/ El gobierno argentino ordenó el miércoles la violenta represión de la marcha al Congreso de los jubilados apoyado por hinchas de fútbol convocados a partir de la experiencia de la represión sufrida por una anterior manifestación de jubilados.
La represión, efectuada por fuerzas de Policía y Gendarmería, lo fue por directivas directas del presidente Javier Milei y su ministra de Seguridad Patricia Bullrich.
El saldo provisorio es el de un fotógrafo con pérdida de masa encefálica tras ser herido por un disparo de gas lacrimógeno, Pablo Grillo, que estaba siendo intervenido de urgencia, al que se agrega «un nene y una nena alcanzados por gases, una señora jubilada, Beatriz, de 87 años, con traumatismo y más de 60 detenciones arbitrarias», según denunció el Centro de Estudios Legales y Sociales, CELS.
El clima fue de extrema tensión. Hubo patrulleros y contenedores prendidos fuego, corridas y palos, y una represión no justificada. Imágenes televisivas mostraron, por ejemplo, a dos adolescentes, de 14 y 12 años, esposados a las vallas en torno a Casa Rosada solo por pasar por allí a la salida de su liceo, a 16 cuadras del Congreso.
En tanto, la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) habla de «dos personas en estado de gravedad» a causa de los disparos con gases y postas de goma. El organismo, presidido por el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, definió el accionar policial ordenado por Patricia Bullrich como «la más cruenta represión contra los jubilados».
La orden de reprimir del presidente y su ministra fue corroborada por la prensa. «Por orden de Patricia Bullrich, la Policía reprimió la manifestación con balas de goma, gas lacrimógeno y camiones hidrantes», afirma por ejemplo LPO (https://www.lapoliticaonline.
El gobierno afirmó en su defensa que se reprimió «un intento de golpe de Estado». El padre del fotógrafo gravemente herido, Fabián Grillo, declaró: «Por una borracha hija de puta y por un descerebrado que habla con un perro muerto, que mandan a matar, está corriendo peligro la vida de mi hijo».
«A ritmo de jubilado, más lento, más lento», le rogaba un hombre mayor a la joven que lo guiaba con una remera de Gimnasia. La marcha de los miércoles convocó a miles de hinchas de fútbol para defender el reclamo de los jubilados.
Tres tiros, bombas de estruendo, camisetas de todos los equipos del fútbol argentino y «el que no salta es un inglés», la coreografía clásica de las marchas argentinas. Miles de personas se sumaron al reclamo de los jubilados que terminó con represión y gases.
Por su parte, la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) presentó el Archivo de casos de personas asesinadas por el estado entre 1983 y 2024. Allí se afirma (https://www.correpi.org/
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