Después de 10 años en dictadura, que estaban prohibidos los 1º de Mayo, en 1983 más de 100.000 trabajadores llenaron la explanada donde hoy es la plaza 1º de Mayo. La gente llegaba hasta Gral. Flores y Libres.
Los trabajadores lucharon todos los días que duró la dictadura. Desde la huelga general del 27 de junio de 1973… Pero aquel primero de mayo de 1983 realizado en un clima represivo, fue autorizado porque la dictadura que había matado y asesinado, pensaba que no iba a a ir mucha gente. Y se equivocaron de nuevo. El aumento de la lucha popular abonó el salto cualitativo que dio inició a la contraofensiva popular que obligó a la dictadura a negociar unas salida en el año siguiente.
Hoy quiero rescatar la Carta, órgano de prensa del Partido Comunista del Uruguay, dirigido acá dentro de nuestro país en la clandestinidad, por Ramón Cabrera, alias “Jesús”, el último secretario en la clandestinidad. Órgano de prensa clandestino que nunca dejó de salir.
Dice la Carta Nº 112, que dirigía Ramón:
“La experiencia del 1º de Mayo”
“Las libertades se ganan en la calle”
“El multitudinario acto del 1º de Mayo constituyó otro contundente golpe a las pretensiones continuistas de la dictadura. Su plan de mantener elementos de la estructura fascista en una democracia tutelada sufrió una nueva y contundente derrota.
Hoy la vida política gira en torno a lo que hacen las fuerzas democráticas, y la figura protagónica es la clase obrera, junto a los estudiantes y otras fuerzas sociales. Y con la clase obrera, los estudiantes, capas medias, etc, pasan a primer plano el Frente Amplio, el Partido Comunista y otros sectores políticos de la izquierda uruguaya que la dictadura pretendió erradicar para siempre de la vida del país, que permanentemente estuvieron, que se expresaron, siempre, que contribuyeron en forma significativa al plebiscito y a las elecciones internas, y que hoy se expresan con perfil propio, reclamando el espacio político que legítimamente les corresponde.
La dictadura procura –a través de las negociaciones- mantener su plan: “constitucionalizar” todo lo que sea posible de la actual estructura fascista, para llegar en 1985 a una democracia tutelada, a partir de la cual se iniciaría el restablecimiento de las libertades públicas y la vigencia de algunos derechos. En particular se mantendría en forma indefinida la ilegalización del Partido Comunista y de otros sectores integrantes del Frente Amplio.
Las Convenciones de los partidos autorizados se pronunciaron por el restablecimiento pleno de la democracia, por la vigencia total de las libertades públicas, y, con matices, por acortar el plazo de la dictadura para que entregue el poder. Estos planteos serán llevados próximamente a la mesa de negociaciones con la COMASPO. Pero para recuperar la democracia no alcanzan las negociaciones, por más democráticas que sean las posiciones que los partidos lleven a las conversaciones.
Las libertades y derechos se consiguen en la lucha, creando espacios políticos y ocupándolos, ejerciendo las libertades y acorralando a la dictadura para que no pueda impedirlo.
Los pronunciamientos públicos, la acción política que han desarrollado las tres convenciones autorizadas, la difusión que tiene en la prensa y radio los reclamos de libertades públicas, el levantamiento de proscripciones a hombres y partidos y las denuncias de la política económica del régimen, no están previstos en la llamada Ley de Partidos. Son el fruto de la acción política que los partidos autorizados han desarrollado, y que van aislando progresivamente al régimen.
La manifestación del 1º de Mayo, la constitución de un organismo que coordinara la acción de los trabajadores de diferentes gremios, la fundamentación madura que el Plenario hizo de la lucha de los sindicatos en nuestro país, la difusión masiva a través de la prensa y radio de las grandes consignas del acto del 1º de Mayo –“Libertad, trabajo, salario y amnistía”- seguramente no estaba previstos en los planes de la dictadura. Fueron conseguidos con la lucha, arrancados con las masas en la calle, ganados a la dictadura, reduciendo más y más su capacidad de maniobra. Lo que salga de las negociaciones no puede estar – de ninguna manera- por debajo de lo que el pueblo ya ha conquistado.”
Sigue la editorial de Carta:
“En la reunión del Comité Central de febrero, se señalaron los desarrollos de más alta probabilidad en el proceso político que estamos viviendo. No deben tomarse en forma esquemática, sino como indicación de posibles desarrollos.
Ellos son:
1º) Cumplimiento del cronograma, aceptación de la tutela militar bajo alguna de las formas, y democracia restringida para después de 1984. Esta opción es la acordada por la dictadura con el imperialismo, ha sufrido grandes golpes, pero sería prematuro sacarla de entre las posibles.
2º) Con duras y complejas luchas, ir modificando la correlación de fuerzas cada vez más en favor del pueblo, ir ganando espacios legales para el pueblo, para la clase obrera, para la izquierda y para nuestro Partido. Que permita la expresión semilegal –incluso legal- del Partido, junto con el fortalecimiento de la estructura clandestina. Que cree las premisas ineludibles para el triunfo de un sector democrático en las elecciones, sea también el triunfo de la democracia.
3º) Que una parte de las tareas de democratización queden pospuestas para después de 1984, que una cantidad de tareas no resueltas en la primera etapa queden para ser resueltas en la segunda.
Lo que surja del diálogo político, que se logren avances para hacer de 1983 realmente el año de la libertad de los presos políticos, incluso las condiciones para que después de las elecciones tengan total vigencia las libertades públicas y sindicales, se modifique la política económica y se encuentren caminos para la reconstrucción del país, depende de lo que hagamos ahora, de la lucha común, convergente, de todos los sectores políticos y sociales durante los próximos meses. Las convenciones de los Partido Nacional, Colorado y Unión Cívica, y la formidable demostración popular del 1º de Mayo marcan el camino.
Si somos capaces de continuarlo, de encontrar nuevas formas en que la acción convergente de todos los que están contra la dictadura pueda manifestarse, si el cuestionamiento a la dictadura no se hace solo en el diálogo con la COMASPO, sino que se plantea a través de nuevas acciones de masas, la caída de la dictadura puede producirse incluso antes de noviembre de 1984. En esta lucha los comunistas comprometemos nuestros máximos esfuerzos, sabiendo de antemano que corremos el riesgo de pagar el más alto precio en sangre y sufrimiento en la búsqueda del camino para restablecer la libertad, la democracia y la felicidad de nuestra patria.”
La seguimos…
Por el Prof. Gonzalo Alsina
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