En Uruguay si quedaba alguna duda, estamos en el peor momento en términos y calidad democrática pos dictadura.
Con las declaraciones de la Fiscal Gabriela Fossati que fueron publicadas en algunos medios de prensa y redes sociales, nos queda claro en nuestro país que la separación de Poderes en este período de gobierno no es claro y transparente. Actualmente está en cortocircuito y muy cuestionada.
¡Peligro, no solo el mate está recaliente!. Fijate.
Lamentablemente, si no hay colaboración del Estado, por lo tanto de Presidencia, representantes del gobierno y distintos organismos estatales actuales, no vamos a llegar a buen puerto, la verdad es convertida en mentira. Tengamos memoria a lo que llevó eso.
La Justicia y el Estado Uruguayo actualmente están sumergidos en una maraña de burocracia, mafia y poder. Sin olvidarnos del coqueteo y complicidad con el narcotráfico, inevitablemente, no se puede pensar en algo peor para el bienestar, salud y tranquilidad de la población.
Estoy totalmente de acuerdo que lo jurídico siempre debe estar por encima de lo político. Pero siempre, desde el lugar que ocupamos como individuos, lo político debe acompañar también con perspectiva y contextualización a lo jurídico sin sobrepasar al mismo.
En esta senda hay que tener inteligencia y tacto político democrático – republicano sino las cosas no funcionan y entramos en un estado de tensión enorme como es el actual, donde la situación no es clara ni transparente. Claridad y transparencia son las condiciones básicas que la ciudadanía debe nutriste y crecer con libertad desde los tres Poderes (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) si queremos ser un país confiable y estable.
Uruguay no está yendo por la vía que tanto nos costó construir como sociedad, un faro y ejemplo a seguir como Estado Republicano y democrático. En especial en América Latina, Estados Unidos también nos resalta, con vecinos y vecinas tan convulsionados que manejan la cultura del odio populista como un «diálogo natural de convivencia y herramienta política».
Estamos fuera del camino. Lo que nos es sano para la democracia e intoxica ya no la construye ni la conduce a ella. Es un desvío sin señalización al vacío y oscuridad.
No es sano ni constructivo tener al Presidente y a las esferas del gobierno totalmente cuestionado, con funcionarios con cargos políticos asignados por él y su equipo que son sancionados por la justicia y/o renuncias a diestra y siniestra para disminuir disimuladamente el efecto del escándalo.
Es importante señalar que el mayor problema de esta situación comienza desde la responsabilidad del Presidente, no solo por su accionar y asignaciones, sino también que luego desatado el escándalo, no ejerció capacidad de liderazgo estadista, mostró una actitud muy tibia e irresponsable sin asumir ninguna responsabilidad política. Su postura es liviana y distraída.
Últimamente no queda claro a quién le habla el Presidente. Mejor dicho, habla solo a los suyos, no quiere perder ni una gota de agua de su pecera, menos a sus peces, ya pensando en las próximas elecciones. Él debería pensar solo en gobernar en un país que cada vez tiene más problemas. Ahora se suma lo institucional. Toda responsabilidad netamente es de Lacalle Pou.
Es claro, toda la población necesita respuestas claras y contundentes. Fragmentar a la población en información, claridad, transparencia y esquivar el contexto que transitamos desde una puesta en escena desde el Parlamento no es apropiado para el camino democrático. No arroja luz sobre los hechos delictivos y políticos adversos del gobierno.
No es sano ni constructivo tener a varios periodistas o comunicadores sociales en la mira y denunciados por la Justicia, sólo por el hecho de informar y opinar. A veces se opina con certezas y otras veces no, pero no se puede utilizar como herramienta primaria la judicialización de la prensa y libertad de expresión. Llama la atención que una Senadora del Partido Nacional reclamó en tal momento que el Poder Judicial estaba infiltrado. No le llegó ninguna denuncia ni notificación. La Justicia debe ser equilibrio y no puede estar volcada para un solo lado.
En estas presiones a la libertad de expresión que afectan al escándalo del gobierno, tampoco podemos olvidar las presiones que sufrieron los periodistas sometidos por sus propios medio de prensa en que trabajan, por ejemplo el diario El Observador.
No es sano ni constructivo no saber cuáles son los justificativos que llevan a Leal pasar a ser testigo a indagado express. Todas y todos esperamos un justificativo técnico real. Luego, sea a favor o en contra a Leal, la Justicia que actúe con independencia.
No es sano ni constructivo que el Gobierno realice gestiones para el espionaje de Senadores, exjerarcas del gobierno anterior y estudiantes liceales.
El Uruguay no está bien de salud si el Presidente únicamente le habla como para los suyos para solo decirles lo que quieren escuchar y negar otras realidades dentro de un marco donde la Justicia le cuesta ser justicia, libre y sincera. Alguien de oficio debe intervenir, investigar y aclarar.
Si no iluminamos y señalizamos bien el camino, la lucha en el barro ya comenzó.
¿Y ahora quién podrá ayudarnos?.
El Chapulín Colorado seguro que no y tampoco el Partido Colorado. Con Peña tal vez no barrieron para dentro de su Partido pero si barrieron para dentro de las aulas y todo mágicamente se acomodó.
Soltá el mate y dejá de chupar bombillas que te están haciendo aguas por todos lados. Pero los mallas de oro cada vez más brillan. Fijate.
P.D: Espero que no me llegue ninguna notificación. Con Libertad no ofendo ni temo.
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