Panorama ante los consejos salariales

Tiempo de lectura: 3 minutos

Se espera una caída del salario real de hasta un 0,7% los próximos 12 meses y podría incrementarse el desempleo, según proyecciones del Cinve.

Este escenario se anticipa en el marco de un año donde se esperan arduas negociaciones en la próxima ronda salarial, con la posibilidad de avanzar con una desindexación de los haberes, algo que fue planteado por el propio ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone.

Este planteo choca no solo con los dirigentes sindicales, quienes claman por una importante recuperación salarial, sino también con el titular del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS), Juan Castillo, quien anticipó que no está de acuerdo, al igual que el Secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez.

De hecho, el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Guillermo Tolosa, anticipó que desde la autoridad monetaria consideran que “un salario real estable involucraría un aumento nominal de 4,5%”, a tono con las proyecciones de IPC.

En su informe, el Cinve también evalúa la realidad del mercado laboral, que muestra hoy una tasa de actividad del 64,6%, con un 59,5% de la población económicamente activa con empleo y un 8% de desocupados.

El componente tendencial de los puestos de trabajo vaticina un escenario de fuerte estabilidad para la tasa de empleo y de leve crecimiento de la desocupación.

A semanas del comienzo de las negociaciones en los Consejos de Salarios, el Cinve recogió un incremento del 0,6% interanual del salario real para abril, en buena parte gracias a la mejora del 0,8% en el ámbito público, mientras que retrocedió un 0,4% en el sector privado.

Las pautas para los Consejos de Salarios entre los reclamos sindicales y empresariales que prepara el gobierno son el aumento del poder adquisitivo, diferenciación por empresas, indexación salarial y jornada laboral.

El principal reclamo del PIT-CNT es un fuerte aumento del poder adquisitivo de los trabajadores, y el de los empresarios es el aumento de la competitividad de las empresas. Según el dirigente sindical Favio Riverón, el objetivo de la central sindical es evitar una pérdida del poder de compra y priorizar mejoras en las retribuciones más sumergidas. Además, esperan una próxima convocatoria del Consejo Superior Tripartito, para activar una comisión que aborde la productividad en el empleo y otra que analice una posible reestructura de los subgrupos que integran los Consejos de Salarios.

A estos temas se quieren incorporar la desindexación salarial y la reducción de la jornada laboral. Los empresarios propondrfán avanzar en la elaboración de los nuevos convenios colectivos teniendo en cuenta una diferenciación de las empresas por su tamaño y zona de influencia o ubicación. “Las empresas son muy heterogéneas, tratarlas igual afecta negativamente, sobre todo a las micro y pequeñas empresas”, consideró al respecto el presidente de la Cámara de Comercio y Servicios del Uruguay (CCSUy), Julio Lestido.

En ese sentido, argumentarán que se quieren seguir las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que en el acuerdo 98 apunta a que “el gobierno tiene que fijar los salarios mínimos por categoría”, pero “que todo lo demás tiene que quedar libre a la negociación entre los trabajadores y la empresa”, recordó. el jerarca empresarial.

Por ello, quieren una mirada más especifica en las pequeñas y medianas empresas. Esto no es visto con buenos ojos desde la central sindical, que busca negociar por igual todos los salarios de un mismo rubro y sector. Pero la carta que tienen a favor los empresarios está relacionada a la posibilidad de discutir la desindexación salarial, un tema que genera polémica incluso al interior del gobierno. Los empresarios están dispuestos a dejar de lado ese debate si, en cambio, se da lugar al de la diferenciación por empresas en el Consejo de Salarios.

La reducción de la jornada laboral es otro tema parteaguas entre los sindicatos y los empresarios: mientras los primeros insisten en avanzar hacia una jornada laboral de 40 horas semanales, los segundos ponen reparos en cuanto a la productividad. La rotunda negativa del sector empresarial puede llevar a considerar la posibilidad de que, al menos este año, la reducción de la jornada no sea un punto de negociación.

 

 

(Síganos en TwitterFacebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA

Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.