El contrato que Figueredo no firmó

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Terminaba el año 2016 y la empresa Fox desmentía estar interesada en la adquisición de los derechos televisivos del fútbol uruguayo, como había anunciado semanas antes el CEO de la empresa Euroaméricas Sport Marketing, Gerardo Molina, quien presentó una oferta en la AUF y en un primer momento involucró en la propuesta a Fox y a Turner, que estaban disputando lderechos del fútbol argentino.

El desmentido se hizo oficial cuando ya desde la Asociación Uruguaya de Fútbol, sus dirigentes expresaban escepticismo sobre un posible acuerdo y ya joselo PAGINAel diario La República había publicado en tapa que la cláusula de rescisión del contrato de la AUF con Tenfield, por lo percibido por la Asociación en cumplimiento del mismo, alcanzaba los cien millones de dólares.

Objetivamente, Francisco Casal y sus socios compiten con Rupert Murdock y los suyos, en la Confederación Sudamericana de Fútbol; en muy desiguales e injustas condiciones pero compiten. También para Fox, Uruguay y Argentina son mercados convergentes en esa disputa, pero cien millones para Tenfield o Gol TV en otros mercados convergentes (Perú, Ecuador, Bolivia, Venezuela) potenciarían a un rival, si hubiese una oferta con algunos visos de concreción que la de Euroaméricas no tenía, a juzgar por sus resultados.

La primera vez que oí que Fox podría venir a obtener los derechos de televisación del fútbol uruguayo no fue cuando Hora 25 entrevistó a Molina recién salido de su primera entrevista con la AUF, cuando Molina se dedicó a decir además, que “Fútbol para todos es el peor ejemplo que se puede poner”.

No. La primera vez fue durante la campaña de Eugenio Figueredo para la Presidencia de la AUF.

Sin embargo, cuando Figueredo llegó a la Presidencia el contrato con Tenfield ya estaba en los hechos concretado. En febrero de 1998, Casal entregó “a cuenta” en la AUF, un millón novecientos mil dólares, para que pudiera comenzar la actividad del año. Esa entrega “a cuenta” ya significaba un cierre de las negociaciones por los derechos de televisación del fútbol uruguayo. Sólo la solución del eminente problema económico para empezar la temporada, fue dilatando el cierre formal del contrato. En ese interregno, Eugenio Figueredo, quien había sido rechazado para el cargo en dos oportunidades anteriores, llegó a Presidente de la AUF. A los pocos meses de asumir, enterado de todo lo ocurrido, de la entrega “a cuenta” de Casal, de la necesidad de cerrar el compromiso asumido, salió de la AUF una nota firmada por Figueredo, señalando que no había ninguna negociación cerrada. Así fue que nació la chance aprovechada por el grupo Otegui para hacer una supuesta oferta de treinta millones de dólares más que los cincuenta que se había negociado con Casal. ¿Por qué motivo Figueredo intentó ese gambito en la negociación de los derechos cuando conocía la realidad? El único Presidente que desde un principio se opuso al procedimiento de no llamar a licitación, el de Defensor Sporting, Eduardo Arsuaga, se negó a considerar entonces la nueva oferta.

Argumentó que tras haber estado siete meses negociando con una firma, tras haber llegado a un acuerdo y aceptado un adelanto, no era serio pedir otras ofertas con las cartas vistas, cuando ya era público el monto y el plazo del contrato acordado con Tenfield.

Evidentemente no era el contrato con Tenfield el que Figueredo quería firmar, sino el que no firmó y tal vez tampoco era Figueredo con quien hubiese querido firmar Casal. Figueredo llegó a la Presidencia con votos ganados, entre otras, por la posibilidad de cortar el vínculo con Casal. Tal vez no sea Donald Trump con quien preferiría Tabaré Vázquez acordar próximos convenios con Estados Unidos, sino con Bernie Sanders, pero el Presidente de los Estados Unidos es Trump. El de la AUF era Figueredo y no estaba solo.

(continúa)

 

Por José Luis González Olascuaga
Periodista y escritor uruguayo

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