En junio de 2020, se cumplen 70 años del inicio de la primera “guerra caliente” de la Guerra Fría y de la era nuclear: la Guerra de Corea.
La Revolución China triunfó el 1º de Octubre de 1949, El primer hecho relevante que puso en tensión a la nueva República fue la Guerra de Corea que estalló el 25 de junio de 1950, a menos de 9 meses de la independencia China.
Corea estaba dividida por el paralelo 38º en Norte y Sur, socialista y capitalista respectivamente de acuerdo a las contradicciones de la época.
Se produjo fruto de la intervención estadounidense directa en dicha península desde mucho antes, produciéndose un despliegue inusitado de las fuerzas navales norteamericanas en Taiwán, Filipinas y todo el sudeste asiático, como un aumento del apoyo a los franceses en Vietnam, o sea en la vecindad de China lo que era una amenaza para su soberanía, dado el permanente y provocador proceder de la aviación y la marina de EE.UU incursionando en el espacio aéreo chino. Intromisión en territorio chino y provocaciones permanentes en el Mar de la China donde eran acosadas y detenidas naves chinas produciendo pérdidas humanas y materiales. Esto se suele ocultar cuando se habla de este tema.
En ese contexto, Estados Unidos hizo aprobar una resolución en la ONU para imponer el embargo a la República Popular de China, cuyo lugar en el Consejo de Seguridad era ocupado por Taiwán ilegítimamente.
Toda esta situación hizo que China se involucrara en la Guerra de Corea. La República Popular de Corea ya existía desde 1945; lograron su propia independencia cuando los chinos estaban por empezar la guerra civil que terminó en octubre de 1949.
No fue una revolución exportada.
Después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara el 4 de julio- con la ausencia del representante soviético- una resolución de rechazo a la incursión armada de Corea del Norte en Corea del Sur, y ante el colapso inminente de ese país, se produjo la intervención militar directa de EE.UU. en el conflicto con un gran contingente naval, aéreo y terrestre bajo las órdenes del general MacArthur.
Para EE.UU este conflicto se daba en la lógica de la Guerra Fría. La rápida acción militar obligó a Corea del Norte a regresar a sus fronteras internacionales, creando condiciones para una negociación del diferendo.
Pero, el 7 de octubre de 1950 la Asamblea General de la ONU dio el visto bueno a las tropas de EE.UU para penetrar en territorio de Cores del Norte, realizando una ofensiva que llegó a la frontera con China en el Río Yalu. En ese contexto, donde además EE.UU movilizó la poderosa Séptima Flota en el estrecho que separa a China de Taiwán, lo que fue considerado por China como una intervención en sus asuntos internos.
Por ambas razones La RPCH decidió intervenir en el conflicto con 200.000 soldados que obligaron a las tropas bajo el mando de EE.UU a retroceder, lo que luego llevó a una nueva negociación que puso fin al conflicto.
Pero antes el general MacArthur intentó un ataque contra China, e incluso estaba dispuesto a usar el arma nuclear, por lo que fue destituido por el Presidente de los EE.UU., dando lugar al cese del fuego y al comienzo de las negociaciones para un armisticio que fue firmado en julio de 1953 en el pequeño poblado de Panmunjom cerca del paralelo 38º que fijaba el límite entre las dos Coreas, que se mantiene hasta el día de hoy.
Acerca de la guerra…
“Corea del Norte es una tierra montañosa, de valles estrechos y ríos rápidos. Las vías férreas y las carreteras tienen que pasar por centenares de túneles y miles de puentes. Las carreteras son verdaderas trampas destructoras de camiones, subiendo o bajando, fangosas, pedregosas, abundantes en curvas y hoyos profundos.” Así describe un enemigo de Corea del Norte, el general cuatro estrellas James A. Van Fleet comandante durante 22 meses del 8º Ejército de EE.UU en Corea y al decir del presidente Eisenhower el “mejor oficial de combate con que cuentan las fuerzas armadas”.
Estuvo en Corea desde el 14 de abril de 1951 hasta el 14 de febrero de 1953, cuando por diferencias con el mando superior, fue sustituido por el general Maxwell Taylor como nuevo comandante del Octavo Ejército.
En agosto de 1953 cuando ya se había firmado el armisticio del cese del fuego, el general Van Fleet había hecho declaraciones a la revista Life que reprodujo las Selecciones del Reader´s Digest, de la que saco los testimonios del general y sus opiniones.
El 14 de abril de 1951 llegó a Corea y se puso al mando del 8vo Ejército, que venía sufriendo duros golpes. Según este halcón entre los halcones de la guerra y resentido con los mandos superiores, dice: Las seis semanas que siguieron fueron de gran significación histórica para las armas de los EE.UU. (…) Derrotamos sus ejércitos y habríamos podido destruirlos. Pero intervino…Washington y se nos ordenó detener el avance. Sobrevino el estancamiento, y luego el discurrir prolongado e inútil de las conversaciones sobre armisticio.”.
Está hablando de 26 de mayo de 1951 y la guerra llevaba casi un año. Podemos sacar algunas conclusiones. El general es partidario por la formación recibida y su experiencia en las dos guerras mundiales, de una guerra rápida y está en contra de una guerra de trincheras. Enseñanzas que saco de ambas guerras mundiales.
EE.UU. país imperialista y primer potencia mundial preparaba a sus tropas en base a su poderío naval aéreo y terrestre, para guerras rápidas.
Pero había dos problemas: la geografía que el mismo describe y el factor humano. Tanto los coreanos del norte como los chinos venían de pelear una guerra irregular con algunos elementos de guerra de movimiento. Además eran soldados que peleaban por una guerra justa, la defensa de su soberanía.
El general en su testimonio es contradictorio porque lo nubla su anticomunismo.
Voy a tratar de desentrañarlo.
Pero primero explicar su malestar por las conversaciones de paz, que el general considera inútiles, y que según él había condiciones para ganar la guerra, y que el gobierno de Washington los detuvo.
Por Pablo Reveca
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