Lo que estoy escribiendo hoy domingo, posiblemente, se pondrá en pantalla mañana lunes. Víspera de un Paro General decretado por el Pit-Cnt con una plataforma que refleja los diferentes reclamos que en este momento levanta nuestra central sindical. Todos justos y dentro de ellos, ocupando un lugar destacado, se encuentra la solidaridad con los trabajadores del Gas que están en la peor de las situaciones.
Lo suyo no es por ajustes salariales, ni reclamos por las condiciones de trabajo. Lo suyo, y hay que remarcarlo, es porque la patronal utiliza los despidos masivos para chantajear al Gobierno a fin de conseguir condiciones ventajosas para retirarse con ganancias de un negocio que no le resulta.
Aquí no hay nada de intransigencia sindical; fórmula tras formula el Sindicato, el Ministerio de Trabajo y el mismo Pit-Cnt han intentado encontrar soluciones y todas se han estrellado ante la inconmovible decisión patronal.
¡Despido, liquido, le saco ganancia al Gobierno y me voy! En resumen, tal ha sido y será la posición patronal.
Ni siquiera tal posición podría estar justificada por enormes pérdidas que estuviese sufriendo la Empresa. Cierto, el negocio no es brillante; pero la decisión de levantar vuelo tiene que ver con la matriz. Con ese gigantesco conglomerado que es Petrobras, con su corrupción y sus escándalos y con la política de entregarla a manos privadas.
Hace años, cuando el Dr. Lacalle de Herrera estaba en la Presidencia intentó vender el patrimonio industrial y comercial del Estado. Es cierto que, a último momento y viendo que se perdía el tren, se subió el Dr. Sanguinetti al histórico pleibiscito que salvó a los entes. Pero, durante su primer mandato, con aplicación digna de mejor causa, se encargó de hacerlos vendibles.
Así como están, resumió su dictamen un entendido: Nadie se interesará. Tenemos que alivianarlos de personal para hacerlos vendibles.
Si la vieron, tienen que recordar aquella película: “Mujer Bonita”. El protagonista, que estaría unos días en la ciudad, alquila una prostituta para que lo acompañe ese tiempo. ¡Hombre de suerte! Encuentra a Julie Roberts. Pero, no quiero referirme a la parte romántica sino a la profesión del galán. ¡Mujer afortunada, el galán era Richard Gere!
Lo interesante eran sus actividades. Era un financista que avizoraba empresas en dificultades, las compraba y descuartizaba para venderlas vacías de trabajadores y por partes autosuficientes.
Bueno, eso es lo que está pasando con Petrobras, con Embraer y posiblemente pase con el complejo siderúrgico: lo dividen en pedacitos, lo vacían de trabajadores y lo venden. O “lo asocian” con otra más grande que se quedará con la mayoría del capital accionario.
Así como han creado las condiciones para subdividir la Amazonia y entregarla “vacía”
¿Quién sino el gran capital financiero puede comprarlos? Trasnacional, cierto, pero con sede en Estados Unidos porque es esa Ley la que quieren que los ampare.
¡Mala la tienen los compañeros del Gas! Y más nos vale aprender de su peripecie. Que, con la ayuda de todos no está irremediablemente condenada pero que está durísima.
En esta semana que comienza no estará únicamente el Paro General, también se cumplirá un nuevo aniversario del Golpe de Estado del 27 de Junio de 1973 y la Huelga General que lo enfrentó y continuó enfrentando a la Dictadura Cívico-Militar sin un día de tregua en los largos doce años.
No fuimos los únicos, no pretendemos la exclusividad de la lucha por el orden institucional para los trabajadores. El pueblo en general, de la forma en que podía manifestarse, enfrentó.
Y se expresó valientemente cuando pudo. Con claridad y dureza rechazó a la Dictadura y reclamó sus derechos.
Sin reclamar una exclusividad que podría haber sido heroica pero que, sin duda hubiese sido insuficiente, si me enorgullece la tenacidad con la cual los trabajadores organizados mantuvieron la lucha.
Fruto de la larga resistencia popular el próximo domingo echará a andar el largo proceso electoral que culminará renovando el equipo de gobierno.
Que, cualquiera sea su color, será nuestro legítimo Gobierno ya que emanará del pronunciamiento libérrimo del Cuerpo Electoral.
No hay otro poder que el que legítimamente emane de las urnas y como tal lo acataremos.
Lo que no significa sumisión pero sí: respeto.
La Democracia no nos impide defender nuestros derechos y luchar por ampliarlos. Tampoco es impedimento para luchar por aquellas mejoras que consideremos justas y en defensa de nuestro trabajo y nuestra organización sindical.
Aún más y esto es lo más importante, el respeto al orden constitucional y a los gobiernos que legítimamente emanen de la voluntad del Cuerpo Electoral no impiden luchar por un orden mejor.
Es absolutamente legítima la Reforma Constitucional que propone el Dr. Larrañaga porque ha cumplido con los pasos que la Constitución establece.
Otra cosa es si compartimos o no su propuesta. Tenemos amplio derecho a defenderla y está bien que el Dr. Larrañaga utilice la Cadena Nacional para ello. Así como es absolutamente legítimo oponerse a ella.
Su derecho el proponerla, el mío, por el contrario, es rechazarla.
Y las urnas decidirán en su momento.
A sabiendas de que enfrentaremos tiempos difíciles llamo a quienes me lean a dar la batalla por impedir los planes de la Derecha y avanzar con las banderas progresistas.
Ahora y siempre.
No me quiero meter en consideraciones demasiado explicitas porque no sé cuándo empieza la veda, pero si quiero y puedo recordar que la Dictadura que nos oprimió entre el 73 y el 85 no fue neutral en el manejo de la Economía.
Nació de los conciliábulos fascistoides y de ls ambiciones mesiánicas de algunos militares. Pero, la reclamaban los sectores patronales más aventureros y reaccionario y la aupó y bendijo el Imperialismo.
En el mundo comenzaba a desplegarse la nueva economía correspondiente a las innovaciones de la Revolución Científico-Técnica y el Capital Financiero comenzaba su reinado.
La voz de orden era: ¡Alinearse con el despliegue global del Capitalismo! Por supuesto, en ese cuadro el gobierno progresista de Allende era “el enemigo” y en general, la fuerza de los trabajadores organizados debía abatirse hasta su extinción.
Mucho se habla de los treinta mil “desparecidos” en Argentina. La gran mayoría de ellos durante el período del Gral. Videla que justificó el genocidio con la excusa de que se estaba librando una “Guerra no Convencional”- Sin embargo, los números muestran que la gran mayoría de los ejecutados y desparecidos no eran “guerrilleros”-
Eran dirigentes sindicales de base que enfrentaban a las automotoras extranjeras o que amenazaban la dulce siesta de los capitostes del sindicalismo oficial.
Las dictaduras del siglo pasado no libraron una guerra de “defensa nacional” como proclamaban. Ejecutaban puntualmente los dictados de la guerra social.
¡Era necesario abatir y liquidar la lucha popular! Había que evitar a como diera lugar, que la lucha popular terminase por arrebatar el Poder a las oligarquías y al Imperialismo.
Seria pecar de ingenuos si creyéramos que con la recuperación del orden institucional los poderosos del mundo no continuasen luchando por más riqueza y más poder.
Siempre ha sido una meta ambicionada por la Derecha el liquidar toda organización popular y/o sindical. Por la fuerza de las armas si ya no pueden seducir y engañar.
Y siempre ha sido anhelo de los trabajadores y el pueblo terminar con la explotación del hombre por el hombre.
Vivir en un país libre y en una sociedad justa y solidaria.
¡Así están planteadas las cosas!
Por Eduardo Platero
23 de junio de 2019
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