“Soy el autor de un libro escrito por miles de voces”

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El pasado 5 de junio en “Página/12”, Cristian Vitale diálogo con  Eduardo Nocera con motivo de lo que califica; “monumental investigación sobre Jose Gervasio Artigas”.

“El historiador, periodista y docente publicó Quién es Artigas, un trabajo que le llevó años de viajes y entrevistas en busca de cartas, objetos y testimonios orales. Nocera sostiene que el prócer buscaba artigas“más que independencia, la unión entre los pueblos”. El libro “Quien es Artigas” se presenta el 18/06 en Nueva Palmira, el 19/06 en Colonia y el lunes 20/06 en Montevideo.

Dice tener unas siete mil fotos. Pero apenas mirando un puñado se lo puede imaginar desandando el largo camino que emprendió para seguir las huellas de José Gervasio Artigas. A Eduardo Nocera se lo ve en la Plaza Constitución de Trinidad (departamento de Flores, Uruguay), delante de una escultura del caudillo federal hecha por Juan Blanes. También en dos solares: el Artigas, de Curuguaty, Paraguay, donde el prócer vivió veinticinco años y el de la escuela Artigas ubicada en Ibiray (hoy Asunción) donde atravesó sus últimos días, y aún mantiene su árbol: el Ibirapitá. Nocera está también al lado del monumento ecuestre más grande del mundo erigido en Minas (el de Artigas y su caballo), y en la meseta de Paysandú. Igual, ni por asomo alcanzarían estas líneas para enumerar los sitios por donde anduvo este historiador, periodista y docente que escribió un libro en dos tomos de seiscientas páginas cada uno (Quién es Artigas), publicado por el Instituto Superior Arturo Jauretche, cuyo fin es el de seguir los pasos de este pionero de las luchas emancipatorias, en sus trazos finos y profundos. Se tomó seis años, treinta viajes y quinientas entrevistas para poner la lupa en esos recodos espaciales, sociales y humanos que la historia habitualmente deja de lado.

Puntualmente en caseríos, villas, pulperías, pueblitos del vasto litoral, donde aún persisten diversas fuentes a las que casi ningún historiador –ni revisionista, ni marxista, ni liberal– recurre habitualmente: testimonios orales, investigadores pueblerinos y autodidactas, paisanos que persiguen rastros, gente que conserva cartas, objetos, documentos y descendientes directos del protector de los pueblos libres. “Soy el autor de un libro escrito por miles de voces porque, por ejemplo, conviví con choznos de Artigas, que están vivos, tienen alrededor de 70 años y son parte de la quinta generación de descendientes.

Ellos, como tantos otros, también ‘escribieron’ este libro. Recorrí todo, porque tenía la necesidad de respirar el paisaje, la geografía viva de los confines artiguistas, para entender al Artigas hombre, a través de personas que cuidan su legado”, refrenda el historiador sobre algo que denotan tanto las fotos como las más de mil doscientas páginas de un libro al que, dada su original y obligada forma de escritura, cuesta acceder de entrada.

Dicho de otro modo, al plantear un doble cruce entre pasado y presente, y tiempo y espacio, Nocera prácticamente tuvo que “inventar” un estilo, una forma de escribir, a la que el lector se va aclimatando con el correr de las hojas. “Me pareció que para aprender al artiguismo, un fenómeno social tan complejo y lleno de aristas, me tuve que hacer de varias estrategias de escritura”, admite él, acerca de un trabajo que pone en escena múltiples interpretaciones, desde los propios territorios artiguistas. “Lo que hice fue dar a conocer voces pueblerinas, locales, que interactúan en un mosaico que arroja un significado del artiguismo, desde el siglo XXI.

Una auténtica puesta en valor de la formulación principal del artiguismo, que es el de la igualdad y la unión entre las provincias. Lo quise pensar desde hoy, incorporar todas esas voces y experimentar físicamente la imagen fortísima de esos solares, terrenos, ríos, arroyos y montes que lo alimentaron, y le dieron ese sino tan particular… el movimiento popular artiguista está concentrado en una escenografía que no tiene parangón por fuera de su extensión”, refiere Nocera quien, tras la edición del libro, sigue publicando artículos sobre el tema y viajando por las rutas artiguistas para dar charlas y conferencias. Y escuchar también.

–No hay demasiados antecedentes, tal vez no haya ninguno, de historiadores que enlacen lo geográfico con la historia, el devenir con el presente, recorriendo lugar por lugar, durante seis años. ¿O sí? ¿Tomó algún trabajo anterior como referencia?

–Creo que no, y me sentí un viajero perspicaz y apasionado. Sentí una pasión muy fuerte, cuya emoción me llevó a volar de fiebre en el último viaje a Soriano. Todo mezclado con el estudioso disciplinado. Una doble tarea a la que no sé si alguien se atreve… por suerte conté con mucha ayuda y en especial la de gente como Hugo Chumbita, que prologó el tomo I; Ernesto Jauretche el II; Cristina Zitarrosa, la hermana de Alfredo, que me daba vouchers para viajar con descuento en micros, o el embajador argentino en Paraguay, que me dejó vivir en la Embajada durante un mes. Incluso, llegué a dormir en el auto.

–¿Cuál fue su principal interés para involucrarse en semejante maratón histórico / geográfica?
–No fue un capricho. Fue aportar una herramienta para mantener vigente la aspiración por la justicia social y la libertad de los pueblos que está pendiente, y subyace en el imaginario de los pueblos. En este sentido, vale mucho aprender el artiguismo como movimiento emancipatorio, como una revolución social y regional fracasada pero no perdida, porque intentó ser la alternativa a una revolución política apropiada por una casta. Y para hurgar ahí, lo primero que había que hacer, sí, era estudiar mucho las corrientes historiográficas argentinas, uruguayas, de Río Grande do Sul y también del Paraguay, pero después abandonar la comodidad del escritorio y pensar que, incluso desde el revisionismo, los grandes maestros a quienes por supuesto rindo tributo, han construido un discurso alternativo a la historia liberal y mitrista, que tal vez arrojó una nueva versión del artiguismo, pero enfocando al federalismo parcialmente desde Buenos Aires.

El libro “Quien es Artigas” se presenta el 18/06 en Nueva Palmira, el 19/06 en Colonia y el lunes 20/06 en Montevideo

Quiero decir que, tal vez por el tiempo en que produjeron, no habían podido abrazar las interpretaciones de historiadores provincianos, que tienen estudios acabados, sobre algunos aspectos muy precisos del artiguismo. Personas que se han ocupado de estudiar, por ejemplo, el desarrollo de una batalla en particular como la de Tacuarembó. O el Congreso de Arroyo de la China, del 29 de junio de 1815. O su derrotero final, perseguido por las huestes de Ramírez y Mansilla, tras el Tratado de Pilar… aspectos que, desde las provincias, arrojan otra luz, otro significado, dado que tales historiografías son legatarias de la tradición federalista y emancipatoria que esas provincias abrazaron en contra de la prepotencia porteña y directorial”. (…)
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