Agencia Uypress / Me gusta el ballet, y a veces no puedo dejar de mirar algunas realidades desde la óptica de espectador de esta excelsa expresión artística.
Un pas de deux (en el título lo puse en español, para que no se me acusara de extranjerizante) es aquel que realizan dos personas, y consiste generalmente en una entrée (entrada de la pareja de bailarines), un adagio (con dos variaciones, una para cada bailarín) y una coda, también denominado Grand pas de deux o Gran paso a dos.
Quien haya concurrido en alguna ocasión a presenciar al Ballet Nacional del Sodre, de Julio Bocca en adelante, podrá haberse deleitado con alguno, desde El cisne negro en El lago de los cisnes, hasta El Corsario, pasando por el acto II de Giselle.
Expresión exigente si las hay, en él se puede apreciar no solo el virtuosismo de los intérpretes, sino también el acierto o no de la concepción general y dirección de la obra.
Pero no todo es movimiento en la vida y, aunque parezca paradójico, mientras escuchaba en este caso a virtuosas de las letras leer sus textos en el Día Mundial de la Poesía, no pude dejar de percibir como otros dos escuchas, o mejor dicho las piernas y pies de estos dos, en una especie de verso en consonancia y sin ninguna premeditación, sin percatarse de mi lente, rendían su homenaje, a su manera, en un improvisado paso a dos, ajeno a los murmullos, pero tal vez en sintonía con la música de las lectoras.
Imagen registrada en las celebraciones del Día Mundial de la Poesía, 21/03/2024, Montevideo, Uruguay
(*) A SEGUNDA VISTA
La primera… la primera vista es la que nos convoca.
La segunda nos embelesa, nos llama a la reflexión, nos causa gracia.
Por Daniel Feldman
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