Puerto Rico puede ser libre

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La bandera de Puerto Rico solo puede ser izada junto a la bandera de EEUU. La concesión de Washington se hizo a la salida de la violencia independentista, presente con intermitencia entre las décadas de 1930 y 1960. Este año, si se logran los 60 votos del Senado, se aprobará la moción que los demócratas aprobaron en la cámara baja antes de perder la mayoría, y Puerto Rico tendrá en noviembre un plebiscito vinculante sobre si quiere ser independiente o transformarse en el estado 51 de EEUU. Por primera vez en la historia, este país que nunca fue independiente –en 1898 su dependencia pasó del decadente dominio español al naciente de EEUU, con los efectos consiguientes a la autoestima de ese pueblo–, puede serlo.

El Caribe es el tercer frente marítimo de EEUU, y en su estratégica preservación la potencia somete de hecho a la dependencia económica y política a Haití y Santo Domingo, y padece un largo dolor por haber perdido Cuba en 1959, a la que “ayudó a independizarse” ese mismo año de 1898, “apoyando” la revolución en marcha desde 1895. Nacía entonces la política del Gran Garrote, con la que EEUU definió la tesitura internacional del naciente imperio: aplicada a la política de EEU en América Latina, era la presión realista, particularmente dirigida al Caribe, de que una intervención armada de EEUU era perfectamente posible; y así lo demostró a continuación la historia. Theodore Roosevelt llegaría a la presidencia en 1901, pero su uso de la frase que bautizó a esa doctrina es anterior, y él dijo haberla tomado de un dicho africano: “habla suave, lleva un gran garrote, y llegarás lejos”.

Puerto Rico está sometida a la dependencia de EEUU por su condición económica y social: tiene 43% de pobreza y recibe anualmente diez mil millones de dólares en cupones de comida de EEUU para esos mismos pobres. Hasta 1955, la agricultura constituyó el sector económico principal de Puerto Rico, y la caña de azúcar, principalmente para la exportación al mercado americano, era la cosecha principal, seguida por café y tabaco. Ya no. Empresas de EEUU son dueñas hoy de esos rubros, con la salvedad de que la producción del tabaco ha virtualmente desaparecido. Hoy en día, la manufactura y el turismo han malamente reemplazado a la agricultura como principal productor de ingresos, y hay algo de industria láctea. El pescado que consumen es importado, pero los borinqueños pueden mirar el mar que los rodea, ricos en pesca: carites, sierras, sábalos, salmonetes, machetes, meros y pargos son las especies más comunes.

No existe «una burguesía nacional fuerte», como explica el catedrático de Ciencias Políticas José Javier Colón. “Estados Unidos destruyó la posibilidad de un capitalismo nacional” de forma tal que no ha habido un liderazgo socioeconómico autóctono que haya podido soñar con la independencia. Y la poca burguesía que existe debe su beneficio a la dádiva de que sus ganancias no pagan impuestos federales”.

EEUU convirtió a Puerto Rico en un “territorio autónomo” de Estados Unidos. Así que en las elecciones federales de Estados Unidos la población puertorriqueña no puede votar y en el Congreso de Washington, Puerto Rico tampoco tiene representación con derecho a voto a pesar de haber obtenido la ciudadanía en 1917. Pero sí tiene una banca para sentarse y observar lo que decide el Congreso, depositario de su soberanía. Algunas de las limitantes que poseen los puertorriqueños como estado libre asociado es que no pueden interferir en las leyes estadounidenses, pero éstas rigen la Constitución de Puerto Rico. Es decir, el Congreso de los Estados Unidos tiene el completo y absoluto poder de cambiar las leyes y reglamentos que gobiernan y controlan las relaciones con y en Puerto Rico.

En la actualidad, hay dieciséis territorios de los Estados Unidos, cinco de los cuales están habitados de forma permanente: Puerto Rico, Guam, Islas Marianas del Norte, Islas Vírgenes de EEUU y Samoa estadounidense. Otros diez territorios son pequeñas islas, atolones y arrecifes, que se distribuyen por el Caribe y el Pacífico, sin poblaciones nativas o permanentes. Históricamente, los territorios fueron creados para gobernar las tierras recién conquistadas, mientras que las fronteras de los Estados Unidos estaban siendo definidas. La mayoría de los territorios finalmente alcanzaron la condición de Estado. Otros territorios administrados por los Estados Unidos pasaron a convertirse en países independientes, como las Filipinas, Estados Federados de Micronesia, Islas Marshall y Palaos. Tres territorios, Micronesia, Islas Marshall y Palaos obtuvieron la independencia en el marco del Tratado de Libre Asociación (COFA), que permite la plena autoridad de Estados Unidos sobre la ayuda y defensa a cambio de un acceso continuo a la atención de salud y los servicios públicos, tales como las comunicaciones y el servicio postal, y el derecho de los ciudadanos de la COFA para trabajar libremente en los Estados Unidos y viceversa.

En Puerto Rico, en el último medio siglo se hicieron doce consultas no vinculantes a los portorriqueños sobre su status. La participación electoral fue cayendo. Hoy, ante la idea de independencia, hay quien propugna que Puerto Rico vuelva a la soberanía de España, y se constituyó un Movimiento de Reunificación con España (MRE). Allí se pone de manifiesto el atractivo que para Puerto Rico suponen las islas Canarias, pues hablan el español con un acento similar y tienen menos autonomía ahora de la que Puerto Rico gozó con la Carta Autonómica que España le dio en 1897, y también con menos que la que tienen las actuales comunidades autónomas españolas. “Las Canarias han dejado de lado la cuestión independentista, y dentro de España están saliendo adelante. Son lo que podríamos haber sido nosotros de no habernos invadido Estados Unidos”, se afirma en el MRE.

La isla no sólo tiene un problema económico, sino que no tiene más perspectivas económicas serias que el turismo. No se ha recuperado de la devastación de dos huracanes: el María, con vientos de 280 km en 2017 y daños por 92.000 millones de dólares, y el Fiona, en 2022, con vientos de 215 km y daños por 2.600 millones de dólares. No tiene industria pesquera y la agricultura que tenía, hoy es de otros o no existe ya, como el tabaco. La opción que se le presenta en noviembre no es fácil de resolver. Y de eso se trató la política de EEUU hacia la isla: que no fuera fácil de resolver.

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