El 19 de junio de 2012 el fundador del portal WikiLeaks, Julian Assange, ingreso a la Embajada de Ecuador en Londres para evitar la extradición a Suecia y posteriormente, extradición a EE.UU. Por declaraciones del ex juez español Baltasar Garzón, uno de sus abogados, se conoce que su habitad en la sede diplomática, incluye una cama, una mesa y una estantería. Se trata de una oficina de 20 metros cuadrados convertida en habitación. En ese espacio trabaja en su computadora hasta 17 horas seguidas, se ejercita en una cinta para correr que le regaló el cineasta Ken Loach y recibe visitas.
El ex hacker nacido hace 42 años en Townsville (Australia) ha sido siempre un gran aficionado a la informática y fue uno de los fundadores del grupo International Subversives, al que se acusó en su día de violar los sistemas del Departamento de Defensa de EEUU.
Mientras el Gobierno ecuatoriano y el ex hacker, afirman que la fiscalía sueca quiere interrogarlo por posibles delitos sexuales, estos dicen, “no es un fugitivo” sino un asilado bajo su amparo, las autoridades británicas persisten en su empeño de detenerlo por haber violado los términos de la libertad condicional aquel 19 de junio de 2012, y mantienen un cerco policial en torno a la embajada ecuatoriana en Londres. El ciberactivista australiano teme —no sin motivos— que el verdadero objetivo de la acusación sea extraditarle a EE.UU. por haber filtrado cables secretos del Departamento de Estado norteamericano y publicados en los principales diarios del mundo.
Según sus abogados por el momento la única alternativa que se vislumbra es la caducidad de la denuncia. Eso recién ocurriría en 2021. Ese año, teóricamente, podrá salir de la embajada porque la justicia sueca ya no pedirá su extradición.
El presidente Rafael Correa dijo por estos días, que Assange puede permanecer el tiempo que quiera en la embajada. “El señor Assange mientras él quiera está bajo la protección del Estado ecuatoriano y puede permanecer en la embajada el tiempo que requiera. Toda la solución está en manos de Europa, particularmente Gran Bretaña y Suecia”, manifestó Correa.
Por su parte, Estados Unidos no ha confirmado que quiera juzgar a Assange. Sin embargo, la principal fuente de WikiLeaks, Chelsea Manning, exanalista militar de inteligencia en Irak, fue condenado a 35 años de cárcel por la entrega de 700.000 documentos confidenciales. “Hay gente en peor situación que yo”, dijo Assange, aludiendo a la soldado, cuando se le preguntó si el encierro le resulta difícil.
Assange mantuvo un diálogo al cumplirse 1289 días de reclusión en la embajada vía internet, con el ministro de exteriores ecuatoriano, Ricardo Patiño, según este anunció en cuenta de Twitter sin precisar más detalles.
El canciller Patiño, señaló que el respaldo de Ecuador al informático, reclamado en extradición por Suecia e investigado por Estados Unidos, se prolongará durante todo el mandato del actual presidente, que concluirá en 2017.
Sobre qué pasará si posteriormente hay un cambio de Gobierno en su país, Patiño dijo que no puede adivinar el futuro.
“Independientemente de que la política exterior (ecuatoriana) pueda cambiar en el futuro, que no lo sabemos -insistió-, no sabemos qué pueda pasar en 2017, en 2021…, nosotros estamos convencidos de que la revolución ciudadana continuará en nuestro país con el presidente Rafael Correa, con o sin él. De manera que, Julian, puedes estar seguro que el Estado ecuatoriano y el pueblo ecuatoriano seguirán defendiendo tu libertad”.
Patiño y Assange celebraron una rueda de prensa conjunta en Quito y Londres al haberse cumplido el segundo año de que Assange se refugiara en la misión diplomática para evitar su entrega a Suecia, que lo reclama por presuntos delitos sexuales que él niega.
“Es difícil para mis hijos. La situación aquí hace que no los haya visto en cuatro años”. Assange estuvo dos años en libertad condicional en el Reino Unido y dos más ha pasado en la Embajada. Assange no quiso revelar detalles de sus hijos: “Como cualquiera que haya sufrido serias amenazas a su familia, no puedo hablar de ello”.
Sí explicó que algunos familiares se mudaron, cambiaron sus nombres, incluyendo su madre.
Assange cree que Washington está decidido a capturarlo por publicar miles de documentos secretos y pone a su topo, Chelsea Manning, como ejemplo de lo que podría ocurrirle. Manning, el militar que le filtró los documentos, fue condenado a 35 años por un tribunal militar.
Coincidiendo con el aniversario, unas decenas de personas se manifestaron a favor de Assange ante la Embajada ecuatoriana, en el barrio de Knightsbridge, a pocos metros de los famosos grandes almacenes Harrods
La Policía británica reveló que la vigilancia ante la Embajada ha costado a su país $10,9 millones.
El ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, dijo que sigue tan comprometido como siempre para alcanzar una solución diplomática, pero insistió en que Assange debe ser extraditado a Suecia.
Patiño denunció, sin embargo, que una comisión de juristas británico-ecuatoriana que debía formarse hace un año para intentar hallar una solución diplomática ni siquiera se ha puesto en marcha.
Por otra parte, apuntó el ministro, Suecia rechaza interrogar a Julian Assange en la Embajada o en territorio ecuatoriano.
Patiño condenó por su parte el clamoroso silencio de los periódicos que publicaron las filtraciones de WikiLeaks y que, en su opinión, han abandonado a Assange en su cautiverio.
Por Walter Corbo
En base a crónica de prensa y agencias
La ONDA digital Nº 677
(Síganos en Twitter y Facebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA
Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.
Otros artículos del mismo autor: