No son Goles: ¡Son balazos!.

Tiempo de lectura: 3 minutos

  El domingo por la tarde en el Estadio Luis Franzini del Parque Rodó, jugaron Defensor Sporting – Nacional por la última fecha del Torneo Clausura del Campeonato Uruguayo.

Sin embargo, yo, siendo hincha de Nacional, no lo tenía presente. La tarde y la vida familiar iban por otro lado, solo había que disfrutar del buen clima primaveral y tratar de descansar.

En mi caso una forma de descansar es hacer deporte. Relajarme y meditar en movimiento, disfrutar de la ciudad.

En esa tarde, decidí correr por el parque y la rambla. Corrí 7 km. Repleto de gente por todos lados. No hay nada más democrático como la rambla y el Parque Rodó.

Volví de correr. Rápido me bañé y quedé en encontrarme con mi familia en la Plaza Enriqueta Compte y Riqué, ubicada entre los juegos clásicos del parque, cancha abierta de Sporting y el Museo Nacional de Artes Visuales. Este espacio es de excelencia para niños y niñas. Las familias disfrutan mucho de la libertad y variedad de su infraestructura.

El ambiente familiar y social, por decir de alguna manera, era de una inocencia pura. Una inocencia que era cuestionada por el vuelo del helicóptero de la Policía del Ministerio del Interior. Pero nadie se percataba por qué volaba por arriba de la zona, cada vez repetido con un radio más corto, más específico.

La distracción relajada del domingo, con calor y sin viento, no hacía pensar en problemas y peligros para nadie.

En determinado momento, dentro de la plaza, luego tomar un rico helado de chocolate a la italiana y crema de maní, decidí sentarme en un banco de hormigón bajo un árbol, mirando en sentido al club Sporting. Me comunico por celular con mi madre por temas familiares. Durante la charla, tuve que decirle que no continúe hablando, que no la escuchaba, porque un helicóptero pasó volando bajo, tipo «Vietnam». Igualmente, continúe con la inercia descontracturada e inocente del domingo.

Mi hija, alegre, jugando y corriendo por la plaza, libre como todo el domingo. Mi pareja (sin Registro Civil de casamiento pero amor legal en el corazón), enfrente mío. Cuando corto el celular continúo hablando con ella. Estaba parada frente a mí, yo continuaba sentado. Compartíamos charlas amenas, típicas del domingo.

En un instante todo cambió.

Se escuchan detonaciones, por lo menos 2 o 3 son las que yo pude registrar, sin saber si era o no el comienzo de una seguidilla. La masa de gente en la plaza comienza a correr y gritar para todos lados hacia el sentido de una de las puertas de la plaza opuesta a calle 21 de setiembre, con sus niños y niñas en brazos sin que los pies toquen el piso. Las pertenencias no importaban.

En ese segundo, logré captar rápido la situación, le digo urgente a mi pareja (madre de mi hija), ¡son balazos!, ¡nuestra hija!. Giré rápido para lograr obtener todo el panorama general del espacio y lograr encontrarla.

La verdad es que quedé ciego. Quedé por un instante eterno como un astronauta sin retorno flotando en la inmensidad del universo.

Todas las personas en rápido movimiento y corriendo en distintas direcciones se convirtieron en mis ojos en figuras «abstractas, eran todas iguales dentro de un agujero negro». A mí hija no la veía.

Gracias a mi pareja, en rápida reacción, ya que nunca le había perdido la vista de arriba a nuestra hija, corriendo en cuerpo encorvado hasta alcanzarla para protegerla, la encontramos sobre la cima de una loma de la infraestructura de la plaza, con sonrisa y cara de total inocencia. 

Realmente no sabíamos que estaba pasando. La plaza en 5 segundos se vació como si hubiera pasado un huracán que barrió con todo. Había padres con sus hijos e hijas detrás de los asientos largos de hormigón escondidos o con cuerpos semi escondidos mirando por donde venía el posible peligro.

Giré nuevamente la vista hacia la posición inicial de dónde yo estaba sentado en el banco de hormigón, rápido, sin dejar de correr. De tal manera volvía a obtener un panorama general de la situación. Vi ingresar a la plaza a 2 o 3 muchachos señalizando no sé a qué o a quién.

Finalmente todo se enfrió. El helicóptero continuó volando la zona.

Al otro día, vi en Montevideo Portal, la nota: «Ahora todo en orden».

Concluye diciendo:

El hincha fue detenido y el policía “herido levemente”.

El enfrentamiento fue “disipado rápidamente”. “El resto, todo con total normalidad”, dijeron desde Interior.


No sé quién informa desde el Ministerio del Interior, pero con «total normalidad» les aseguramos que no fue. El Uruguay que queremos, seguro que no es.

 

 

 

 

 

(Síganos en TwitterFacebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA

Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.