Numerosas empresas se han posicionado en contra del veto migratorio del nuevo presidente de Estados Unidos y han prometido tomar medidas para contrarrestarlo. La directiva suspende la admisión de refugiados durante 120 días (a los sirios de manera indefinida) y prohíbe la concesión de visados a ciudadanos de siete países de predominancia musulmana (Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Yemen y Siria) por 90 días.
Starbucks ha anunciado que contratará a 10.000 refugiados durante los próximos cinco años en los 75 países en los que opera. Así lo ha indicado su director ejecutivo, Howard Schultz, en una carta dirigida a sus empleados, donde también se ha comprometido a hacer todo lo posible para ayudarles a “navegar en este periodo de confusión”. “No nos quedaremos impasibles ni en silencio mientras la incertidumbre en torno a las acciones de la nueva administración crece día tras día”, ha escrito. “Estamos viviendo una época sin precedentes donde asistimos a cómo el Sueño Americano ha sido puesto en entredicho”. También ha señalado que “construirá puentes, no murallas” con México, donde emplea a más de 7.000 personas en 600 tiendas distribuidas a lo largo de 60 ciudades.
Por su parte, Brian Chesky, cofundador y director de Airbnb, pidió en Twitter buscar “la manera de conectar a la gente, no de separarla”. Poco después anunció que la empresa de marketplace proveerá de alojamiento gratuito a los refugiados y a cualquiera que no sea admitido en Estados Unidos si cumple con los requisitos legales.
Google también se ha posicionado en contra del veto migratorio y ha anunciado que creará un fondo de 4 millones de dólares para apoyar a las organizaciones que velan por los derechos de los inmigrantes. La partida monetaria ayudará a financiar a la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles (ACLU), al Immigrant Legal Resource Center, al Alto comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) y al Comité Internacional de Rescate (IRC).
Las compañías tecnológicas, que tienen un amplio número de empleados inmigrantes -algunos de los cuales proceden de los siete países vetados- se ven especialmente perjudicadas por la decisión del ejecutivo republicano. Brad Smith, presidente de Microsoft, ha escrito, al igual que Schultz, una misiva a sus trabajadores comunicándoles que hay 76 empleados de la empresa afectados por el decreto.
“Nuestra empresa os proveerá de apoyo legal y asistencia”, ha indicado Smith. “Microsoft defiende que las leyes migratorias pueden y deben proteger al público sin sacrificar su libertad de expresión ni su religión. Respetar esto es bueno para la gente, bueno para los negocios y bueno para la innovación”.
Mark Zuckerberg, creador de Facebook, también mostró su preocupación al recordar que Estados Unidos es “una nación de inmigrantes” y que él mismo tiene ascendencia austríaca, polaca y alemana, algo de lo que se siente orgulloso. “Debemos mantener las puertas abiertas a los refugiados que necesitan ayuda. Si hubiéramos los hubiéramos rechazado hace años, Priscilla (su mujer, de ascendencia china y vietnamita) no estaría hoy aquí”, ha publicado en un emotivo texto.
Tim Cook también ha dejado clara la posición de Apple: “creemos en la importancia de la inmigración, tanto para el futuro de la compañía como para el de nuestra nación. Apple no existiría sin la inmigración, y no digamos la innovación que produce”. Al igual que Microsoft, la multinacional, antiguamente dirigida por Steve Jobs, cuya madre era una inmigrante siria, tiene a miembros de su plantilla afectados por la orden y va a “hacer todo lo posible para apoyarlos”. Cook ha terminado su mensaje citando a Martin Luther King: “podemos haber venido en barcos diferentes pero ahora estamos todos en el mismo”.
Ejecutivos de otras compañías también se han pronunciado en contra de las políticas anti-inmigración, entre ellos Reed Hastings, CEO de Netflix, y Jack Dorsey, de Twitter, quien condenó la medida y recordó que “el 11% de los inmigrantes de Siria en Estados Unidos son propietarios de negocios, más del triple que los empresarios nacidos en Estados Unidos”. También Ford Motor Company ha mostrado su rechazo y ha pedido promover los valores del “respeto y la inclusión”.
Además, la empresa de mensajería instantánea Viber anunció este lunes que ofrecerá llamadas gratuitas desde Estados Unidos a los siete países afectados por el veto. Hiroshi Mikitani, CEO de la multinacional japonesa Rakuten (propietaria de Viber), expresó en Twitter su tristeza ante la orden ejecutiva firmada por Trump: “Está mal, como seres humanos, discriminar uniformemente basándonos en la religión o la nacionalidad”.
Por David García Maciejewski
Periodista, redactor de Diario 20minutos
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