Estamos viviendo una etapa de derechización de la América del Sur. Destacan los horrores económicos, sociales y políticos de nuestros vecinos Brasil y Argentina. Sentimos que Uruguay es una especie de isla en la región.
Por el fortalecimiento de la democracia, por las instituciones que dan estabilidad política, económica y social. Sin duda, que la incertidumbre que proviene del campo internacional y las fuertes devaluaciones en Argentina y Brasil van a tener consecuencias negativas en el campo económico. Pero Uruguay, como isla, tiene recursos para enfrentar dignamente situaciones desfavorables.
Estamos a 13 meses de las elecciones nacionales y hay un enfrentamiento claro entre el Frente Amplio, desde la izquierda y la derecha representada por los partidos tradicionales, blancos y colorados. El FA va por su cuarto gobierno consecutivo, pero sufre del desgaste de gobernar y del descontento de los frentistas. Esto se refleja en las diversas encuestas, donde hay un alto grado de crítica a la gestión del gobierno y entre los votantes, una pérdida de entre 8 y 10 puntos con respecto a 5 y 10 años atrás.
Esas pérdidas van hacia los indecisos, y más levemente hacia el partido Independiente y hacia la Unidad Popular. Los nuevos votantes solo conocen gobiernos frentistas y no tienen ninguna experiencia sobre lo que significan y han significado los partidos tradicionales y el funcionamiento de la ideología de derecha.
Hay una tarea central para ganar a los nuevos votantes, donde históricamente primó el FA. Pero como analiza Oscar Bottinelli, el problema para la izquierda está dentro de si misma, dentro del propio FA por los descontentos.
Esta debiera ser una de las tareas centrales de la campaña electoral, siendo imprescindible una investigación que ayude a comprender las causas reales de dicho descontento.
Casagrande, liderado por la senadora Constanza Moreira, realizó el sábado 15 de setiembre una jornada muy positiva durante todo el día, con los cuatro candidatos existentes hasta el momento dentro del Frente Amplio: Daniel Martínez, Carolina Cosse, Ernesto Murro y Oscar Andrade.
Fue una jornada muy buena en ideas, en conceptos donde todos los asistentes, con muy buena presencia del interior, se fueron enriquecidos y contentos de poder aprovechar esta instancia de diálogo. Cada expositor estuvo 90 minutos para su presentación y las preguntas de los concurrentes. Los 4 candidatos tuvieron una actitud muy unitaria, lo cual lo consideramos muy positivo, porque la unidad es lo que realmente diferencia a la izquierda uruguaya de las izquierdas en el mundo.
Probablemente Andrade fue el más removedor, el más profundo, el más autocrítico del accionar del gobierno y del propio Frente Amplio. Cosse y Murro mostraron sus conocimientos y sus experiencias, como Ministros. Martínez hizo un importante esfuerzo por tratar de analizar las 12 preguntas que se habían anticipado a los candidatos y mostró sus conocimientos y su experiencia invalorable de sus tareas como Intendente de Montevideo.
Fue una estupenda jornada, extensa pero muy valiosa, que habla de la capacidad de Casagrande para realizar muy correctamente el evento y de las positivas posibilidades del futuro del Frente Amplio.
Vivimos la etapa de elaboración programática hacia el Congreso del 1 y 2 de diciembre. Entre candidatos y programa debe resurgir la esperanza de los frentistas. Se requieren ideas fuerza y potentes con capacidad de emocionar al pueblo frenteamplista. La diferenciación con la derecha es nítida y relativamente sencilla. Nos facilita que en los partidos tradicionales no surgen candidatos con la potencia necesaria para ganar las elecciones.
Hay un tema central que requiere más investigación y más propuestas, sobre todo por la velocidad del cambio tecnológico, que es el tema del empleo. Habrá que analizar las posibilidades de las pequeñas y medianas empresas y los sectores y actividades económicas que generan más empleos directos e indirectos. Es muy relevante atender los efectos de los cambios tecnológicos sobre el empleo.
Ello es parte de la estrategia de desarrollo, donde además de contemplar el tema del empleo es muy relevante la inserción económica internacional, para enfrentar la primarización de las exportaciones, aumentar su valor agregado y los contenidos tecnológicos. De esa estrategia debiera también surgir las potenciales cadenas de valor regionales para lograr exportaciones de alta y media tecnología. También es relevante el debate sobre la estructura tributaria para atender la distribución del ingreso, a través de impuestos al patrimonio, a las altas herencias, a las rentas de capital y una revisión de las exoneraciones impositivas.
También es muy importante la necesidad de acciones conjuntas y simultaneas en los sectores sociales para enfrentar la pobreza, los problemas de la educación, salud, cuidados y vivienda y ordenamiento territorial.
Por Alberto Couriel
Economista y ex senador
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