Trump y Biden en patético debate

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(Primer debate)

El título refiere al debate entre Donald Trump y Joseph Biden, este martes pasado, transmitido en vivo y en directo por televisión al mundo. Patético en su acepción de despreciable.

Si bien Trump resulta un personaje sin vergüenza ni límites éticos de naturaleza alguna, el desarrollo del mismo, y la conducta del oponente Biden y del moderador, contribuyeron en gran medida a dar un espectáculo indecoroso, indigno y grotesco. Insultos personales y familiares, interrupciones y expresiones subidas de tono, impregnaron los temas que debían, supuestamente, tratar ambos. Biden fue el que intentó expresar sus líneas programáticas, pero acosado por su contrincante entró en el juego. También agredió duramente a un personaje detestable y ordinario, pero se puso al mismo nivel.

Los votantes que vieron el debate (según las encuestas tres de cada cuatro que expresaron su voluntad de ejercer el sufragio) deben haber experimentado una gran decepción. Quizás no tanto los supremacistas blancos organizados y violentos (considerados por el FBI como una amenaza a la seguridad nacional), a quienes Trump se negó a condenar pese al insistente pedido del moderador. “Aguanten … esperen …” fue el mensaje que les dedicó como respuesta. La imagen que transmitió al mundo fue un daño de magnitud a la confrontación de ideas, en libertad y con respeto, tan necesarias en una democracia.

Más allá de lo que arrojan las encuestas sobre el resultado de este engendro que presenciamos el martes, más allá de que las encuestas pocas veces son alteradas por los debates, el resultado más probable es que haya logrado que ciudadanos que no tenían decidido ir a votar, se hayan decantado por no hacerlo. Si bien Biden lleva una ventaja considerable sobre Trump en todas las encuestas, y casi todas en todos los Estados, ese efecto no lo favorece.

La conducta de Trump era esperable. Su gestión, su vida anterior como empresario sin escrúpulos y evasor contumaz de impuestos, su condición de racista, xenófobo ,homófobo y supremacista hizo que no causara tanta sorpresa. Si sorprendió la actitud de Biden,  descendiendo a su nivel de agresividad, desencajado y con ira.

Será difícil que se le preste la misma atención a los dos debates restantes entre ellos. Quizás el único debate que sostendrán Kamala Harris y Mike Pence sea esperado con expectativa por quienes quieran conocer ideas sobre cómo sería un gobierno futuro, esperando por propuestas. De todas maneras, para periodistas, analistas y politólogos de Estado Unidos les debe haber servido para no seguir hablando, como algunos hacen con frecuencia, de la política de los países de América Latina y el Caribe como si tuviera un rango inferior a la del norte del continente.

Ubiquémonos en la realidad y pensemos que los Trump y los Bolsonaro no salieron electos con votos de analfabetos. Hay ciudadanos, que no creen en su condición de tales, de todas las edades, razas y segmentos socioeconómicos y culturales, que los votaron. A Hitler y Mussolini, hace décadas también.

Por Carlos Pita
Médico, político, ex embajador uruguayo en EE.UU.

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