“Crónicas de luces y sombras. Israel 2006-2015” es un libro recientemente publicado en Uruguay de Benito Roitman, destacado economista uruguayo de larga trayectoria en América Latina, ahora residente en Israel, y muy querido amigo. El libro está basado en artículos que el autor publicó en el semanario Aurora, muy bien escrito, muy cuidado y con cierto grado de unidad. Pese a que está centrado en temas económicos y sus consecuencias sociales, con trasfondos políticos, se lee con mucho interés como si fuera una novela. En realidad, el economista se transformó en escritor. Nos da una mirada distinta y para nosotros novedosa sobre la realidad de Israel. Sin perder de vista el tema de la paz y la seguridad, nos muestra una visión progresista y crítica sobre dicha realidad.
Los temas económicos son tratados con una mirada que atiende siempre sus consecuencias sociales y el trasfondo político. Ello permite interpretaciones más certeras. Tiene una visión de la totalidad, incluyendo la situación internacional que también analiza con profundidad. El análisis económico se realiza con información oficial y se manifiesta como partidario del enfoque estructuralista que caracterizó al pensamiento de la Cepal sobre la América Latina. Muestra a Israel como un país con escasez de recursos naturales que obliga a especialización exportadora, pero teniendo heterogeneidad estructural, o sea sectores de alta tecnología y productividad y de baja tecnología.
Sin desconocer los grandes avances del pasado, con grandes avances tecnológicos en los campos económicos y militares, con fuerte Estado de Bienestar, con muchos premios Nobel y el 55% de sus exportaciones industriales que corresponden a rubros de alta tecnología, es muy crítico del modelo vigente en la actualidad. Lo caracteriza como un modelo neoliberal por las importantes privatizaciones de empresas públicas, por la inequidad tributaria, por la caída de muchos beneficios sociales, por el propio descenso del gasto público sobre el PBI y la pérdida de fuerza del Estado de Bienestar. Se supone que el libre juego del mercado resuelve todos los problemas económicos y sociales, por lo que las propuestas económicas implican una reducción significativa del papel del Estado, como se caracteriza a los modelos centrados en la concepción neoliberal.
El autor pone mucho énfasis en las consecuencias sociales del funcionamiento del modelo económico y de las propias propuestas de política económica, donde la preocupación por el déficit fiscal y la inflación siempre se ubican en el primer plano con alta prioridad. En materia social el autor destaca el avance de la concentración del poder económico, la estabilidad en el tiempo de los salarios reales, el mantenimiento de la pobreza, en alrededor del 24% de la población, y destaca que Israel tiene una de las distribuciones más regresivas del ingreso con respecto a los países de la OCDE. Destaca la relevancia de la situación internacional, pero sobre todo las características del modelo económico vigente como causa central de los distintos problemas sociales.
En la última parte del libro, hay mucho análisis del ámbito político donde el autor se manifiesta muy crítico de los últimos gobiernos de Israel encabezados por Netanhiau, no sólo por el funcionamiento económico y social, sino también por sus actitudes políticas respecto al conflicto con Palestina y con el mundo árabe. Plantea que el gobierno israelí prioriza la sobrevivencia de la situación actual, que no tiene nuevas propuestas lo que hace dudar de la imprescindible necesidad de llegar a acuerdos sobre la base de dos Estados para dos pueblos.
El autor es muy crítico de la vida política israelí donde los temas de seguridad dominan a los partidos políticos en sus campañas electorales. Marca con mucha nitidez que los problemas económico-sociales no se debaten. Inclusive es crítico de los partidos de izquierda que no presentan propuestas sobre los grandes temas económico-sociales. Uno se pregunta ¿a quien beneficia el tiempo? Unos dicen que, a los pueblos árabes por un tema demográfico, ya que hoy más del 50% de los niños que viven en Israel son de origen árabe. Otros dicen que favorece a los inteligentes, a los que siguen avanzando en conocimientos y en high tech. En esencia el autor es muy crítico del modelo económico, de las políticas neoliberales, de la construcción de asentamientos en territorios ocupados y en parte, responsabiliza al gobierno de Israel por la falta de avances en los acuerdos de paz.
Del libro surgen algunos elementos relativamente novedosos para un lector latinoamericano. El autor relata que el gobierno de Israel hizo un llamado a licitación pública a consultores privados para elaborar una estrategia de desarrollo, como si ésta fuera un problema técnico. Otro elemento llamativo es la dependencia de la economía de Israel de las transferencias financieras, como por ejemplo diversos tipos de donaciones que permiten equilibrar el balance de pagos y que alcanzan a alrededor de 10.000 millones de dólares anuales. El autor se muestra preocupado por la fuerte presencia de las grandes empresas transnacionales en los rubros de high tech. En sus propuestas surge la necesidad de estrategias de desarrollo, con política industrial, la necesaria intervención del Estado para atender la pobreza y mejorar la distribución del ingreso.
En lo internacional se plantea la necesidad de alianzas, especialmente con los EE UU por su dependencia militar. Muestra los errores de la política internacional, donde Israel pierde imagen por la propaganda internacional palestina, por la existencia del antisemitismo y por la actitud del gobierno de Israel que sólo le interesa el apoyo de los EE UU. Sin duda son imprescindibles los acuerdos, que tengan base social de sustentación, donde en las escuelas no se enseñe sobre odios y enemigos, donde se pueda generar una conciencia de paz mediante la acción de los partidos, de la educación y de los medios de comunicación. Que haya respeto y tolerancia principios centrales de la democracia.
En la parte final de sus diversos artículos siempre aparecen protestas y propuestas como una especie de expresión de deseos, porque al autor le duele Israel, porque allí se fue a vivir por sus convicciones.
Por Alberto Couriel
Economista y ex senador
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