El 27 de mayo de 1975 es detenido por integrantes de la DNII, la OCOA y el SID.
Tenía 33 años y era oriundo de Treinta y Tres, padre de dos hijas. Había sido empleado de la Caja Rural.
Según su madre Elena Eugenia Martínez: “Mi hijo Pedro Ricardo Lerena Martínez que se encontraba en la clandestinidad desde el año 1972, fue detenido el 27 de mayo de 1975 en la calle Bvar. Artigas por efectivos de las FF.AA.
No tuve noticias de este hecho sino hasta un mes después de su detención a través de los medios de comunicación públicos (…) me dirigí entonces a la Región Militar Nº 1 sito en la calle Agraciada Nº 3423 donde luego de largo peregrinaje se hizo cargo de la ropa que llevaba mi hijo el Mayor Ramón Albornoz, quien me informó que Pedro se encontraba en el Regimiento Nº 4 de Caballería a cargo del Tte. Cnel. Bonifacio.
Concurrí entonces al mencionado establecimiento militar donde se me dijo que no podían dar ningún tipo de información con excepción de que mi hijo se encontraba allí.
Nunca recibimos cartas o noticias de él. Solo la ropa. La primera vez que me entregaron ropa, recibí su pantalón impregnado de alquitrán (el cual no se adjunta por haber sido enviado a las NN.UU. en el año 1975.) Entregué ropa por primera vez en el cuartel en el mes de junio. Luego cuatro veces en julio, cuatro en agosto y tres en setiembre.
En un establecimiento militar de la calle Castro casi Raffo fui informada de que mi hijo había sido trasladado en la segunda quincena del mes de setiembre al 9º de Caballería. (…) El 26 me dirigí al Regimiento con sus dos hijas de 7 y 9 años a preguntar por su estado de salud… (…)”
Los asesinos ya lo habían matado y el juzgado militar dispuso hacer la autopsia varios días después, el 29 de setiembre. Ese mismo día le entregaron el cuerpo a los familiares.
Según la versión del incalificable Dr. Militar, Mautone, la causa de la muerte fue ahorcamiento.
“La familia al abrir el cajón comprueba que el cuerpo presenta quemaduras en varias partes, especialmente en los genitales, pies intensamente hinchados como consecuencia de las colgadas y delgadez extrema (…) No presenta señales de ahorcamiento.”
Los entrecomillados son de la Comisión para la Paz, carpeta Nº 13/88.
Testimonio de la madre de Pedro Lerena ante el Juzgado Letrado de Primera Instancia en lo Penal de 12º Turno del 6 de setiembre de 1985: “(…) El día 29 de setiembre por la noche una persona llamó a la esposa de mi hijo para decirle que se presentara acompañada en el Hospital Militar a la hora 23. Allí apareció un oficial con dos militares más y me dijo que “Hubo un accidente. Su hijo se ahorcó con una cuerda que Ud. le mandó. No le haga autopsia que ya está hecha”. En la autopsia decía “ahorcado”.
Observamos sin embargo que el cadáver no tenía marcas en el cuello; la lengua estaba adentro de la boca; no estaba cianótico y las manos contraídas presentaban quemaduras cicatrizadas. Tenía varias costillas rotas y el esternón hundido. Los testículos y el pene los tenía absolutamente negros y achicharrados; los pies estaban intensamente hinchados. Esta revisación fue hecha en presencia de varias personas.”
Según consta en la denuncia del Juzgado estuvieron presentes: el Dr. Carlos Martínez Moreno, Pedro Maggi, la esposa de Pedro Lerena, Adela Tabeira y su hermana Irma Lerena Martínez. Carpeta Nº 13/88. Luego se amplió la denuncia y aparecen como testigos de haber visto el cadáver y que certifican ante la justicia de que no había marcas de ahorcamiento: “Elsa Dolora de Mallada (…), Amanda Fernández de Fantín (…), Haydée Legaspe Carrara (…), Beatriz Huyeres (…) preguntada: Si desea agregar algo más (…) Contesta: Quiero que estas personas sean llamadas, porque estuvieron presentes cuando yo abrí el féretro. (…)” Según Comisión para la Paz. Carpeta Nº 06/90.
Queda claro como actuaban varios integrantes de las FF.AA. Torturadores y asesinos. Mentirosos y cobardes. Sínicos hasta para entregar el cuerpo que lo habían torturarlo hasta matarlo. Le quebraron varias costillas y el esternón, le quemaron con alquitrán los genitales. ¿Esta es la guerra de la que hablan? ¿Este es el honor militar?
Guido Manini Ríos, el defensor de los torturadores, ¿no tiene nada para decir?
El jefe del Regimiento Nº 9 de Caballería era el Tte. Cnel. JULIO LITOSKI.
Pedro Lerena está enterrado en el Cementerio del Norte en el Nicho 191.
De la comparación de todos los documentos tanto sobre la fecha de detención como las de su muerte, surgen contradicciones.
¡Yo le creo a la madre de Pedro Lerena Martínez!
Lo detuvieron el 27 de mayo de 1975 y entregaron el cadáver el 29 de setiembre de 1975, en el Hospital Militar. Fue asesinado por torturas en el Regimiento de Caballería Nº 9.
El 25 de junio de 1990 el presidente de la República, Dr. Luis Alberto Lacalle envía una nota al Presidente de la Suprema Corte de Justicia, donde al final dice: “…el Poder Ejecutivo tiene el honor de comunicar a esa Corporación –de acuerdo a lo establecido en el artículo 3ro de la ley Nº 15.848- que los hechos referidos los considera comprendidos en el artículo 1ro del mencionado cuerpo legal.” Se refiere a la ley de Caducidad que perdona a los torturadores y asesinos, votada el 22 de diciembre de 1986 por los partidos Nacional y Colorado.
El 11 de setiembre de 1990 Lacalle vuelve a reiterar lo mismo. Como no es un desaparecido no aplican la ley referida. O sea, que la tortura está bien para el expresidente. Guido no está solo.
Prof. Gonzalo Alsina.
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