Argentina desesperada por dólares

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(Revista Crisis) Hoy termina una semana sin corrida cambiaria en la Argentina, lo cual en sí mismo es una novedad. Pero aún estamos lejos de un escenario de estabilización, y las malas noticias se acumulan en el terreno económico. El presidente y el superministro de Economía hicieron un viaje relámpago a Brasil, en el marco del tarifazo solicitado por el FMI y las cifras negativas de la balanza comercial publicadas por el INDEC (Instituto Nacional de Estadísticas y Censo). La pregunta que todavía nadie puede responder es: ¿Y ahora quién podrá ayudarnos?

El martes, una comitiva encabezada por las dos principales figuras del gobierno argentino, el presidente Alberto Fernández y el ministro de Economía Sergio Massa, viajaron a Brasilia para reunirse durante cuatro horas con el presidente de Brasil ,Luis Ignacio Lula Da Silva, en busca de un apoyo salvador para la crisis que atraviesa el país. Luego, ambos mandatarios cenaron y dieron una conferencia de prensa. Allí Lula dijo:

“Desde el punto de vista político, yo me comprometí con el amigo Alberto Fernández a hacer todo y cualquier sacrificio para que podamos ayudar a la Argentina en este difícil momento. Vamos a seguir charlando con ellos para ver cómo podemos ayudar. Yo tengo la intención de conversar a través de mi ministro de Hacienda para sacarle el cuchillo del FMI del cuello del pueblo argentino. El FMI sabe cómo se endeudó Argentina, sabe a quién le prestó el dinero, y por lo tanto no puede seguir presionando al país; a un país que sólo quiere crecer, generar empleos y mejorar la vida del pueblo”.

“Estamos dispuestos a ayudar a la Argentina, y atender las situaciones técnicas que se puedan suscitar. Los compañeros argentinos con los que me reuní traté la cuestión de las garantías. El Brasil va a discutirlas con los empresarios brasileños que conocen a la Argentina, y con el Congreso nacional brasileño para ver qué es lo que se puede hacer para ayudar a encontrar una solución. Quiero dejar bien claro que no estamos haciendo una discusión para ayudar a la Argentina. La discusión es bien otra. Es sobre lo que precisamos hacer para ayudar a los empresarios brasileños que exportan hacia Argentina, y financiar las exportaciones brasileñas, como Argentina hace con los productos chinos. Puedo decirles que el compañero Alberto Fernandez es un compañero que llegó hasta aquí muy aprensivo, y que creo que se va a volver más tranquilo. Es verdad, sin dinero, pero habiendo recogido mucha disposición política.”

Bien, hay muchas cosas para analizar de este encuentro bilateral entre los dos principales países de la región. Lo primero, claro, es el contexto de urgencia extrema. No se sentaron a conversar sobre los problemas estratégicos, ni sobre cuestiones estructurales. Porque, además, el gobierno de Lula recién comienza mientras que el de Alberto Fernández ya está en retirada; y su gestión se termina irremediablemente pronto, porque como recordaremos, hace dos semanas el presidente argentino renunció a luchar por su reelección. El punto excluyente, por lo tanto, fue el pedido de ayuda por parte de Argentina.

Otro importante dato de contexto es que Lula realmente tiene aprecio por Alberto Fernández, desde que el argentino lo visitó en la cárcel de Curitiba en 2019, lo que acrecentó este vínculo. En su primera visita al exterior de este tercer mandato, Lula vino a Buenos Aires en enero, y no visitó a CFK. Muchos dicen que como un gesto hacia el presidente, porque por aquellos la tensión entre Cristina y Alberto estaba en su clímax.

Por lo tanto, las coberturas que hicieron la mayoría de los medios opositores de acá, estaba en torno a la frase que escuchamos antes, cuando Lula dice que el presidente argentino se vuelve sin dinero. Lo interpretaron como una humillación. Pero no; para nada pasa por ahí.

Lula se cuidó mucho de decir que se reunía con Fernández no para ayudar a la Argentina, sino a los empresarios brasileños. El problema, en realidad, es que Lula está atravesando un momento delicado desde el punto de vista político en su país en este tercer mandato que recién inicia, y por eso no tiene margen para darle a la Argentina lo que precisa de un día para el otro. En ese sentido, el presidente de Brasil se comprometió a intentar buscar una solución, pero no la tiene fácil.

Tres acciones posibles se están evaluando a partir de esta visita. La primera de ella es un índice de la magnitud de la crisis que atraviesa Argentina:

  • Resulta que los exportadores brasileros están cobrando sus ventas a la Argentina con un retraso que es ya de 120 días. Y hay riesgo de default, porque el Banco Central argentino no tiene divisas para entregarle a los importadores de acá. La idea que se manejó en esa reunión es que el Estado brasilero provea esos dólares a los empresarios brasileños y que luego Argentina se los devuelva. Argentina se endeuda con Brasil, pero no a través de un préstamo sino de subvencionar sus propias exportaciones. ¿Saben de cuánto es la reserva de Brasil? Es de 297 mil millones de dólares, comparable con los dos mil millones que la Argentina puede alcanzar a tener.
  • La segunda posibilidad es un crédito directo de Estado a Estado, pose habla que por unos cinco mil millones de dólares. Eso le permitiría al Estado argentino superar este sofocón y llegar al menos a julio o a las Paso, las elecciones internas de agosto.
  • La tercera opción es un préstamo del Nuevo Banco de Desarrollo, que es el Banco de los BRICS, el grupo de países que le podría disputar la hegemonía global a Estados Unidos. Son Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y es una iniciativa que viene desde principios de siglo. Con Bolsonaro eso se había enfriado, pero con la llegada de Lula al Palacio de Planalto y la guerra de Ucrania, los BRICS recuperan proyección en la oposición a la hegemonía que supone EEU. Y Dilma Rousseff acaba de asumir al frente de ese Banco. Pero para que pueda hacerle un préstamo a la Argentina, hay que cambiar algunos artículos del Estatuto, donde figura que no se le puede prestar a ningún país que no sea miembro. Lula se comprometió a intentarlo.

El experimentado periodista brasileño Breno Altman, director del medio Opera Mundi y con contactos fluidos con el gobierno, cuenta cómo se percibió desde allá esta visita argentina. “La situación económica de la Argentina es una preocupación para el presidente Lula, y así lo expresó claramente en su conversación con su colega Alberto Fernández en su visita a Brasilia el 2 de mayo. Según diversas fuentes, ha sido una conversación transparente, cordial y solidaria, en la que los dos jefes de Estado se comprometieron a buscar soluciones prácticas a la crisis de la moneda argentina, que ya afecta el pago de las exportaciones brasileñas a ese país”.

“El representante brasileño trabaja con dos alternativas, que necesitan ser construídas. Una, es un préstamo brasileño para que la Argentina cuente con los dólares necesarios para saldar las exportaciones a los vecinos. La otra alternativa sería recurrir al Banco de BRICS para obtener una línea de crédito de corto plazo que pudiera dar liquidez inmediata en dólares al Estado argentino. Dado que Argentina todavía no es parte de BRICS, quizás esa línea de crédito debería triangularse con Brasil”.

“Esas son dos hipótesis firmes, pero aún queda un largo camino por recorrer antes de que se pongan en práctica. El gobierno de Lula tiene serios obstáculos internos para emprender operaciones más amplias, como las que llevó adelante el gobierno de Hugo Chávez entre 2015 y 2016, cuando llevó adelante la compra de casi cuatro mil millones de dólares en bonos de la deuda externa argentina. Para construír una solución que ayude a la Casa Rosada en su esfuerzo para atender su necesidad de dólares, debe atender al pago de las empresas brasileñas por la crisis argentina. Caso contrario, correría el riesgo de ser sometido a una fuerte reacción interna que haría inviable cualquier operación.”

Aunque la dimensión financiera absorbe toda la energía del gobierno (y la nuestra), hay novedades que hablan de “la economía real”. El martes 2 de mayo se supo que el gobierno decidió honrar su compromiso con el FMI y eliminó los subsidios en la electricidad para los consumidores N1 del AMBA (Área Metropolitana de la Ciudad de Buenos Aires), es decir los de mayores ingresos, que alcanza a un tercio del total. Son más de 5 millones de hogares y se calcula que las facturas les aumentarán en un 90%. Como ese segmento se conformó en base a un formulario que debía llenarse para solicitar el mantenimiento del subsidio, algunas asociaciones de defensa del consumidor alertaron de que hay un conjunto de hogares de bajos ingresos que igual verán incrementar sus tarifas, porque por distintos motivos no completaron esa solicitud; se hacía en línea, con las complejidades inherentes.

Cuando se planteó la posibilidad de hacer este pedido, el gobierno estimó que un 10% no iban a hacer su solicitud de subsidio, estimando que pertenecerían a los sectores más adinerados; en verdad, fue entre el 30 y 35% los que no completaron la solicitud. También se anunciaron aumentos en las tarifas de gas; esto, al comienzo del invierno. Y en el transporte de trenes, subtes y colectivos, que están indexados por inflación.

Otro dato publicado por el INDEC el miércoles de la semana pasada encendió nuevas luces de alarma. Se trata del Índice de precios y cantidades del comercio exterior correspondiente al primer trimestre de 2023, que mostró un balance negativo de los términos del intercambio del 4,9% respecto al mismo período del año anterior. Si uno se mete un poco más en los números, lo que se ve es que el Índice de valor de las exportaciones bajó 17,9%: fundamentalmente por un menor volumen de embarques (-15,6%), pero también por una disminución de los precios (-2,8%). En cuanto al Índice de valor de las importaciones, bajó 4,4%, impulsado por las cantidades (-6,5%), aunque los precios aumentaron 2,3%.

¿Qué quiere decir esto? Que se redujo el comercio exterior, tanto las exportaciones como las importaciones; pero además la balanza comercial fue negativa, lo que significa más pérdidas de dólares para el país.

Otro dato publicado por el INDEC el miércoles de esta semana pasada encendió nuevas luces de alarma. Se trata del Índice de precios y cantidades del comercio exterior correspondiente al primer trimestre de 2023, que mostró un balance negativo de los términos del intercambio del 4,9% respecto al mismo período del año anterior. Si uno se mete un poco más en los números, lo que se ve es que el Índice de valor de las exportaciones bajó 17,9%: fundamentalmente por un menor volumen de embarques (-15,6%), pero también por una disminución de los precios (-2,8%). En cuanto al Índice de valor de las importaciones, bajó 4,4%, impulsado por las cantidades (-6,5%), aunque los precios aumentaron 2,3%.

¿Qué quiere decir esto? Que se redujo el comercio exterior, tanto las exportaciones como las importaciones; pero además la balanza comercial fue negativa, lo que significa más pérdidas de dólares para el país.

En fin, lo que vemos es un deterioro general de las variables económicas. Y en este contexto, el mismo miércoles se conoció una resolución del INDEC que postergaba la publicación del índice de inflación previsto para el próximo viernes, y que se prevé va a ser altísimo, para el lunes siguiente, el 8, con el argumento de no interferir en el calendario electoral. La oposición armó un gran escándalo, por lo que el gobierno dio marcha atrás y repuso el calendario original.

Un último hecho significativo tuvo lugar esta semana: el ex jefe de asesores de la Presidencia de la Nación, Antonio Aracre, que venía de los agronegocios y por lo tanto tenía muy presentes los efectos de la sequía. El había sido eyectado hace dos semanas, cuando se inició la corrida cambiaria de abril, se decidió a hablar con los medios para dar su versión de lo sucedido. Y expuso la parálisis y falta de coordinación que prima por estos días en el gobierno. Escuchemos dos minutos de la entrevista que le hicieron en el programa A dos voces, de TN.

“Yo entré en funciones el 1° de febrero, a pesar que desde enero les venía diciendo que van a faltar 20.000 millones de dólares. Me miraban con cara de incredulidad pese a que vengo de un sector (agronegocios) que tiene bastante claro lo que está pasando con la sequía. Hoy te cuento que van a faltar 30.000 millones. Porque se está olvidando que hay 10.000 que nos comimos el año pasado con el 2 a 1 y el 2 a 2. Entonces, cuando sumás lo que no vas a tener físicamente más lo que te consumiste por anticipado del stock común, el faltante es dramático.

Al pedir más acciones, se las estaba pidiendo a Alberto Fernandez, a Sergio Massa y al Banco Central. En realidad, yo le sugería al presidente una mesa donde estemos sentados todos y podamos decir: “Ché, mirá, el dolar soja no está funcionando. Algo tenemos que hacer. Quizás tenemos eliminar las retenciones, pero no podemos porque precisamos recaudación. Creemos un bono verde para que compren insumos, y que liquiden. Vamos a cobrar más tarde por las importaciones que no afecten la canasta básica. Vamos a darle a la gente que la está pasando mal –no mal, sino muy mal– una suma fija de 50.000 pesos; vamos a subir el salario mínimo, vital y móvil a 100.000 pesos. Es una vergüenza que en un gobierno peronista sigamos con un salario mínimo, vital y móvil de 80.000 pesos.Vamos a reinstalar en el Congreso –y no le va a gustar a nadie de los que están acá– el tema de una renta extraordinaria, en un año en el que no tenemos recaudación porque el comercio exterior se nos cae. Tenemos que buscar fuentes alternativas, y la renta extraordinaria lo es.”

Le preguntan en TN si propuso la devaluación. “En el documento que le acerqué al presidente yo lo que propuse es trabajar a dos puntas: ver cómo podemos eliminar esa expectativa desmedida con el dolar financiero, para que bajen, pero al mismo tiempo aumentar el oficial, que esta un 30% atrasado. Y le dije al presidente: como sé que para este gobierno es un paradigma muy importante el no hacerlo, proponía avanzar en un blindaje, que sería precario en estos seis meses de inestabilidad electoral SIN DEVALUAR. Y en el documento al presidente la palabra estaba con mayúsulas, en bold y subrayado.”

Aracre es interesante por dos, o más bien, tres razones. Acaba de salir del gobierno y habla un poco, cosa que es casi excepcional. El ex ministro de Economía Martín Guzmán no habla, el ex ministro de la Producción Matías Kulfas acaba de sacar un libro pero tampoco habla. Éste fue cesado y salió a hablar de lo que vio ahí, que es falta de coordinación y una parálisis en la posibilidad de hacer cosas. Algo que parece importante para saber cómo está funcionando el gobierno hoy. La propuesta de sentarse todos juntos y deliberar se demuestra que no es posible porque hay una interna permanente. Lo segundo es que está como establecido que quienes rompen con el kirchnerismo, terminan a la derecha del kirchnerismo. Esa es la capacidad que tiene Cristina, y Néstor Kircher le dio fama a esto cuando consagró la frase “a mi izquierda está la pared”. Y hoy, esa realidades onversa; rompen por izquierda. Un tipo como Alacre, que pide que suban el salario mínimo vital y movil, que le pongan impuesto a las grandes fortunas, resulta en que nada de esto sucede. El gobierno está en una popsición muy conservadora dentro de la crisis en la que está.

Y queda planteada la gran pregunta de cómo va a lograr ese recurso el gobierno para llegar al final del mandato, pues no tiene los dólares, y esa urgencia sigue. Alguien cercano a Massa nos decía que prácticamente la única opción del gobierno era pedirle al FMI un préstamo nuevo, para poder llegar, o que adelanten a mitad de año todo lo que tienen que prestarnos este año para poder llegar. Pero lo que vemos es a Massa yendo a China, y luego con el presidente Fernandez yendo a Brasil para pedirle a Lula que interceda ante el FMI, y además, pidiéndole plata a Brasil.

Ante esto, cabe preguntarse qué es lo que pasa: ¿está difícil el préstamo del FMI que se va a pedirle a Lula que interceda? Y no se sabe si en este momento es viable pedirle a Lula que interceda ante EEUU, ya que está actualmente muy cerca de China, o es para peor. Esto es lo que se ve hoy en el gobierno: una carrera a mil puntas por ver de conseguir los recursos que se precisan. Lo que deja pendiente la lectura de la actitud de massa: si es una gran clase de pragmatismo, o una tremenda muestra de desesperación.

* La histórica revista Crisis, que cumple este año 50 de fundada, tiene una segunda época a cargo de un colectivo. Uno de sus productos es el programa radial sabatino Crisis en el aire, de cuya última emisión se tomó, casi textual y con la debida autorización, esta nota.

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