Tomás de Mattos, escritor y abogado

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Este lunes falleció en Tacuarembó, donde vivió durante muchos años el reconocido escritor y periodista uruguayo Tomás de Mattos. Entre su amplia obra narrativa se destacan, entre otros los títulos, Libros y perros (1975); Trampas de barro (1981), con el cual ganó el Premio Hermes de Correo de los Viernes; La gran sequía (1984); ¡Bernabé! ¡Bernabé! (1988); La fragata de las máscaras (1996) y A la puerta de la Misericordia (2002). Entre sus últimos trabajos estuvo la biografía novelada de José Pedro Varela, El hombre de marzo, que vio la luz en dos tomos: La búsqueda (2010) y El encuentro (2013).

Lo que sigue a continuación es una entrevista que le realizará nuestra revista para su Nº 56.

-Tomas De Mattos ¿cómo ha visto los hechos del 11 de setiembre y sus derivaciones?
– Cuando vimos el segundo avión estrellarse en la torre gemela, estaba junto a mi esposa y ella comento «aquí comienza el siglo XXI». Luego esa frase se repitió en los titulares de un suplemento, pero a mí me quedó la misma sensación que tuvo América. Empezaba una nueva época, cambiaba completamente el presente, sin embargo es un hecho que está muy entroncado con el pasado inmediato. En muchos aspectos va a cambiar la vida de nuestra civilización, ojalá que no sea así.

– ¿Hay alguna causa que pueda justificar un hecho de esta naturaleza?
-No, la violencia jamás es justificable y mucho menos cuando es violencia indiscriminada, uno puede pensar por ejemplo en el atentado a Carrero Blanco y la incidencia en el futuro de la democratización de España, uno puede pensar en el asesinato de Hitler y las vidas que se pudieran haber ahorrado si los generales complotados hubieran tenido éxito; pero una atrocidad de estas dimensiones, absolutamente descontrolada en cuanto a las víctimas que son afectadas y tratándose además de población civil no tiene justificación ninguna.

tomas-de-matto1– Cuando se buscan causas se las vincula con la historia de Estados Unidos y se dice que también USA ha causado males a otros pueblos
– Eso implicaría que se podría comprender, se podría decir que se estaría cumpliendo el principio de que quien «a hierro mata a hierro muere», que «quien siembra vientos cosecha tempestades», pero sería aplicar un criterio muy relativo.

Es muy importante distinguir una nación de sus gobernantes. Estados Unidos es un extraño país, no olvidemos por ejemplo que fue el ideal de Artigas; que fue el líder de toda la emancipación americana; que participó en dos guerras mundiales y fue decisivo y aportó a la libertad en ambos casos.

Pero también es responsable de múltiples hechos que desde el punto de vista militar o económico lo convierten en una potencia militar indiscutida y hegemónica, siendo por lo tanto blanco predilecto de los fanatismos religiosos, especialmente islámicos.

– Se habla que esto seria el choque entre distintas civilizaciones, entre la «edad media y el renacimiento». ¿Usted como percibe estas afirmaciones?
– No, yo no lo veo así, puedo llegar a verlo como un choque entre fuerzas de la modernidad y fuerzas reaccionarias, pero también puedo verlo como una manifestación de la posmodernidad, una crisis pos moderna, como un tipo de guerra, un conflicto de alcance mundial que a todos implica con características diferentes.

No nos podemos olvidar que muchos de los instrumentos que han manejado los terroristas, desde Internet a la inversión financiera son presupuestos muy modernos y contemporáneos.

– Cuando el tema se trata desde este ángulo también se hace referencia a las implicancias religiosas que se le han dado.
– Así es, hay un articulo publicado estos días por el País de Madrid escrito por Saramago, que me parece de los textos más importantes escrito por el maestro portugués, donde manifestándose ateo aboga porque se descubra en las distintas atrocidades que se han cometido el «factor Dios». Pide incluso a los lectores creyentes que aboguemos porque Dios no sea pretexto o excusa para enfrentamientos radicales y antagónicos.

-La invocación a dios ha estado en todas partes, también el Presidente Bush en uno de sus primeros discursos dice que Dios no es neutral.
– Pienso que afortunadamente existe en Estados Unidos, en su gobierno, hombres que como Colin Pawell tienen una visión diferente, que junto a sus aliados europeos, Tony Blair por ejemplo, no tienen la misma óptica que Bush, sino estaríamos luchando entre el bien y el mal y viendo como la humanidad desaparece.

-También se hace referencia a que este tipo de hechos destructores y terribles está en la naturaleza misma del Hombre, el mal como parte de esa naturaleza.
– Yo participo de la visión de Dostoievski del hombre como sujeto libre porque lo creo Dios, y yo como creyente participo de esa visión, está en el hombre utilizar su libertad para construirse o convertirse en una bestia, en un ser inhumano.

-También en los albores de nuestra historia el tema de las distintas etapas de las civilizaciones estuvo planteado, en aquella época era Rivera y los Indios, en el caso argentino Sarmiento y los Gauchos

– Sí, las características salientes de las campañas contra los indígenas han sido -ya sea en siglo XlX o XX- utilizar medidas y métodos anticivilizatorios. Por lo que va de los hechos de estos días yo creo que hay una profunda diferencia entre lo que fue la «guerra tormenta en el desierto» en los años noventa y ésta que empezó llamándose «justicia infinita» (aunque ahora nadie la menciona así).
La «guerra del Golfo» fue inmediata y apostaba fundamentalmente solo a una acción militar, en este caso hay una campaña que está apostando a la diplomacia y ha distinguido claramente que no es una guerra entre Estados sino entre dos visiones del mundo, no digo entre dos civilizaciones porque esas teorías generalizan a todo el Islam, lo convierten en una concepción medieval cosa que no es así. Es una civilización riquísima, tiene aspectos que uno puede no estar de acuerdo pero no es para demonizar, hay alguna de las ramas como la Zufi que es sublime.

Si llegáramos a las ultimas consecuencias de la teoría de las distintas civilizaciones tendríamos que hablar de un enfrentamiento entre una civilización secularizada hedonista materializada, muy sujeta al patrón dinero y otra civilización que rescata los valores sagrados, que todo es sagrado, que a su modo rescata lo espiritual y ve nuestra existencia en el mundo con una dimensión pos mundo, con una realidad metafísica diferente.

Creo que en todo esto hay otros aspectos a tener en cuenta, alguno de estos fenómenos son parte de vivir en democracia, los trastornos que causa una concentración de la riqueza muy injusta y que está en un proceso de aceleración. En la alimentación de intolerancias en sectores religiosos, catalizado por actitudes materialistas que no toman en cuenta lo espiritual, lo humano. La globalización es algo inevitable y que también tiene cosas maravillosas, lo que debemos hacer es luchar por humanizarla.

– ¿Pero cuál es la solución a estos actos de terrorismo? ¿Es acaso la guerra?
– La guerra contra el terrorismo es inevitable, pero a mi entender hay distintas repuestas que dependen de los distintos niveles de acción que tengamos. Quienes mandan tienen una capacidad de decisión en los destinos ajenos que no tenemos los ciudadanos comunes. Los ciudadanos comunes podemos contribuir a generar una opinión publica que esté contra toda forma de terrorismo, incluso el terrorismo de Estado, y por el lado de los hombres de Estado el de encauzar su acción por el lado de la diplomacia. Una de las formas de evitar los males de la globalización es crear un gobierno internacional. En definitiva se trata de fortalecer mucho más la ONU. Hay que evitar que la justicia sea por propia mano, tiene que ser una justicia funda en el poder de una supra comunidad internacional.

Por muchas razones siempre me he sentido orgulloso de ser uruguayo, pero una de las cosas que me ha enorgullecido es su política internacional, que se puede definir como una política de Estado, en principios que me parecen sagrados.

Cuando apelamos a las Naciones Unidas elegimos un camino correcto. Esperemos que los pensamientos pesimistas que nos embargaron a todos al principio de esta crisis se disipen, que aquellos días que se hablaba de «justicia infinita «, de guerra en todas partes, den paso a una actitud meditada, no maniquea, que no se utilice la violencia indiscriminada contra pueblos y naciones.

ENTREVISTA PUBLICADA EN EL Nº 56 DE La ONDA digital del 9/10/01

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