Medicina Privada: de Katrina a New York…

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El año 2005 se produce en EE.UU., en Nueva Orleans, el huracán Katrina con una furia tremenda. Dejó en evidencia “el sueño americano” para el resto del mundo. Recuerdo ver los helicópteros sacando gente de arriba de los techos de las casas. Todos eran afroamericanos pobres. Los llevaban a unos estadios enormes.

El huracán dejó en evidencia un sistema basado en las desigualdades y el egoísmo. Un sistema donde hay hospitales para ricos y otros para pobres. Unos fantásticos y otros desastrosos.

El huracán Katrina fue la encarnación de una sociedad y una cultura que dejó ahogarse a los residentes más pobres de Nueva Orleans.

Los estadounidenses con plata se fueron de la ciudad, alquilaron en los hoteles y llamaron a sus compañías de seguros. Las 120.000 personas de Nueva Orleans sin autos, que dependían del Estado para organizar la evacuación, esperaron un salvataje que no llegó.

Incrédulos, muchos pensaron que el Estado de la primera potencia mundial, acudiría en ayuda de la gente durante el cataclismo. Pero ¡NO! Faltó el Estado. Lo venían privatizando todo.

La tormenta mostró todas las mentiras sobre el capitalismo estadounidense y su eficiencia. Todo falló. Desde los diques que nunca fueron reparados, el sistema de transporte público fracasó y lo único que hicieron fue decirle a la gente, que si el huracán venía, deberían irse de la ciudad.

Y llegó la FEMA (Agencia Federal para la Gestión de Emergencias) una agencia dirigida por las grandes corporaciones para las que gobernaba Bush.

Un año antes del Katrina el Estado de Luisiana había solicitado fondos a la FEMA para desarrollar un plan de contingencia ante un potente huracán. La petición fue rechazada. Fue uno de los tantos planes que destruyó Bush.

Por un lado un sector público escuálido y por otro una infraestructura corporativa paralela y suntuosamente financiada por el Estado. Cuando hay que darle plata a los millonarios no hay límite, pero cuando hay que financiar las funciones básicas del Estado, como la salud, las arcas están vacías.

Mientras la ocupación de Irak ya era un fracaso. El mismo fracaso se puso de manifiesto cuando golpeó Katrina.

çEl Katrina fue una tragedia. Pero para Milton Fridman era una oportunidad para hacer negocios en el libre mercado. Eliminaron la ley Davis-Bacon que establecía que en los contratos federales se tenía que pagar un salario digno. Otra medida impulsada por los neoliberales fue hacer de la región entera una zona de competitividad económica, con beneficios fiscales y desregular aún más el trabajo. Y la tercera medida fue darle un cupón a los padres para usar en las escuelas chárter, así de paso privatizaban lo poquito público que va quedando.

Esta política continuó profundizándose con Donald Trump. Con un Estado cada vez más privatizado. Con un Estado cada vez más ausente donde a los gobernantes y a los millonarios, lo único que les interesa es ser más millonarios.

Es la moral del capitalismo.
Tuvieron más de tres meses para prepararse contra el coronavirus. Y al 5 de abril de 2020 EE.UU, es el país con más infectados y va a batir todos los récords en fallecidos.

Quedó a la vista todos los recortes a los programas de asistencia sanitaria a gente sin recursos. Que la primera potencia mundial no le pueda proporcionar ni siquiera tapabocas al personal sanitario, está todo dicho. No producen respiradores suficientes.

En New York la mayoría de los muertos son latinos y afroamericanos.

A quedado a la luz pública mundial la ineficiencia de la economía y el gobierno norteamericano.

Contrasta la eficiencia de un país socialista como China con la ineficiencia de la mayor potencia capitalista.

Contrasta la solidaridad de los chinos con la insolidaridad de EE.UU. Si no pregunten al gobierno y pueblo italiano.
En China la salud es toda estatal. En EE.UU la salud es privada.

Una sociedad donde lo más importante son los negocios, no le sirve a la humanidad.

 

Por el Prof. Gonzalo Alsina

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