La verdad es siempre revolucionaria y el mejor respeto hacia la gente es decirnos y entre nosotros la verdad. No hay verdades para dirigentes y otras diferentes para la gente. Hay que asumir la situación: la suma de las últimas encuestas demuestran que podemos perder las elecciones nacionales.
Si, aunque parezca un sacrilegio decirlo, estamos a más de 70 días y tenemos que mirar la realidad de frente. No estoy hablando de mayoría parlamentaria, estoy hablando de perder el gobierno. Y eso sería una tragedia. Sobre todo por cómo y con quién perderíamos el gobierno.
Algún compañero se horrorizará por lo que digo. ¿Es algo que no se discute entre el pueblo frenteamplista? ¿Hay algunas leves preocupaciones? ¿es un rayo en un soleado día de avances y de empuje del Frente Amplio? Lo que consideren que es así, tienen perfectamente la opción de contestarme o directamente de no leer esta nota.
¿Decir esto baja la moral? Por favor. La izquierda uruguaya tiene una larga historia de batallas, algunas que ganamos, otras no tanto y muchas que perdimos. Y dimos las batallas. No subestimemos a la gente, a nuestra gente. No somos triunfalistas, somos luchadores.
Lo más trágico es con quien podemos perder las elecciones: con la mayor operación de deformación y falsedad de los hechos de la política uruguaya. Es la realidad contra la peor ficción, la mentira.
Todos los demás partidos, expresan realidades, el candidato blanco Luis Lacalle Pou es una escenografía, una operación de marketing político. Nunca antes conocido en Uruguay, pero que funcionó en Chile, con Sebatían Piñera, con una imagen diferente. No era la juventud sino el éxito de la gestión empresarial. Fue un enorme fracaso. Los resultados políticos están a la vista, volvió Michelle Bachelet y la derecha obtuvo el peor resultado electoral de su historia.
El fulgor de la juventud fue utilizado en Brasil en la campaña de Collor de Melo y los resultados también son ampliamente conocidos.
No estamos discutiendo con realidades políticas, sino con un espejismo. Voy a demostrarlo.
Antes.
Luis Lacalle durante estos 9 años de gobiernos progresistas no se distinguió en absoluto por su apertura, fue un férreo y duro opositor. Solo ahora en la campaña electoral descubrió y trata de apropiarse de los logros de los gobiernos del FA. No tiene en absoluto un pasado «Por la Positiva» al contrario. Es una posición asumida y totalmente electoral.
Ahora
La consigna «Positiva» es insólita, miente sobre el pasado y refiere a un país con cambios profundos y que avanza y crece porque fue gobernado por el Frente Amplio. En ningún otro gobierno la oposición se podía plantear esa consigna, porque lo que no era positivo, al finalizar los gobiernos de Sanguinetti, Lacalle o Batlle era la realidad. Era negativa, para la mayoría de los uruguayos.
Las encuestas de opinión registran otro dato importante, que el gobierno actual tiene un nivel de aprobación bastante superior al 50%, que la opinión de los uruguayos sobre la marcha de la economía es positiva en más del 50% y solo el 30% opina negativamente. Esta situación político electoral es realmente insólita.
Es la realidad discutiendo con espejitos de colores.
El último video de Lacalle, que es de alta calidad profesional y la letra del jingle son la síntesis en 2´30 segundos de esa estrategia de marketing. ¿Qué tiene que ver Lacalle con la energía eólica, con las ceibalitas, con la prosperidad del campo uruguayo, con el clima de optimismo nacional? Nada. Este marketing es del mismo tipo que el de las tabacaleras con sus publicidades que utilizan a deportistas de primer nivel que fuman. Es un horror y sobre todo es falso.
Mañana
El mañana según los planes de las fuerzas conservadoras comienza el 1 de marzo del año que viene, cuando asuma el nuevo gobierno. Allí comenzaría la realidad, no gobernaría el personaje sino la persona, Lacalle y su entorno. Y si alguien se toma el trabajo de reconstruir sus opiniones y no solo la imaginación florida de su publicidad y su marketing, descubrirá o redescubrirá la dura realidad.
Las diferencias son frontales. Creo que en un solo tema estamos de acuerdo, en la democracia. No es poca cosa. Pero en la política económica, la propia designación de una economista cuyas virtudes son técnicas y especializadas en manejo de deuda, es un resumen de esas diferencias.
Lo que la derecha nunca va a entender que por encima de la Macro Economía está el MACRO PAÍS, está la sociedad. Y por eso han fracasado en todos los años anteriores. Porque consideran el manejo de la política económica como una técnica y no parte fundamental de la política. Cuando tocaron fondo convocaron a un político, Alejandro Atchugarry para calafatear el barco. Imaginen por un momento una funcionaria sin la mínima experiencia política manejando el timón de la economía…y ni que hablar que Lacalle de ese tema no sabe nada. Recuerden la paliza que le dio una estudiante en su presentación en la Universidad de Montevideo. Hace pocos meses.
La virtud de Danilo Astori es su visión integral a partir de la política, de la economía y del Macro Uruguay.
Lacalle esconde su motosierra detrás de su imagen angelical y de frases de circunstancia: «cambié la motosierra por fertilizantes». En las políticas sociales, en el combate a la pobreza, que consideran dávidas y no parte de un proceso de inclusión social donde el trabajo es lo fundamental, lo van a serruchar con todo. Como van a acerrar los salarios, dicho en términos más sutiles, el costo creciente de la mano de obra. Y con eso van a afectar cuatro cosas, el crecimiento de los salarios, de las jubilaciones, de los ingresos familiares y van a hacer retroceder el proceso virtuoso de redistribución con justicia social de la riqueza nacional. Será lo contrario, habrá una concentración creciente de la riqueza. Como antes. Sobre las transferencias a las personas más débiles y desprotegidas ya le salió al cruce el propio Jorge Larrañaga. Ahora, como candidato a vice.
No lo hacen por malos, lo hacen por sus ideas y sus valores. Ellos consideran que la libre competencia es la gran herramienta de la civilización.
Lacalle va a reducir los entes estatales, que han sido la clave para el gran salto en telecomunicaciones, en generación de energía, en modernización de la producción de combustibles y en muchas otras áreas. Los va a reducir al mínimo posible. Y eso porque no puede venderlos…
No quiero ni pensar lo que serían las relaciones sociales, las enormes tensiones sociales con los diferentes actores sociales. Es el anuncio de un caos creciente.
Ese tinglado en el que los decorados están sostenidos en músicas, discursos de autoayuda y splots…ya le dio resultado y derrotó al wilsonismo dentro de su partido. Si no lo advertimos y le respondemos nos hacemos parte del tinglado.
Algunos ilusos dicen que no hay que darle importancia. Yo tengo más humildad, creo que hay que asumir que no vamos a perder las elecciones, que la verdadera encuesta es el 26 de octubre y eventualmente cuatro semanas después, pero que se han prendido las luces anaranjadas. Y hay que reaccionar. Y no tengo la menor duda que de que podemos hacerlo. Pero hay que hacerlo, es una de esas ideas personales con las cuales estoy totalmente de acuerdo.
Por Esteban Valenti
Director Agencia uy.press
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