La planificación del ordenamiento territorial desde una perspectiva de género dejó su semilla en la Intendencia de Montevideo. Tras ser declarada Visitante Ilustre de Montevideo y hacer una exposición sobre el tema (ver video), la arquitecta Ana Falú dirigió dos talleres sucesivos sobre el tema ante una sala colmada y atenta en las dos jornadas de tres horas cada una que se le dedicó.
“Muy atenta y participativa”, señaló Falú, así que las semillas dejadas bien pueden ser más. Asistieron funcionarios de la media docena de áreas que dependen de Planificación, dirección que plantea su trabajo como “planificación colaborativa”, y la experiente profesora Falú evaluó la participación en los talleres como “muy receptiva, al punto que me sorprendió. Vinieron a preguntar; por ejemplo, vino un señor ingeniero a decirme ‘pasé ya a todo mi equipo lo que dijiste, porque esto nos sirve muchísimo’. Estaban interesados; vos percibí cuando hay gente que se interesa y cuándo no”,
Eso, a partir de que “ uno siempre está aprendiendo, uno siempre está aprendiendo. claro y estos funcionarios son de un Montevideo que tiene cosas muy buenas, hay que decir. Montevideo y Uruguay tienen legislaciones pioneras. Eso, sin desmedro de la crítica, porque siempre hay que ir por más”.
El director de Planificación, Luis Oreggioni, “estuvo el primer día sentado como uno más, cosa que me llamó mucho la atención. No es habitual que un secretario de gobierno se siente en una capacitación, y tomó la palabra muy bien. Lo cual legitimó muchísimo el tema y legitimó mucho a la unidad de género y a las personas que están tratando de instalar esta perspectiva en cada una de las áreas de trabajo”.
Fueron tres horas de trabajo cada jornada, y el cupo debió ampliarse al medio centenar de personas. Y es inevitable que la acendrada feminista Falú señale que “el 20% eran hombres”. Era “mucha gente; estaba llena la sala, y la gente estuvo todo el tiempo. Eso también me sorprendió mucho”.
La capacitación se dirigía a la planificación urbana incluyendo una perspectiva de género, hacer una reflexión sobre el urbanismo y lo que implica, en tanto diferencia, el valor que agrega, y de qué se trata la incorporación de género en la planificación urbana, explicó Falú en diálogo con La Onda digital. Y además de funcionarios de las distintas áreas de la Dirección — patrimonio, transporte, barrios populares, vivienda y más– hay una unidad de género dentro de esta Dirección de Planificación, y hay funcionarias de igualdad. “Es muy interesante también la propuesta, y esto tiene que ver para mí con la secretaría de género de la Intendencia, que ha logrado que cada área dentro de cada secretaría y cada política sectorial tenga un agente de igualdad. Y además hay una unidad de género que, imagino yo, va a ser la unidad que coordine la acción del trabajo de género dentro de todo la complejidad de cada política sectorial”.
Además de la presentación de conceptos, se presentaron instrumentos de planificación y se hicieron trabajos grupales. Se pudo conocer así dónde estaban y hacia dónde quieren ir; si hay algo en el tema en lo que están haciendo, si no hay nada y adónde piensan que podrían ir. Eso se recogió en el segundo taller, y se siguió recogiendo y tirando el hilo de lo que ellos mismos y ellas mismas habían planteado, bajando ya a ejemplos de instrumentos y de políticas y de acciones.
“Se fue a más ejemplos sobre cómo mirar el derecho a la ciudad, desde qué dimensiones analíticas trabajar y con que instrumentos poder dar cuenta de este tema, que parece algo escrito en chino. Pero sí tienen que ver las mujeres con el transporte, y tienen que ver las mujeres con la vivienda, o qué significa planificar.”
Entre los instrumentos que ella aportó está el de un mapa al que se le superponen capas de información. El que ella llama “el mapa de las mujeres”, esa gran diversidad, uno socio demográfico (consignando edad, procedencia, estado civil, cantidad de dependientes, etc), un tercero que da cuenta de los aspectos territoriales de dónde habitan esas mujeres –condiciones de la vivienda, seguridad, servicios, infraestructura– y finalmente rasgos económicos relacionados con valor catastral, del suelo, impositivos, ingresos de los que disponen, y más.
La utilidad de esa suma de información es ubicar a las mujeres y a las condiciones en que viven, y hacerlo en relación al territorio que habitan. Con lo que se mide la vulnerabilidad del territorio, sus posibilidades y carencias, y en consecuencia se determinan acciones e inversiones.
La secreta esperanza de Falú estriba en algo que dijo en el taller el director de Planificación, Luis Oreggioni, en el sentido de que Montevideo va hacia un nuevo plan de ordenamiento territorial, tras el que hiciera el arquitecto Mariano Arana en 1997. Su esperanza es que estos criterios que ella expuso y trabajó en talleres sean considerados en el nuevo plan para una ciudad que ya tiene 300 años de fundada.
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