Se ha convertido en el periodista estrella del momento y el Gobierno lo sufre cada semana; y lo hace por mérito propio pues el protagonista simplemente hace su trabajo: periodismo. Ni el libretista más encumbrado pudo imaginar siquiera todo el volumen de eventos que merecen difusión y que, de no ser por su trabajo, ninguno de nosotros tendría acceso. Ahí el enorme reconocimiento que recibe el protagonista de esta columna, un perseguido por esta administración y su corte que no perdieron oportunidad de denostarlo cuanto pudieron. Esos mismos que hoy sufren y esperan no ser objeto de atención del implacable investigador y periodista en su espacio radial de “La tapadita” que se emite los martes por M24.
Destapes en la Corte
Sufrió la persecución a poco de asumir este Gobierno cuando fue despedido de su trabajo como Coordinador y Jefe del informativo más visto de la televisión uruguaya (Subrayado, Canal 10). A pesar que intentó despegarse del incidente, a ningún uruguayo le escapó entonces la suspicacia de la directa participación que le cupo al actual presidente en la instancia. Se encargó de negarlo de forma tajante, pero en el ambiente quedó flotando la idea de ser todo lo contrario a lo que afirmó.
Mucho más directo y sin ambages fueron otros personeros de la Corte Presidencial que afirmaron -sin pudor alguno- que “se encargaron de él”, en lo que pareció más una bravuconada ante un resultado visto, que a la verdadera razón de aquel despido.
Lo concreto fue que, en el mejor momento del noticiero que ganaba por destrozo el prime time de la TV uruguaya, uno de los artífices de ese indiscutido logro fue despedido tras décadas de antigüedad y trabajo profesional que no pesaron ante la decisión (política) de bajarle el pulgar. Un golpe a dos bandas que pretendía borrar del aire a una piedra en el zapato que supo tener quien hoy funge como Presidente y su colectividad política, y allanar el camino a su gestión sin la inoportuna incidencia del despedido en la grilla de las noticias más vistas del país. Lo más triste es que lo hizo pensando que era un operador político de izquierda antes que un periodista. Así, le despertaron (aún más) el irrefrenable impulso por investigar, y lo dejaron con más tiempo libre para hacerlo, sin otra restricción que su leal saber y entender.
Circulan memes que son formidables como el del Presidente del Honorable Directorio -Pablo Iturralde- al borde de una puerta y consultando “quién fue el de la idea de echar a Preve de Canal 10” … Memorable!!
Uno es casualidad; muchos es una modalidad
Gobernar implica la acción de muchas personas y todas ellas tienen su cuota de responsabilidad por lo que hacen. Si bien es cierto que al asumir el presidente expresó que “él se haría cargo” de lo que pase en su gestión y que no se buscaran otros responsables, es claro que siempre hay responsabilidades que exceden la del primer mandatario… o no.
Porque en todas las “destapaditas” que ha sabido instalar Eduardo Preve en los últimos tiempos, el presidente se solidarizó o directamente avaló a los responsables. Solo cuando el agua llegó a casi taparlo todo, admitió sin mucho convencimiento que habían vulnerado su confianza, como si ese fuera el principal daño. Semejante confesión revela un cierto grado de egolatría que excede cualquier análisis y resalta un demérito del primer mandatario. Alguien que se asume como el principal afectado cuando los efectos reales los sufre Juan Pueblo y no precisamente él.
Porque, según las encuestas, nada de lo que ha sido denunciado hasta ahora parece haber afectado la imagen presidencial. Salvo que cuente con una especie de coraza a prueba de todo, no parecen muy creíbles esos resultados porque todo lo que ha sido revelado hasta hoy tiene algún punto de contacto con la figura presidencial sin dudas. Resulta algo inexplicable -por más que escriban y se esmeren en análisis profundos para afirmar lo contrario- cuando el sentido común indica que por más blindaje mediático que exista, hoy tenemos un instrumento demoledor en las manos que lo atraviesa sin restricciones: el celular y las redes sociales.
Desde el caso Astesiano, obra y gracia absolutamente suya (fue él quien lo eligió y lo puso en la Torre Ejecutiva y lo llevó a todas partes), hasta el reciente caso Penadés, (donde se incineró por “el amigo” antes que asumirse Presidente de la República y actuar en defensa de todos los uruguayos y no de alguien en particular), en todos los casos sus expresiones dejaron más dudas que certezas.
Son muchas las agachadas de un gobierno que es desnudado de forma implacable cada día por el trabajo profesional y responsable del periodismo. Hoy, representado en la figura de Eduardo Preve, una de las primeras víctimas de un gobierno que no admite el disenso, que vino a avasallar derechos y que -fiel a su historia- gobierna cada 30 o 40 años por dichas razones.
Entregaron el puerto de Montevideo por 60 años, excediendo con creces su gestión, lo que podría interpretarse como una confesa previsión que duplica el tiempo en que no volverán a ser gobierno o el tiempo que llevará recuperar lo perdido. En tan solo 40 meses y pico han destruido todo lo que han podido y todavía falta un trecho.
Por esto y mucho más que queda por decirse, es que los “Eduardo Preve” no solo son necesarios… son imprescindibles.
el hombre prendió la radio,
el perro se sentó a escuchar la tapadita…
Julio Fernando Gil Díaz
«El Perro Gil»
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