Con Nombre propio…2 mujeres

Tiempo de lectura: 4 minutos

“Maravilloso es que nadie necesite
esperar un momento antes de comenzar
a mejorar el mundo.” Ana Frank (escritora)

Tengo el privilegio, por distintos motivos, oportunidad y hasta coincidencia de conocer a dos mujeres singulares. Marisa Lindner y Andrea Venosa. Tienen edades y profesiones distintas, una, Licenciada en Trabajo Social, la segunda Abogada. Tienen en común, además de su género que desarrollan su actividad en un lugar muy particular del Estado, el INAU (Instituto del Niño y el Adolescente).

Este organismo del Estado se remonta a 1934 con la creación del Consejo del Niño. Ha sufrido mutaciones, de nombre y alcance pero el concepto de protección a la niñez y la WALTER paginaadolescencia han sido sus principios rectores. Forma parte de ese poderoso entramado del Estado Uruguayo, benefactor y de amplia cobertura colectiva. Este organismo, como todos, ha sufrido en el tiempo los cambios de gobierno y de signo político, las distintas sensibilidades de las orientaciones políticas le han dado improntas distintas. Quizás el común denominador haya sido, con el paso del tiempo, ser invisible desde el punto de vista político, salvo cuando algún escándalo o situación crítica lo coloca en el centro de los escenarios mediáticos. Hoy este organismo da cobertura a más de ochenta mil niños y adolescentes. Tiene bajo distintas modalidades algo así como 5400 funcionarios. Habrá que decir que también sufrió históricamente, como todo organismo público, del proceso de “engorde” fruto del dar trabajo a cambio de conseguir votos.

Dicho esto, una vez más, ocuparon el escenario mediático, el organismo y sus responsables cuando mueren, lamentablemente, varios pacientes de Las Aldeas de la Bondad, ONG que formaba parte de la red de organizaciones que actúan bajo la órbita del INAU.

Los que tenemos una mirada de izquierda hemos desarrollado una manera curiosa de concebir la autocrítica. Desde cada medio a nuestro alcance y con lo que permiten las redes sociales, avanzamos sobre nombres de dirigentes y decisiones políticas con la indignación lista, los adjetivos colocados en cantidades industriales y sobre todo desmarcándonos claramente de lo mal hecho y dispuestos a defenestrar al todo aquél que se aparta de nuestros dogmas del bien y del mal. Curiosos defensores del pensamiento puro exorcizamos nombres y situaciones como si al hacerlo, nos libráramos de todo mal, como si realizáramos un proceso de purificación personal y nos alejáramos de todo aquello contaminado.

En ese trillado dicho de no barrer “debajo de la alfombra” hoy me permito hablar de éstas dos mujeres singulares.

Marisa, es una mujer que habla más bien bajo, poco histriónica, pero tiene una singularidad muy marcada, es consecuentemente de “izquierda”. Emergió como tantos otros “duendes anónimos” de una generación (83) que asumió la responsabilidad de darle pelea y derrotar a la dictadura. De aquellos días recuerdo a Marisa, conocerla de aquel tiempo me ha permitido hoy compartir la mesa de algún boliche con ella y haber sido testigo de su angustia y preocupación por la situación de las famosas “aldeas”, bastante antes de estos desenlaces fatales. Trabajaba incansable por solucionar la que ya era complejo y triste, alrededor de 100 personas con problemas mentales, muchos, con problemas “mentales profundos”. Nosotros, los de éste tiempo, que tenemos una sensibilidad “mediatizada” desconocíamos o nos hacemos los desentendidos que el Estado uruguayo tenía alojado a estas personas. La mayoría ya no era niño o adolescente, habían crecido y sin embargo olvidados por nuestra población el INAU, se hace cargo de ellos excediendo largamente su cometido.

Andrea es más joven, tuve la oportunidad de conocerla mucho más recientemente, pero tiene la misma impronta, abogada de profesión, nada de lo humano le es ajeno y con sensibilidad de izquierda aporta desde su condición de mujer protagonista los desafíos de cambiar una sociedad que vaya si necesita ser cambiada.

Se me ocurrió hablar en primera persona de ambas porque los frenteamplistas estamos más dispuestos a levantar la voz para condenar que para defender lo que merece ser defendido.

La situación de las hoy famosas aldeas de viene trabajando desde el inicio de esta gestión. Se han realizado múltiples auditorías, de ASSE y del MSP. Se llevaron gestiones y reuniones con los sindicatos involucrados. Por ende, no será un indignado muro humano lo que detenga los traslados, sino la gestión inteligente, humana y posible de una de las tantas cosas que no funciona muchas veces por olvido, o por omisión de gente vulnerable que necesita nuestra atención.

Más recientemente, de estos días nomás, sale a luz por denuncia del INAU, la red de prostitución y corrupción que tenía a menores de edad como “protagonistas”. La singularidad de este hecho es que no era novedoso y que incluía a trabajadores, padres de familia y para mi sorpresa, me encontré con numerosos comentarios en la calle que de alguna manera o disminuían el valor de lo condenable o peor, responsabilizaban a las verdaderas víctimas.

Dura batalla cultural es la que tenemos por delante.

El equipo de dirección del INAU, que encabeza Marisa Lindner y del que también es parte Andrea Venosa, impulsan una fuerte reestructura del organismo que excede largamente las situaciones puntuales que las colocó en el centro mediático. Los ejes planteados desde el inicio mismo de su fueron definidos en varios puntos

1) Fortalecimiento de los cuidados familiares.
2) Dentro del Sistema Nacional de Cuidados el impulso a los centros CAIF y Centros Diurnos.
3) Violencia transversalizada.
4) Apropiación de los espacios públicos, como parte de los derechos de los niños y adolescentes para el ejercicio de su disfrute y desarrollo
5) Fortalecimiento de las capacidades Institucionales. Sobre este aspecto,
habría que destacar que más del 20 % del personal del INAU trabajaba al inicio de ésta gestión, con contratos precarios sin pruebas que los evaluaran en sus capacidades para ocupar los cargos.

Desde el cumplimiento o no de estos objetivos, es donde podremos evaluar la marcha del organismo y en particular del equipo de dirección. Las noticias puestas en un contexto equivocado pueden distorsionar claramente gestiones valiosas y procesos virtuosos.

Saberlos y animarnos a defenderlos también es una manera crítica de ser de izquierda.

El Intendente de Durazno, Vidalín ha cobrado notoriedad por estos días criticando la cuota de género y hablando de un puñadito de mujeres que presionan “sobre el sistema”. Pues bien, si multiplicáramos la sensibilidad, dedicación e inteligencia con que éstas mujeres trabajan en un contexto tan adverso creo que deberíamos tener mucho más que un “puñadito” de mujeres ocupando lugares de decisión, porque no hay que esperar un momento antes de comenzar a mejorar el mundo.”

Por Walter Martinez
Columnista uruguayo

La ONDA digital Nº 802 (Síganos en Twitter y facebook)

 

 

(Síganos en TwitterFacebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA

Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.