/ Fue, primero, la retórica de la Guerra Fría y la pretensión de una tercera vía, no alineada. Después hubo un anunciado “fin de la historia” tras la caída del Muro de Berlín, la desaparición de la “cortina de hierro” y la implosión soviética. Posteriormente se redefinieron los enemigos, en una cruza simbiótica de narco-terrorismo, por un lado, y el peligro islámico radical cuando este se volvió en contra de quienes lo habían financiado y pertrechado a conveniencia.
POEMAS/ La piqueta fatal del progreso
Qué haré esta noche en vela sino suspenderme
en el tiempo
hasta que el presente sea una paralela perdida en el infinito
y la ausencia me coopte por entero
láminas de fuego atravesarán de lado a lado mi cuerpo
las tripas serán revueltas con el índice acusador
y ya no tendré el suficiente aliento
para ponerme de pie de nuevo
escarmentaré por sobre mis errores y mis desaciertos
me lamentaré por los que ya han muerto
pediré clemencia por los nuestros tan nuestros
pero a los enemigos les cortaré las alas
para impedirles remontar el vueloQué haré esta larga noche inútil en suspenso
donde no hay un punto de apoyo
ni un esperanzador recuerdo
el camino estará sembrado de flores mustias
y maloliente excremento
del cielo caerán estalactitas congeladas como dagas
que habrán de penetrar hirientes en mi cuerpo
hasta hacer sangrar en lo más hondo del desconcierto
buscaré en los caídos la sombra tibia del lamento
y haré con mis manos para los vencidos
un monumentoQué haré esta interminable noche que transcurre de modo lento
si no hay una mísera ventana para ver el universo
ni hay nada que sea del todo cierto
interrogantes que serán dudas/ dudas y tormentos
el agua helada bañará todas mis mañanas
para mantenerme despierto
y en la noche temblará la tierra
y sólo se escucharán ayes de dolor y de sufrimiento
y mi voz desesperada se confundirá entreverada con el iracundo viento
e irá hasta los confines más alejados y los más abrasadores desiertos
para advertir a los hombres que ha llegado el triste momento
de la destrucción total/ la piqueta fatal del progreso.
Pero la verdadera situación medio ambiental, con el calentamiento global y el extractivismo fundamentalista (fracking/fucking), no deja lugar a dudas, porque si seguimos por este mismo camino no habrá ni frutos ni futuro. Y aquí vuelve la misma tónica de buenos y malos, pero cada vez nos cuesta más saber quién es quién, gracias a los medios de comunicación en manos de los que mandan. En el medio mueren los inocentes, los que no tienen qué comer, los “daños colaterales” de las guerras que alimenta al sector industrial-militar y sus corporaciones encargadas de la destrucción y la posterior reconstrucción de los devastados territorios, los enfermos sin medicinas y los remedios que no curan y que apenas nos alivian o nos alargan una sobrevida que nada en el dolor…
Parece que no quisiéramos darnos cuenta que todos somos, con las diferencias obvias, lo mismo. Seres humanos sobre este planeta, con derecho a una vida plena, pero en los hechos hay hijos y entenados, un puñado de ricos y pobres a montones, unos que deciden en medio del lujo y otros que sobreviven apenas.
Vivimos más años, pero sufrimos más. Y las mujeres siempre como cuerpos-víctimas de todas las guerras y de las violencias en el interior de las sociedades patriarcales y heteronormativas.
Se insiste, entonces, en delimitarnos, en circunscribirnos y, si levantamos la voz, en proscribirnos. Se establecen líneas divisorias, prerrogativas de clase social, y gracias al impulso de las nuevas tecnologías pronto habrá un conjunto de hombres y mujeres que quedarán a la vera del camino, a la deriva de la vida, a orillas de la muerte.
En los hechos, entonces, hay una nueva Doctrina de la Seguridad Nacional: los que están para mantener (y sostener) el statu quo (capitalista), con los cuerpos represivos a sus órdenes, una vez definido el enemigo interno, y los que no alcanzan a gozar de sus limitados beneficios y que pueden ser una probable amenaza subversiva, enemigos de ideologías “foráneas” y apátridas.
Y para que nada cambie, vuelve la retórica de los unos y los otros, y si no se pergeña la política del castigo o la del garrote: el estrangulamiento financiero, las sanciones económicas (pretendidamente correctivas) y el bloqueo o la invasión militar y el control por todos los medios de los recursos naturales.
Los que detentan el poder nunca desistirán de su afán de dominio, y no cederán ni una miserable pulgada de su poder. Lo vimos a través de las lecciones que, en el Tiempo, nos dio la Historia. Lo sabemos. No tenemos dudas.
Es por eso que: ¡todos a una, somos Fuenteovejuna!
Por Sergio Schvarz
Escritor, periodista y Poeta
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