Cuando ha pasado más de un mes de la celebración de las últimas elecciones generales en España, todavía este país no tiene claro quién va a ser su próximo presidente de gobierno. Siguen los diferentes líderes buscando pactos, pero no los encuentran ni siquiera en los partidos que podían estar cercanos a su manera de entender la política.
El tablero que dejaron las votaciones lo ha puesto complicado. Más que un juego de ajedrez con sus diferentes estrategias para evitar la celebración de una nueva convocatoria, que tendría lugar a finales de mayo, de seguir así las cosas, parece un galimatías político pensado por una mente maquiavélica. Nunca se había dado una circunstancia semejante en España, y nunca la elección del presidente de la nación se había retrasado tanto.
Para salir elegido el candidato propuesto deberá adquirir en la primera votación la mayoría absoluta, es decir, la mitad más uno, en este caso, para un parlamento compuesto de 350 diputados, 176 votos. Si en la primera votación no llega, se celebrará una segunda ronda en que el triunfo bastará con la mayoría simple, es decir, más número de “sies” que de “noes”, pero incluso ésta simple es difícil obtenerla si no hay algún pacto, a tenor de los resultados que vamos a recordar a los lectores para que echen sus cuentas:
-PP (Partido Popular)…………………………………………. 123 escaños
-PSOE (Partido Socialista Obrero Español)………….. 90 ”
-PODEMOS……………………………………………………… 69 ”
-CIUDADANOS……………………………………………….. 40 ”
-Otros, regionales, IU-UP……………………………………. 28 ”
TOTAL……………………………………………………………… 350 ”
Un parlamento de colores
La semana pasada fueron constituidas las Cortes Generales, y los 350 diputados electos tomaron posesión de su correspondiente escaño en la zona prevista para cada grupo parlamentario. Dichas Cortes, previo acuerdo de los diferentes partidos, nombraron por mayoría al que fuera antiguo lehendakari (presidente) de gobierno del País Vasco, Patxi López, como su presidente. Es preciso recordar que el presidente de las Cortes Españolas es la tercera autoridad del Estado español después del Rey, y del Presidente de gobierno. Esta elección fue a resultas de un acuerdo entre el PP y el PSOE, que juntos consiguen llegar a la mayoría absoluta, pero, si en este asunto del presidente del Congreso fue factible, en la propuesta del candidato para ser presidente del ejecutivo nacional y formar su gobierno, no lo es por la distancia ideológica y de acción social que separa a ambos partidos. No hubo, pues, grandes discrepancias en la elección del Presidente de las Cortes, y dicho nombramiento ha sido aceptado, así como el cargo del presidente del Senado, donde el PP obtuvo la mayoría absoluta; lógicamente no ha habido por tanto ningún problema en que lo presidiera uno de su partido, tanto por ser mayoría el PP, como por tratarse de un cargo de menor relevancia. Tampoco está muy claro el papel del Senado, que parece un lugar de colocación de políticos a la baja, y que algún partido ha propuesto renovar, cuando no, suprimir, como aboga Podemos, por significar mucho gasto para poca función.
En el hemiciclo, llamado así porque la estructura de los escaños tiene forma de semicírculo, como un coliseo romano partido a la mitad, ha saltado a primera vista la renovación que han traído los nuevos partidos emergentes, sobre todo los miembros de PODEMOS. Ellos en su mayor parte y también en menor grado los de CIUDADANOS han roto la monótona uniformidad del traje oscuro y corbata de los anteriores parlamentarios. Es un hemiciclo donde imperan los diferentes colores, no tanto por los que conforman el emblema de los diferentes partidos, azul, rojo, morado y amarillo, cuanto por su vestimenta, incluso por su peinado, hasta rastas, se ven. Esto ha sido criticado por la banda derecha que no sabe qué criticar y ve un peligro, parece que todo es peligroso, en la renovación, incluso en pequeños detalles como los vestidos, los jerseys, o la ausencia de corbatas.
En cambio, no ven peligros donde realmente los hay, como su erróneo enfoque de la política al fijarse en esas nimiedades cuando hay tantos problemas que resolver, y a los que, haya o no, presidente de gobierno o gobierno constituido, ya se han puesto a hacer frente los componentes de Podemos, presentando un proyecto de ley social para evitar que ninguna familia se quede sin calefacción o agua por falta de pago del recibo. La han dado en llamar “Ley 25” de emergencia social, o Plan de Rescate Energético. Entre otras medidas proponen ayudar a pagar la electricidad y el gas a quienes tengan menos recursos para garantizar un consumo mínimo vital; eliminar los “copagos” en las recetas. Esta ley que pretenden que el Parlamento apruebe ya, contempla sobre todo, la prohibición de desalojar a familias de sus casas por falta de pago de hipoteca si no hay alternativa de residencia, y también garantizar hogar para la víctimas de violencia machista o de género aunque no haya denuncia previa y la mujer lo solicite.
“No hemos venido a perder el tiempo ni a hablar de las musarañas -ha declarado su líder, Pablo Iglesias-, sino de los problemas acuciantes que en estos días de frío, mientras se habla de pactos sí o pactos, no, siguen sufriendo los ciudadanos”. Hay que recordar que en España es ahora pleno invierno y en la mitad norte han comenzado las nevadas.
Otro detalle novedoso es que se ha rebajado la edad media de los diputados a 45 años, cuando anteriormente en todas las legislaturas la media sobrepasaba los 50 años.
Resumiendo, parece que se quiere evitar el tener que convocar próximas lecciones, como sucedía en Cataluña, cuyos resultados eran muy parecidos a los nacionales. Los partidos catalanes resolvieron la cuestión in extremis, dos días antes de que expirara el plazo para nombrar nuevo presidente de la Generalitat; se consiguió con una serie de añagazas que no se sabe cómo terminarán, recurriendo al “transfuguismo” -paso de un partido a otro- por parte del partido que en su caso tenía la llave para conseguir la mayoría absoluta, como era la CUP. Este partido independentista que hasta entonces se había negado a apoyar al señor Mas por su implicación en la corrupción, permitió que fuera elegido otro militante del mismo partido, Convergencia, con el trasvase de unos diputados suyos, y la renuncia a presentarse de nuevo del señor Mas, presidente entonces en funciones. Junts pel Si consiguió elegir al propuesto por el presidente saliente, compañero de partido y hombre de su confianza, Carles Puigdemont (actual presidente electo, un independentista convencido, antiguo alcalde de Girona, como apuntamos en nuestra anterior crónica). Pero esta solución es mas difícil cuando no imposible en el caso nacional, donde es necesario que se pongan de acuerdo tres partidos al menos, y ninguno tiene la llave para conseguir imponer su candidato.
Dentro de unos días el Rey Felipe VI mantendrá conversaciones con los diferentes partidos para sondear sus propuestas. Del resultado de esas conversaciones, que se iniciarán este fin de semana, el Rey propondrá un candidato o probablemente tres para que las Cortes o los partidos traten de ponerse de acuerdo. En caso contrario, habrá que ir a nuevas elecciones que tendrían lugar a finales de mayo o primeros de junio. Pero esta solución nadie la quiere. Veremos qué sucede a partir del día 23.
Por Ramón Hdez de Ávila*
(Corresponsal de La ONDA digital en Madrid)
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