El complejo relevo del Papa Francisco

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La salud del Papa obliga a una Iglesia dividida a pensar en un relevo más incierto que nunca. El dilema ya en marcha sobre el próximo pontífice topa con obstáculos inéditos: una gran fractura interna, cardenales desconocidos de 71 países y, por primera vez, el temor a campañas de injerencia con bulos y desinformación, afirma El País de Madrid.

El enfoque parece certero, en tanto el actual se trata de un papado que dispuso una serie de medidas de corte progresista, como la subordinación del Opus Dei, y aproximarse doctrinalmente a la posibilidad de que haya mujeres sacerdotes, a las que habría que llamar ‘sacerdotisas’.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, llamó este viernes «progresista» al papa Francisco por haber nombrado a una mujer, la monja Raffaella Petrini, como «gobernadora» del Vaticano, y promover la inclusión femenina en la Iglesia católica.

En agosto último, una nota de Maximiliano Sardi en Noticias planteaba que El Papa Francisco trabaja en su legado progresista, en tanto Jorge Bergoglio acelera su agenda de reformas, consciente de que su tiempo al frente de la Iglesia Católica es limitado.

Con dos cirugías hechas, en marzo y junio del 2023 el Papa nombró a un nuevo jefe doctrinal del Vaticano, miembros de un sínodo del Vaticano que podría considerar cambios importantes en el gobierno y la enseñanza de la iglesia, y miembros adicionales en el organismo que elegirá a su sucesor. Hoy, Jorge Bergoglio tiene 88 años.

En 2024, afirmó Robert Mickens que el Papa “es un hombre que tiene prisa, y está dando los toques finales a este proceso largo y gradual de cambiar la iglesia”. Mickens es editor en inglés de La Croix International, una publicación católica.

El primer viaje al extranjero del Papa Francisco fue en 2013, a la Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro. Allí instó a los jóvenes a hacer un “lío”, a sacudir las cosas aunque eso motivara el enojo de algún obispos. Ahora, mientras se desarrollaba otra edición de la Jornada Mundial de la Juventud, en Lisboa, Portugal, Francisco reiteró su consejo.

“La sensación que tengo es que está en la fase de consolidación de su papado”, apuntó el biógrafo papal Austen Ivereigh, un hombre cercano al Sumo Pontífice. “Él está sentando las bases para el futuro”, agregó.»Y no hay mejor lugar para exhibirlo que en una Jornada Mundial de la Juventud.»

Estas jornadas fueron instauradas por el Papa en 1986 para impulsar a los jóvenes católicos en su fe, procurando que los temas principales de la agenda sean preocupaciones perennes, como la justicia social y el cambio climático.

Para implementar su visión en el sínodo, Francisco ha estado nombrando recientemente una gran cantidad de obispos inusualmente jóvenes, para arquidiócesis claves como Buenos Aires, Madrid y Bruselas. Y ha elevado a varios cardenales de 50 años, y en algunos casos de 40 años, incluido el obispo auxiliar de Lisboa, que está organizando la Jornada Mundial de la Juventud.

Poner a clérigos jóvenes en posiciones importantes asegura el liderazgo de una generación afín en el Vaticano, con el objetivo de sostener en el tiempo un cambio progresista en la Iglesia. Mientras la generación anterior de obispos y cardenales se extingue. Este plasmar el legado va de la mano con el nombramiento del nuevo zar doctrinal del Vaticano, el cardenal argentino Víctor Manuel Fernández, de 61 años. “Él está proponiendo una iglesia más inclusiva, más respetuosa de las diferentes formas de vivir, incluso de pensar”, marcó Fernández en una entrevista.

 

 

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