delgadillo. Toda la operación, en la que participaron treinta combatientes, estuvo bajo la responsabilidad de Plutarco Hernández y, a diferencia del Norte, la mayoría no tenían experiencia combativa.
Para este ataque fueron organizadas tres unidades. La Unidad Norte, integrada por Bosco Centeno, Elbis Chavarría, Nubia Arcia y los hermanos Iván, Donald y Gloria Guevara, dispararía al Cuartel por un costado. La Unidad Principal, estaba al mando de José Valdivia (Marvin), con larga experiencia guerrillera y El Chato Medrano, como segundo. Atacaría por el este y se encargaría del asalto al cuartel. Integraban esta unidad los hermanos Alejandro, Julio, Ramón y Miriam Guevara, Laureano Mairena, Felipe Peña, Álvaro Ferrey y Emiliano Torres. La Escuadra Sur, al mando de Richard Lugo y William Ferrey, aniquilaría a guardias fuera del comando.

El ataque al cuartel fue exitoso, pero la Unidad Central no pudo culminar el asalto al ser herido mortalmente El Chato Medrano y herido de gravedad en un brazo, José Valdivia (Marvin). En tales circunstancias, Plutarco Hernández huyó del lugar con el pretexto de ir a buscar una panga para sacar a los heridos, pero en realidad se replegó a Costa Rica en un bote conducido por Antenor Ferrey (Chop Chop), conocedor del lugar. Luego hubo críticas a Hernández por huir y no dar la orden de retirada al resto de noveles combatientes.
José Valdivia se retiró con William Ferrey, utilizando un yate del Banco Nacional. Llegaron a la hacienda Las Brisas, donde se entregaron a las autoridades ticas. Como se había afirmado que el ataque era parte de una acción para tomar el poder, no había plan ni voz de retirada. Al percatarse que estaban sin jefatura, los que quedaban se replegaron desordenadamente. En la retirada capturaron a Elbis Chavarría y Donald Guevara, y nunca más se supo de ellos.

Laureano Mairena y Emiliano Torres salieron por el sector de la pista de aterrizaje y después de realizar una complicada travesía lograron salir a Costa Rica. Otro grupo, donde se concentran los campesinos de Solentiname, cruzó el Río San Juan en cayucos y cayeron a los suampos, debiendo hacer una terrible travesía de varios días en la que el combatiente Panchito Batata (William o El Chacal) en un momento de depresión, y creyendo que inevitablemente caerían en manos de la GN, decidió suicidarse. El último grupo en retirarse estaba formado por Felipe Peña y Roberto Pichardo. Éste cayó heroicamente. Felipe Peña fue capturado y sometido a brutales torturas, pero lo dejaron vivo, y fue rescatado en el asalto al Palacio Nacional en agosto del año siguiente. Después cayó en la masacre de Nueva Guinea.
Según el comunicado de Guardia en el asalto murieron: Mayor de infantería José Delgadillo, sub Tte. Ángel Arévalo, oficial ejecutivo, y los rasos: Isabel Rivera, Antonio Robelo, Augusto Fonseca, juez de policía de San Carlos, y resultaron heridos el sargento Vicente Torres, los rasos Arnulfo Toruño, Fulgencio Gómez, Armando Díaz, y los auxiliares Miguel Lúquez y Adolfo Curtis.
Al levantar la instructiva al día siguiente, fueron agregados a las bajas: Francisco Reyes Murillo, 14 años y José Digno Aguirre. El cadáver del guerrillero identificado como El Chato Medrano, fue encontrado debajo de un catre, con indicios de que se había arrastrado hasta ahí y murió desangrado. Entre los atacantes identificaron a Juan Bosco Centeno y su esposa Esperanza Guevara; Richard Lugo Kautz, hijo de Juan José Lugo Marenco, ex ministro de Economía y diputado por el departamento de Río San Juan hasta su muerte; Antenor Ferrey, quien ocupaba un puesto ejecutivo en la Compañía del Tránsito, casado con María Ignacia Downs, sobrina del jefe político, Enrique Galeano Obregón.
La noche del 13 de octubre, en su comunicado oficial la GN reportó doce muertos y doce heridos, entre militares y civiles allegados al régimen. El FSLN emitió un comunicado distribuido en Costa Rica, y Antenor Ferrey y Bosco Centeno dieron declaraciones en Los Chiles, después que se entregaron a la guardia tica.
Las redadas en San Carlos dejaron más de veinte detenidos. La GN llegó a Solentiname, derribó puertas y cateó viviendas, igual hizo en la sede de la comuna. Fue capturado José Arana, quien sabía de la operación y era amigo de los participantes, junto a Chael, el viejito Sóstenes, Cirilo, niños y mujeres que quedaron en la comunidad. Todos fueron torturados para confesar el paradero de los guerrilleros. Entre los detenidos estaban Jorge Gross Solari y Juan Carlos Morales, chofer de la Compañía del Tránsito.
Radio Reloj de Costa Rica informó que ese día, aviones de la Fuerza Aérea Nicaragüense atacaron pangas que navegaban aguas abajo del Río Frío, en territorio de Los Chiles, donde viajaban periodistas y el ministro del Interior costarricense, Mario Carpentier Gamboa. El gobierno costarricense emitió una nota de protesta contra el de Nicaragua por la violación de su soberanía nacional y el día 14, Gonzalo Facio declaró que su gobierno jamás entregaría al de Nicaragua a ningún guerrillero capturado.

17 de octubre de 1977
Este día fue sangriento y costoso en la lucha sandinista. Por fallas de coordinación, el ataque al cuartel de Masaya ocurrió cuatro días después de lo planificado, lo que coincidió con un operativo que el Servicio Anticomunista (SAC), al mando de Enrique Canales, había iniciado contra fuerzas de la GPP, ubicadas en Los Altos de Masaya, lo que tenía en estado de alerta a la GN de Masaya. El ataque del FSLN al cuartel GN, combinado con una emboscada de contención en el kilómetro 14 de la carretera Managua-Masaya, fue comandado por Israel Lewites, siendo sus segundos Álvaro Baltodano y Juan Carlos La Foquita Herrera.
Tres equipos atacaron el cuartel. El principal, se trasladó en un camión manejado por Carlos Belli, llevando a Lewites. Atrás iban La Foquita Herrera, Manuel Rodríguez Morales, Manuel Marcia, Bayardo Obregón, Francisco Castellón Peinado, Maximiliano Somarriba y Guillermo Picado (Mauricio). Dos unidades servían de apoyo: una, jefeada por Álvaro Baltodano, con Constantino Tapia y Sebastián Escobar; otra, por María Eugenia Ferrey y Alfredo Sánchez Alegría.
Respuesta al ataque-
Por el estado de alerta de las fuerzas de la GN se perdió el factor sorpresa y respondieron de forma masiva. Frente al cuartel cayeron Israel Lewites, La Foquita Herrera, José Francisco Castellón Peinado y Maximiliano Antonio Somarriba Taleno, del grupo principal. El retén de contención en el Kilómetro 14 combatió bravamente hasta disparar su última munición. Esto obligó a la GN a tender 150 efectivos desde el Kilómetro 13, usar una tanqueta y aviación, lo que generó conmoción en Managua, Ticuantepe y Masaya. En ese punto cayeron Norman de Jesús López Porras, Rolando López Porras y Manuel Sánchez García.
Además de sus muertos, el FSLN tuvo un herido, Pedro Belli, quien fue capturado. Sebastián Escobar y Constantino Tapia fueron apresados cuando buscaban asilo diplomático. Álvaro Baltodano se asiló y salió a México, donde se incorporó a la Tendencia GPP. Patricia Brenes, quien colaboró prestando el jeep de su papá, fue capturada y mantenida nueve meses en prisión. La mayoría de los caídos eran originarios de Masaya y tenían una larga trayectoria de lucha, como Norman de Jesús López, quien con Carlos Brenes (Joaquín), eran parte del grupo cristiano, iniciadores del trabajo de concientización y organización en Monimbó.
Según el comunicado oficial de la Guardia, en las diferentes acciones bélicas del 17 de octubre tuvieron seis muertos y veintitrés heridos. En Masaya no murió ningún efectivo, pero resultaron lesionados once soldados; en el kilómetro 13½ de la carretera a Masaya, murieron seis soldados y diez resultaron heridos.
Represión contra las estructuras GPP-
El SAC detectó una casa de seguridad en los Altos de Masaya, carretera Masaya-Tipitapa, y en la madrugada del 17 de octubre montaron un operativo para asesinar a sus ocupantes. Detectada la situación, Pedro Arauz salió hacia Managua y antes de llegar a Tipitapa detectó un retén que cateaba los vehículos. Él bajó del suyo y ante las voces de alto, se atrincheró, los enfrentó y cayó en desigual combate. Arauz era el principal dirigente de la Tendencia GPP, miembro de la Dirección Nacional y primer responsable de la ciudad y el campo. En los Altos fue levemente herida la campesina Victoria López, correo enviado por Henry Ruiz (Modesto), pero logró escapar. Nubia Salvadora Aguilar, que daba cobertura a la casa, fue capturada y estuvo presa varios meses.
Ataque GN sobre casas de seguridad en Managua
Ese mismo día, en otro operativo del SAC realizado en las inmediaciones del Cine Cabrera, en Managua, fueron masacradas Martha Angélica Quezada y Genoveva Rodríguez. Por la gran cantidad de sangre y la forma en que aparecen en las fotografías que mostraron, se deduce que hicieron resistencia. La GN realizó otro operativo contra una casa de seguridad cerca de la Central de Policía, donde cayó Róger Langrand Hernández. Carlos Arroyo Pineda escapó, pero lo siguieron con un operativo que incluyó helicópteros. Lo cercaron contra una malla y lo asesinaron. Allí fueron heridos los civiles Gabino Areas Medrano y Mario López Vargas, de doce años, y mataron a Flor de Liz Robles, estudiante adolescente.
El comunicado de la GN reseñó que en las inmediaciones del Cine Cabrera resultó herido un alistado, pero no se refirieron a la gran cantidad de civiles lesionados y algunos muertos que los vecinos relataron a periodistas de La Prensa. En este sangriento día hubo 20 muertos: 14 integrantes del Frente Sandinista, y 6 alistados de la GN en la emboscada del Km. 14.
Según comunicado de la GN, en los Altos de Masaya estaba la casa de seguridad de Pedro Arauz. Allí hallaron el archivo confidencial del FSLN-GPP, con abundante correspondencia entre miembros de esa organización, la historia completa microfilmada, misivas a Comités de Solidaridad y un libro de contabilidad que la organización llevaba de los ingresos y egresos que obtenía, así como 99 700 córdobas en diferentes denominaciones.
El ataque al cuartel de Masaya tuvo gran impacto nacional e internacional y obligó a la GN a reforzar sus comandos principales. Cerraron accesos en torno a los cuarteles, y en algunos casos pusieron barricadas. En todo el país intensificaron registros de vehículos y a pasajeros de transporte colectivo. La tensión subió al máximo con cateos, capturas y un estado de tensión que se manifestó con operaciones basadas en denuncias falsas.
Somoza mandó a sobrevolar varias ciudades con aviones y poderosos parlantes exhortando a la población a denunciar cualquier movimiento sospechoso. En algunos lugares, como Jinotepe, los profesores mandaron a los estudiantes a sus casas. Las gasolineras reportaron grandes filas de conductores de vehículos que querían llenar sus tanques previendo cualquier eventualidad.
El Grupo de los Doce-
El 21 de octubre, La Prensa publicó una proclama histórica con el pronunciamiento de personalidades nicaragüenses sobre los acontecimientos. Así surgió el Grupo de los Doce, que denunció la situación y llamó a todos los nicaragüenses a buscar una solución nacional al angustioso problema de Nicaragua, que no podía prescindir de la participación del FSLN. Este documento fue firmado por Felipe Mántica Abaunza, Joaquín Cuadra Chamorro, P. Miguel D’Escoto Brockman, doctor Carlos Tünnermann B., Ricardo Coronel Kautz, Arturo José Cruz Porras, Emilio Baltodano Pallais, P. Fernando Cardenal, Carlos Gutiérrez Sotelo, Ernesto Castillo Martínez, Sergio Ramírez Mercado y Casimiro Sotelo Rodríguez.
El Grupo de los Doce fue constituido por personas de reconocido prestigio en Nicaragua que no militaban, al menos explícitamente, en ningún partido político. Ellos fueron: Sergio Ramírez, escritor conocido internacionalmente, miembro no público del FSLN y coordinador del grupo; Miguel D’Escoto, religioso católico que trabajaba para la orden Maryknoll en EE.UU.; Fernando Cardenal, jesuita y ex vicerrector de la UCA a cargo de su Orden; Joaquín Cuadra Chamorro, conservador y abogado del grupo del Banco de América, del Grupo Pellas; Emilio Baltodano Pallais, empresario, dueño de fincas de café, socio y gerente de la empresa Café Soluble, que era la más importante del sector en Nicaragua; Felipe Mántica, dueño de la cadena de supermercados más grandes del país y de grandes almacenes vinculados con el grupo del Banco de América.
Asimismo, Arturo José Cruz, banquero y alto funcionario del Banco Interamericano de Desarrollo de Washington; Carlos Tünnermann, exrector de la Universidad de Nicaragua (UNAN) y residente en México; Ricardo Coronel Kautz, ingeniero agrónomo y uno de los técnicos más importantes del Ingenio San Antonio, propiedad de la familia Pellas; Ernesto Castillo, abogado, ex profesor de la UCA y residente en Costa Rica; Carlos Gutiérrez, dentista residente en México y protector allí de los exiliados nicaragüenses; y Casimiro Sotelo, arquitecto residente en California y principal cabeza de la solidaridad con el FSLN en San Francisco.
Conclusiones
Los ataques de la Tendencia Tercerista en octubre de 1977 constituyeron un salto de calidad en la estrategia de lucha del FSLN, independientemente de su eficacia militar y dejaron importantes lecciones para el desarrollo de la acción militar ofensiva. Se diseñaron como ataques a la Guardia acantonada en sus bases, mientras se proclamaba una Junta Provisional de Gobierno. El plan fracasó, porque estuvo cargado de improvisación, voluntarismo y era necesario vincularlo al trabajo de masas. Pero las acciones tuvieron un impacto importante en el pueblo. La Guardia tuvo que replantearse su operatividad. A partir de esa ofensiva, la presión militar en la montaña empezó a disminuir.
Con las acciones de octubre de 1977 creció la confianza del pueblo en la posibilidad del triunfo, y las unidades militares Terceristas mantuvieron la ofensiva en el Frente Norte y en el Frente Sur.
Los ataques en el norte fueron realizados como una nueva modalidad de guerrilla rural. No fueron realmente acciones urbanas ni el clásico accionar de una guerrilla de montaña. Esta modalidad dio pistas importantes de lo que sería la operatividad del Frente Norte: columnas guerrilleras del campo entrando a operar sobre los poblados que propician y, a la vez, dinamizan las insurrecciones urbanas.
Estas operaciones ofensivas, además de foguear a los combatientes, obligaron a la Guardia a dispersar sus fuerzas en distintas direcciones. De igual manera, los ataques urgieron a las otras tendencias del FSLN a pasar al enfrentamiento militar. A partir de octubre, fue claro que se debía pasar a la ofensiva, a pesar de las críticas de “putchistas” o “aventureros” que se hacían a la tendencia Tercerista. La demanda más urgente fue de armas, pertrechos y entrenamiento para las unidades militares que fueron creciendo de manera ininterrumpida, con el incremento de la confianza en las posibilidades de la victoria.
El surgimiento del Grupo de los Doce también significó una mejoría sustancial al trabajo de proyección en el exterior. La Tendencia Tercerista desarrolló una ofensiva de relaciones internacionales en búsqueda de apoyo político, de aislamiento de la dictadura y de recursos económicos para armas, municiones y comunicaciones. Las operaciones ofensivas que en el terreno se multiplicaban, eran indispensables para persuadir a gobiernos proclives, de la urgencia de romper relaciones con Somoza y de apoyar decididamente a las fuerzas insurgentes.
Para finalizar, la ofensiva de octubre puso también en evidencia que las acciones militares en la ciudad no conducían por si solas a la insurrección popular. Esta última había que construirla en un esfuerzo a toda marcha organizando, movilizando al pueblo y multiplicando la unidad y las alianzas internas, para los combates finales. Y así se hizo.
Por Mónica Baltodano
26 de octubre de 2025/
Fuentes consultadas
Alegría, Claribel / D. J. Flakoll: Nicaragua: La Revolución Sandinista, una crónica política 1855-1979. Managua, Anamá Ediciones Centroamericanas, 2004.
Arias Pilar: Revolución. Relatos de combatientes del Frente Sandinista. Editorial Siglo XXI, 1980 primera Edición
Baltodano, Mónica: Memorias de la lucha sandinista Volumen II, II, III 2010 y volumen IV 2012.
Discurso de Anastasio Somoza Debayle en la conmemoración del 50 aniversario del Pacto del Espino Negro. 4 de mayo de 1977. AIHNC, ASD-010;
http://hispanianova.rediris.es/10/articulos/10a003.pdf
Ferrero Blanco, María Dolores: La Nicaragua de los Somoza (1936-1979). Edición del Instituto de Historia de Nicaragua y Centroamérica IHNCA-UCA, Managua 2012.
González Casado, Alberto, Sabater María Antonia, Trayner María Pau: Guerrillera, mujer y comandante de la revolución sandinista. Memorias de Leticia Herrera. Icaria Editorial 2013
Ortega Saavedra, Humberto: La epopeya de la Insurrección. Managua, LEA Grupo Editorial, 2004.
Ramírez Mercado, Sergio: La marca del Zorro, Hazañas del Comandante Francisco Rivera Quintero. Segunda Edición, Managua, Editorial Nueva Nicaragua, 1989.
Ramírez Mercado, Sergio: Adiós muchachos. Memorias de la Revolución Sandinista. San José, Editorial Santillana S.A., 1999.
[1] Carlos Agüero Echeverría (Ródrigo), uno de los jefes guerrilleros con mayor capacidad militar y jefatura en la montaña había caído en Lisawé el 7 de abril.
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