Grecia: semanas decisivas

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Esta es la última semana para un arreglo de las diferencias entre Grecia y sus acreedores, pues el 30 de junio debe pagar 1.600 millones de dólares al Fondo Monetario Internacional (FMI). Como no dispone de esos recursos, sin un nuevo préstamo Grecia entraría en défault. Su salida de euro sería, probablemente, inevitable, con consecuencias difíciles de imaginar para la economía europea.

Repasamos aquí cuatro aspectos de esa crisis financiera y política, de enormes dimensiones en el escenario internacional.

Quieren mostrar que un mandato popular no puede cambiar las cosas

El primer ministro griego, Alexis Tsipras, atribuyó “responsabilidad criminal” al Fondo Monetario Internacional (FMI) en la dramática situación de su país. “Ha llegado el momento de que las propuestas del FMI sean juzgadas, no solo por nosotros, pero, principalmente, por Europa, dijo Tsipras, ante los parlamentarios de su partido.

Gilberto-Lopes-248x300Con la insistencia en aplicar los programas de ajuste –dijo Tsipras– parece “querer enviar un mensaje a Grecia y a los pueblos europeos de que un mandato popular no puede cambiar las cosas”.

De ese modo, hacía alusión al triunfo de Syriza en las pasadas elecciones con un programa que ofrecía a los griegos una solución a la crisis distinta al programa de austeridad impuesto por el FMI, el Banco Central Europeo y la Comisión Europea y aceptado por los gobiernos conservadores anteriores.

Ellos han querido, “sin duda, hacer una demostración de fuerza destinada a matar todo intento de poner fin a la austeridad”, dijo Tsipras.

«Las élites francoalemanas son las más duras dentro de Bruselas, porque a lo que más miedo tienen es a Syriza», explica eurodiputado español Miguel Urbán (GUE/NGL-Podemos). «El objetivo es cargarse a Syriza, no la negociación. Por eso no ceden», dice Urbán, para quien España está «en el retrovisor» del neoliberalismo encabezado por el ministro alemán de finanzas, Wolfgang Schäuble.

Porqué no habrá acuerdo

No habrá acuerdo entre el FMI y las instituciones europeas con el gobierno de izquierda griego porque los conservadores que gobiernan Europa no pueden permitir que esto se extienda:

“Syriza, Syriza, canta despacio Georgios Triandaflou, 47 años, funcionario del ministerio del Ambiente. Tsipras nos dio esperanza. Esto es lo que ya hemos ganado: tener esperanza. Yo se que lo tienen tomado del cuello, que no podrá hacer todo lo que prometió. Pero que él hará lo mejor para el pueblo, no para su interés personal como los políticos de los viejos partidos. Desde que ellos ya no están en el poder, yo respiro mejor. Me siento libre”. (Citado en el artículo de Aline Leclerc, enviada especial de Le Monde a Atenas, el 18 de junio)

La ilegal e ilegítima deuda griega

La deuda griega es “ilegal”, “ilegítima” y “odiosa”, concluyó el Comité por la verdad sobre la deuda” creada en abril de este año por el parlamento griego, en un informe preliminar divulgado la semana pasada.

El Comité recuerda que la crisis griega tuvo su origen en una “explosión de la deuda privada”, alimentada por los bancos griegos y extranjeros instalados en el país. Sobre todo recuerda que el gobierno socialista de George Papandreu transformó, en 2009, una crisis bancaria en crisis de la deuda soberana integrando, con la complicidad de la agencia de estadísticas europea, Eurostat,  “elementos que no deberían hacer parte de los cálculos del déficit público ni de la deuda. En opinión del Comité, la razón por la que hizo eso fue para alimentar la creencia de que Grecia era un país “manirroto”, que realizaba gastos excesivos.

El resultado fue el catastrófico “plan de rescate” de 2010. El FMI estaba totalmente consciente de las consecuencias sociales de las medidas impuestas a Grecia y del carácter insostenible de las “ayudas” otorgadas al país. Ese plan –asegura– estaba lleno de ilegalidades  presiones. No podía, además, prestar a un país que no tenía capacidad de responder por esos préstamos.

El FMI y las instituciones europeas hicieron lo imposible para impedir que el gobierno griego reestructure su deuda, mientras el Banco Central Europeo amenazaba con cortar el acceso de los bancos griegos a los recursos de liquidez de emergencia, indispensables para evitar una corrida bancaria en el país.

Finalmente el documento critica el hecho de que solo el 10% de los fondos de rescate hayan ido a parar a manos del gobierno para hacer frente a sus gastos, mientras el 90% restante servía para pagar la deuda, principalmente a bancos alemanes y franceses, que habían alimentado la escalada deudora, principalmente del sector privado griego.

La estrategia de la “corrida bancaria” para poner de rodillas el gobierno griego

Una estrategia destinada a vaciar las cajas de la banca griega fue meticulosamente diseñada para sumar presión y poner de rodillas el gobierno de Tsipras, como reveló Romaric Godin en el diario francés La Tribune. Como se puede apreciar, la prensa juega un papel clave en esa ofensiva.

La ofensiva comenzó el lunes 15, cuando el diario Süddeutsche Zeitung presenta un escenario “a la chipriota” para Grecia. Se refiere al programa aplicado al mercado bancario de la isla para hacer frente a una crisis similar, que contempló el cierre de los bancos durante algunos días, el bloqueo de las cuentas y un control de salida de capitales.

Como consecuencia el retiro de fondos de los bancos pasaron de los 200 millones de euros diarios a 400 millones el lunes, 700 millones el martes hasta rozar los mil millones el miércoles.

El miércoles, el presidente del Banco de Grecia, el banco central griego, Yannis Stournaras, exministro de Finanzas del gobierno conservador, publica un informe catastrófico sobre una eventual salida de la zona euro por parte de Grecia. “Dramático”, “histórico”, “sin precedentes” califica la prensa el informe de Stournaras. Un medio especula que podría ser el nuevo primer ministro de un gobierno de “unidad nacional” si el actual gobierno cae como consecuencia de la crisis.

El consejo de gobernadores del Banco Central Europea acuerda liberar solamente 1.100 millones de euros para los bancos griegos en el marco del programa de liquidez de urgencia de la institución, lo que representa cerca de un tercio de lo necesario.

El día siguiente, la directora general del FMI, la francesa Christine Lagarde “echa aceita al fuego” al afirmar que no habrá período de gracia para Grecia si el 30 de junio no paga el tramo correspondiente de su deuda con esa institución por 1,6 mil millones de euros, una afirmación que godin estima contraria a la historia y a los estatutos del FMI.

El jueves se reúne en Luxemburgo el Eurogrupo, integrado por los ministros de Finanzas de los 19 países de la zona euro. La agencia de noticias Reuters revela una conversación entre el presidente del Eurogrupo, el holandés Jeroen Dijsselbloem, y el miembro del directorio del BCE, Benoît Cœuré, citando “funcionarios anónimos”. Según el cable, Dijsselbloem le pregunta a Cœuré si la banca griega podrá abrir el lunes próximo. “Mañana (viernes 19) sí”, responde. “El lunes (22) no sé”.

Como recordó James K. Galbraith en una columna publicada en American Prospect la semana pasada, “las cosas son muy diferentes para Ucrania”,, país apoyado por occidente en su enfrentamiento con Rusia. Citando lo publicado por Zero Edge, Galbraith recuerda palabras de Lagarde del 12 de junio, asegurando que el FMI “podría prestar a Ucrania aun que el país no pudiera servir su deuda”.

El escenario está montado. Para ese mismo lunes 22 estaba previsto reunirse el Consejo Europeo, convocada por su presidente, Donald Tusk. Se trata de los jefes de Estado y de gobierno de los países de la zona euro, para decidir, “al más alto nivel político” una posición frente a Grecia.

Por Gilberto Lopes / escritor y politólogo, desde Costa Rica
gclopes@racsa.co.cr

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