España; el largo y tortuoso camino de los pactos

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Después de casi dos meses de celebradas las elecciones generales, España sigue sin gobierno. Y no hay visos de que en próximas fechas lo haya. Cada partido muestra sus exigencias y condiciones para los pactos, cuando no la clara actitud de los descartes, bien por ideología o diferentes formas de concebir la manera de gobernar, bien porque si uno pacta con éste, y un tercero para obtener la mayoría suficiente, el otro no lo acepta, o bien porque el partido más votado está hundido en el fango de la corrupción y todos los demás huyen de él como si tuviera la lepra.

Esa fue la razón por la que el Rey designó al líder de los socialistas, Pedro Sánchez, que fuera el encargado de formar gobierno. Ha pasado medio mes y después de reuniones con unos y con otros, descartado el PP, todavía no se sabe nada de con quién formará coalición el PSOE, para que su líder sea investido por la Cortes como presidente.

Es de suponer que en esta semana se busque alguna salida a esta espera que ya empieza a cansar a la ciudadanía

Este fin de semana el presidente de las Cortes, el socialista Patxi López, ha presentado el calendario para tal investidura: Será el próximo día 2 de marzo con la presentación de candidatos. Después de los discursos de rigor en que cada cual presentará a su candidato o anunciará el apoyo a no al designado por otro partido (Rajoy, actual presidente en funciones del PP, ha anunciado que también se va a presentar después de su silencio de un mes), se procederá al día siguiente, es decir, el día 3 a la primera votación, en la que el candidato para formar gobierno deberá obtener la mayoría absoluta de votos de la cámara. En caso de que no consiga ninguno esa mayoría parlamentaria, transcurridas 48 horas, es decir, el día 5, se someterá a una segunda votación en la que ya bastará con que obtenga la mayoría simple, más “síes” que “noes”.

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PSOE y Podemos tienen las mejores cartas
Está claro que, a tenor de las manifestaciones de los diferentes líderes políticos, y en vista de que todavía no hay ningún acuerdo entre ellos, ninguno puede obtener la mayoría, ni absoluta, ni simple, si no pacta con otro partido, en este caso Podemos, o Ciudadanos a los que deberían sumarse los independentistas y regionalistas.

Ciudadanos, como ya hemos informado en anteriores crónicas, se ha negado en rotundo, como el resto de partidos, a pactar con el PP, partido con el que es más afín, debido, como no podía ser de otra manera, a la corrupción en la que están implicados los máximos dirigentes del partido gobernante, y cuyas sedes, en la Comunidad de Valencia y Madrid han sido registradas por la policía judicial, y algunos de sus miembros encarcelados, en acciones conjuntas que se están llevando a cabo en estos días tanto en Madrid como en Valencia. Por otra parte, siguiendo con el tema de la corrupción, los máximos dirigentes, Ignacio González y Esperanza Aguirre, ambos ex presidentes de la Comunidad de Madrid, del PP han dimitido de sus cargos y se ha nombrado una gestora para coordinar dicho partido tanto en la Comunidad madrileña como en la valenciana, donde han sido imputados nueve concejales del equipo de su líder y ex alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, otro de los pesos pesados del PP.

El PP sólo, y sin apoyos ni a un lado ni a otro, tendrá que aguantar los pactos que consiga el líder del PSOE. Pero no está tanto el obstáculo en el partido rival, por cuyo pacto muchos dirigentes, incluso dentro del PSOE, siguen abogando, cuanto en los demás partidos, por sus exigencias. El único y mejor apoyo del líder del PSOE para vencer en las votaciones, es Podemos, con cuya coalición, a la que se unirían independentistas, como ya ha sido anunciado y algunos regionalistas, rondaría la mayoría absoluta para poder tranquilamente formar gobierno. El único que tiene cierta capacidad para lograr que Pedro Sánchez salga elegido. El líder socialista piensa de la misma manera, y en varias comparecencias ha manifestado que estaría dispuesto a pactar con Podemos, pues son más las cosas que les unen que las que les separan. Manifestaciones y actitud que ha sembrado la alarma incluso en lo que se entiende por los barones del PSOE, antiguos dirigentes y ex altos cargos, como el ex presidente Felipe González, que ha declarado que tal pacto llevaría al fracaso tanto al gobierno resultante, como al partido socialista.

El dirigente de Podemos, por su parte, ha reiterado que estaría dispuesto su partido a formar gobierno con el PSOE, pese a las diferencias que hay entre ambos. Formal y oficialmente así lo ha expresado esta tarde en el Congreso ante los periodistas. Ha presentado, a la prensa y al PSOE, un dossier de unas cien páginas donde pone los puntos claves en los que deben llegar a un acuerdo para formar gobierno, entre los que sobresalen los siguientes, que pueden considerarse como las “líneas rojas” que no están dispuestos a ceder, junto a la condición de que la vicepresidencia de gobierno fuera ocupada por él, por Pablo Iglesias, en la que iría incluida una Secretaría de Estado dedicada específicamente a la lucha contra la corrupción, y por la transparencia en la financiación de los partidos. Otras presentadas por Podemos en la rueda de prensa convocada esta tarde son:

Las líneas rojas de Podemos
Promover un referéndum sobre la “autodeterminación de Cataluña”, un aspecto con el que el PSOE no comulga.

Que la vicepresidencia sea un cargo en manos de Podemos al ser un gobierno de coalición con la segunda fuerza más votada.

La desaparición de las Diputaciones por estar su gestión ya en manos de las Comunidades Autónomas, y haber doble funcionalidad, con lo que el resultado sería el mismo pero con mucho menor gasto administrativo.

Promover un amento del gasto público en 90.000 millones de euros, y a la par, conseguir 40.000 millones con la reforma fiscal que está en su programa, una fiscalidad progresiva en la que las mayores fortunas y empresas pagaran más que los más desfavorecidos, en un baremo progresista: a más capital, más pago.

Pablo Iglesias abogó por conseguir ese pacto: “Urge un pacto -manifestó- para formar un gobierno de progreso y de cambio, que es lo que ha votado la mayoría de los españoles, el cambio, y solamente un gobierno de Podemos-PSOE-IU y otras fuerzas progresistas, lo pueden conseguir”. Concluyó, ante la pregunta de algunos medios de por qué no tenía en cuenta a C’s, que Ciudadanos no tiene espacio en un gobierno de progreso, pero “aceptaría su abstención para lograr ese gobierno”. Sobre la ausencia de negociaciones de Podemos con C’s, declaró que “ha sido Ciudadanos quien no ha querido saber nada con Podemos, y por eso, lo deja de lado, pero está dispuesto a escucharles si tienen algo que ofrecer.

Esta semana se reunirá con el líder del PSOE para fijar esos acuerdos, o en su defecto, esperar a ver qué le ofrece o acepta dicho partido para contar con su apoyo el próximo día 3.

Reacciones en contra
Después de estas manifestaciones de Pablo Iglesias, las reacciones por derecha, izquierda y centro, no se han hecho esperar. De casi todos los partidos, PP, PSOE y C’s, ha recibido duras críticas aconsejándole que, como se ha excedido, que no se exceda más.

Incluso, como hemos apuntado, desde el mismo PSOE se ha denunciado este “atrevimiento y descaro en poner condiciones” para un apoyo a la investidura de su líder y “comenzar ya a repartirse cargos y carteras y, lo que es más decepcionante, adjudicarse la vicepresidencia de gobierno”. El PSOE, pues, se ha mostrado unánimemente decepcionado con esas exigencias. Algunos barones han ido más allá, y han dicho que es preferible, en todo caso, un pacto con el PP antes que con Podemos, “porque sería un gobierno escasamente fuerte y poco duradero. Pablo Iglesias no sabe dónde está, ni qué papel le corresponde”.

Las mayores críticas y rechazos, como no podía ser menos, han venido por el PP. Su portavoz ha afirmado que “Pablo Iglesias le ha hecho ya el gobierno a Pedro Sánchez, y Pedro Sánchez debe darse cuenta de que Pablo Iglesias no es de fiar…” Y ha terminado con la amenaza de siempre, a la que está acostumbrada a recurrir la derecha recalcitrante, que Podemos quiere romper España y no se puede pactar con ellos.

Finalmente, para C’s “no es de recibo que Pablo Iglesias establezca carteras y rondas de consulta y hable de su programa de gobierno antes de formarlo”. Les parece que lo que ha hecho “es un mercadeo de carteras y cargos a cambio de…”

En definitiva, todavía no se han fraguado acuerdos ni por unos ni por otros. Y tanto los “barones” del PSOE como el resto de partidos, piensan que si se logra, el PSOE tendrá que “pagar un alto peaje”.

Ante este panorama es de suponer que en esta semana se busque alguna salida a esta espera que ya empieza a cansar a la ciudadanía. Porque si el día 5 de marzo, última sesión de votaciones, el propuesto como candidato a formar el nuevo gobierno, no logra la mayoría de “síes” que de “noes”, habrá que esperar al 3 de mayo, fecha límite en que el Rey, según el Reglamento, disolverá las Cortes, y estaremos abocados a unas nuevas elecciones que se celebrarían a finales de junio.

Por Ramón Hdez de Ávila*
(Crónica del corresponsal de La ONDA digital en Madrid,
15 de febrero 2016)

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