Hay un discurso genérico de guerra contra las drogas, importado de EE.UU. Los mismos que ahora dicen que han fracasado en esa guerra.
El Uruguay es una zona de tránsito usado por los empresarios-narcos. De tránsito para Europa y África, pero a una escala menor comparado con otros países.
Por lo tanto, la droga pasa de Brasil o de Argentina, los dos países con los que tenemos límites.
Por los antecedentes históricos de los operativos, una parte muy grande cruza el río Uruguay y usan estancias para recalar transitoriamente. Algunos de los últimos operativos más sonados tuvieron a estancieros como protagonistas, muchos de ellos del litoral uruguayo.
Con las políticas neoliberales los latifundistas y empresarios que se dedican al negocio ilegal han ido corrompiendo del lado argentino a funcionarios de los puertos que están en el rio Paraná, donde además, muchos de esos puertos, son privados. La ciudad de Rosario es una de las ciudades que usan los narcos, para luego pasar una parte de la droga para Uruguay.
En Rosario en la provincia de Santa Fe, la delincuencia vinculada al narcotráfico, los niveles de violencia, el “gatillo fácil” y la estigmatización de los jóvenes pobres, avanza día a día. Santa Fe tiene una tasa de homicidios que duplica la de nivel nacional.
¿Acá no se corrompe nadie?
O sea, que el negocio de los granos y de las drogas muchas veces se superpone. Las cosechas o parte de ellas son en “negro”. Si pasan los granos de manera ilegal, pasan las drogas también. No es casualidad la aparición de contenedores de soja con cocaína.
La mira de la lucha contra los narcotraficantes se debe poner más en el tráfico de drogas y el tráfico ilegal de granos, organizados por grandes empresarios, que operan legalmente. No son mundos compartimentados, sino yuxtapuestos.
Acá en esta región donde hay cuatro países productores de soja de los más importantes del mundo; no hay narcotráfico sin tráfico ilegal de granos, sin evasión impositiva, sin fuga de divisas, sin estancias, sin fideicomisos para lavar el dinero no declarado.
Una de las vías para lavar el dinero sucio es en bienes inmuebles, en grandes edificios.
¿Cuál es el trabajo de la inteligencia estratégica en los negociados de Punta del Este?
Porque si dicen que los enemigos son el narcotráfico y el terrorismo, parece lógico que se investigue la ruta del dinero narco.
Habría que investigar algún que otro estudio jurídico-contable donde se arman entramados financieros para que se le pierda el rastro al negocio grande de la mafia. A eso no se dedica el chiquitaje.
Hay “prestigiosos” estudios, con contadores, abogados y asesores financieros, que se dedican al lavado de dinero y activos.
Llama poderosamente la atención las facilidades que les da la LUC a los lavadores de dinero, que ahora, hasta 100.000 dólares no tienen el control que había antes. Hemos retrocedido. Un motivo de sobra para derogar esta ley.
Por Pablo Reveca
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