que acostado de los pies de la cama, tenía casi en la cara de la madre los talones sucios de caminar en el piso de tierra.
Una suave brisa entraba por la unión de las chapas , mientras en el piso, arriba de una vieja frazada, dormían los dos hijos mayores, El Braidan y El Romi,.
La Rosita vio que su marido se reía dormido,
¿ quién sabe qué está soñando? se dijo para sus adentros.
El silencio era grande, aquella noche en «La Chacarita», el trote de algún caballo de vez en cuando y nada más.
Se hicieron las 6 y Rosita se levantó, puso a calentar la leche, mientras sacudía a su marido,
que seguía riendo entre sueños.
Ella sabía que a veces le costaba despertarse, pero anoche no había vino y se durmió » fresquito», era raro. Insistió y el cuerpo se movía, pero la risa no desaparecía.
Dale viejo, arriba que que «hay que salir a buscar la de hoy».
Allá a las cansadas, EL Pedro se despertó, siempre con la sonrisa dibujada, La Rosita se asustó, porque nunca era tan simpático, él se levantó sin decir palabra , mientras ella despertaba a los hijos mayores con » el canto» de todos los días, » tomen la leche y vayan a enganchar al » macondo» al carro.»
El Pedro, se sentó en una de las tres sillas canguecas que habían recogido en Picitos, seguía en silencio y La Rosita comenzó a preocuparse, ¿ qué te pasa viejo ?.
El sueño, respondió lacónicamente, ¿ el sueño?
preguntó ella.
Entonces El Pedro abrió los ojos grandes y dijo, hoy no tenía que haberme despertado….
¿ a no? Preguntó La Rosita.
No vieja, soñé que estábamos los cinco, desayunando, que yo tenía trabajo y que los dos grandes iban al Liceo.
Ella enmudeció y no pudo esconder una lágrima rebelde.
Bueno viejo, por lo menos estamos vivos, dijo sin convencimiento.
Con esto de ese bicho que mata gente, uno no sabe de que bolsa de basura que revuelve, le va a saltar a la garganta.
Ayer me dijo La René, que le contaron que hay alguna gente diciendo » que hay que quedarse en casa», ¿ en serio vieja? Y con que puchereamos?.
Bueno hay » otra» gente que pide que nos den una ayudita para poder quedarnos.
¿ Y el gobierno qué dice?. No dice nada viejo.
Entonces, hay que salir, porque estamos entre la vida y comer y… sin comer no se vive aunque se arriesgue la vida
Un beso viejo, te espero con el mate… hoy sí
mañana…. ¿ quién sabe?
Por Esteban Nuñez
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