El PP, aunque en minoría, seguirá gobernando en España otros cuatro años. Se pretende evitar unas terceras elecciones. Pero se duda de que sea la mejor solución para un país que sigue sufriendo las consecuencias de los ajustes y cuyo desempleo va en aumento.
El portavoz (en funciones) del PSOE ha anunciado, y así se lo ha comunicado al Rey, que su partido se abstendrá en la próxima votación, dentro de cinco días, para la investidura del líder del partido rival, el PP. Por tanto, Mariano Rajoy, presidente en funciones, dejará de estar en funciones, para ser elegido por mayoría simple (más votos afirmativos que negativos) el encargado de formar el nuevo gobierno en España. Será posible gracias a la abstención prevista y anunciada oficialmente por el presidente de la comisión gestora del PSOE, ante la ausencia de un secretario general después del cese obligado de su nuevo y efímero líder Pedro Sánchez. En los próximos cuatro años, si siguen así las cosas, y no hay una moción de censura, el gobierno de España tendrá el mismo color que el pasado, y previsiblemente las mismas políticas de recortes y austeridad, propias del neoliberalismo y de los ajustes marcados por la Unión Europea.
Ayer terminó la ronda de conversaciones que el Rey de España, Felipe VI, ha mantenido por quinta vez en menos de un año, para instar al candidato que mayores apoyos tenga en las Cortes a formar nuevo gobierno. En las reuniones anteriores, ninguno de los dos líderes de los dos partidos más votados, por el Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, y por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Pedro Sánchez, pudieron obtener mayoría de votos afirmativos, ni en primeras, ni en segundas votaciones. Hicieron pactos ambos, con Ciudadanos, primero el PSOE, y luego, a resultas de las segundas elecciones, el PP, pero eran “pactos memos”, no iban a conseguir el resultado que se pretendía. Solamente con esa alianza no obtendrían mayor cantidad de votos afirmativos, ante la ausencia de abstenciones del resto de partidos que votaron negativamente. Pactos inútiles si no había abstenciones. Y estaba anunciado por todos los demás que ningún partido iba a optar por la abstención. Así el tablero, en tablas, España iba camino de terceras elecciones que nadie quería, si las izquierdas permanecían desunidas y no votaban a favor del candidato socialista.
El partido más votado, al que se han unido otras voces, ha estado insistiendo en que había que evitar esas terceras elecciones, cuya fecha de celebración se había fijado para el domingo anterior a la fecha de Navidad, el 17 de diciembre y evitar que, como marca el calendario, coincidiera con esa festividad. Ese era el objetivo, evitar nuevas elecciones. Y parece ser que se ha conseguido a través de una maniobra con el partido socialista, que ha obligado a dimitir a su actual y recién nombrado secretario general, Pedro Sánchez, como dimos cuenta en nuestra anterior crónica en esta revista. El líder socialista había mantenido el “NO” a la investidura como presidente de Rajoy, según se había acordado en su Comité Federal. Pero ya se sabe, muchos políticos, donde dijeron “digo”, luego dicen “diego”, y a través de presiones, muy graves e incongruentes dentro de su partido, con una maniobra torticera y traidora a sus principios, se unieron a la derecha, a los intereses del partido rival, y abogaron por la abstención. Eso, junto la dimisión de parte de su ejecutiva, obligaron a que Pedro Sánchez, coherente hasta el final, al sentirse solo, presentara su dimisión y se retirara, dejando el camino abierto a otros más inclinados a la abstención.
Pese a tales maniobras, hay una gran parte de diputados socialistas -acordes con casi todos los militantes, que siguen abogando por votar en contra de un gobierno de Rajoy-, que probablemente votarán que no, saltándose la disciplina del partido, arriesgándose a ser expulsados de mismo. Pero las bases en el PSOE siguen teniendo fuerza, y a través de las redes sociales están manifestando su contrariedad. Ya hay millares de militantes que piden un congreso extraordinario antes de tomar esa fatal decisión, que arrastraría graves consecuencias a un partido histórico, que supera los cien años de existencia, uno de los más antiguos de Europa.
Después de esta última ronda de conversaciones entre el Rey y los líderes políticos, el presidente de la Comisión Gestora del PSOE, Javier Fernández, que se ha reunido este martes 25 de octubre, mantiene la postura de la abstención de su grupo en la próxima investidura de Rajoy, que será el próximo lunes. Así lo ha manifestado al término de la reunión. Así, pues, el PP con su líder a la cabeza, el sr. Rajoy, seguirá cuatro años más en el gobierno, gracias a la abstención del PSOE. “Le ha trasladado al Jefe del Estado -ha declarado el presidente de la gestora del PSOE- que el grupo socialista se va abstener en la votación de investidura del señor Rajoy, y eso eso lo que va a a ocurrir. No he entrado en ninguna matización, ni el Rey me lo ha pedido”. A las preguntas de los periodistas sobre las futuras actuaciones dentro del partido socialista sobre aquellos diputados que van a votar en contra, Javier Fernández ha declarado que “no piensa ahora en el castigo de los que mantengan el “no” a Rajoy… Se estudiará una vez que pasen las votaciones de investidura…, pero no compete a la comisión gestora, sino al Comité Federal de partido. Ni yo me estoy planteando, ni la gestora que presido, qué acciones vamos a tomar en el caso de que se produzca esta desobediencia”. También ha asegurado el presidente de la gestora socialista que una cosa es abstenerse en la votación para evitar la celebración de terceras elecciones, con lo que eso supondría, y otra “dar estabilidad al gobierno del PP”.
Por Ramón Hdez de Ávila
Crónica de nuestro corresponsal en España
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