Hace unos días, los estados miembros del Tratado Schengen pusieron en marcha la operación Mos Maiorum contra la inmigración clandestina. Se trata de una iniciativa del Consejo Europeo en respuesta a las demandas de Italia, al frente de la presidencia de la Unión Europea (UE). Veinticinco países participan en esta campaña y más de 20.000 miembros de las “fuerzas del orden” han sido convocados para poner al día las rutas y estrategias que permiten a los inmigrantes llegar a Europa. Lejos de vigilar las fronteras exteriores, su misión se centrará en las paradas de autobús, las estaciones de tren o las carreteras. Se trata, como denuncian cientos de ONG, de una redada masiva e indiscriminada.
El texto difundido por la UE para justificar esta operación de “caza y captura” se basa en tres puntos fundamentales: luchar contra las mafias que facilitan la migración irregular, recopilar información para elaborar un estudio sobre las rutas migratorias, y consolidar las estrategias y medidas necesarias para luchar contra la migración “ilegal”. Para alcanzar tales objetivos se realizarán controles aleatorios basados en perfiles étnicos y culturales. La simple apariencia o pertenencia a un determinado grupo étnico justificará un registro o una identificación dentro del espacio Schengen.
El modus operandi de esta redada pone en riesgo un derecho fundamental: el de no discriminación. Inmigrantes y refugiados, siempre que su aspecto les delate, podrán ser detenidos e investigados. Aquellos que no cumplan con la normativa de la UE serán enviados a su país de origen o retenidos.
Esta controvertida operación se enmarca en una política migratoria basada en las restricciones y el cierre de fronteras. Una política que no se plantea las causas de la inmigración irregular, o sobre cuáles son los motivos que llevan a millones de personas a recurrir a mafias y lanchas de juguete para alcanzar el “sueño europeo”. El acceso a la UE por vía legal es una puerta blindada, incluso para las personas que demandan asilo.
Mos Maiorum es “la caza de ‘sin papeles’ en Europa, una nueva batalla en la guerra de la UE contra un enemigo imaginario”, afirma la organización para la defensa de inmigrantes Frontex Exit. Una operación que alimenta “el fantasma de una invasión criminal en Europa” y que se vale de Frontex (Agencia Europea para la Gestión de la Cooperación Operativa en las Fronteras Exteriores que sufragará parte de esta intervención) para imponer “una política discriminatoria que viola los derechos de inmigrantes y refugiados”.
Poco afortunado es el nombre de esta medida migratoria. Bajo el concepto latino Mos Maiorum se define la moral de la antigua Roma, sus costumbres y sus prácticas en el ámbito público y privado. Así, la operación europea parece responder a la persecución de todo aquel que no comparte su misma tradición. “Bárbaros” que ponen en peligro la “pureza europea”. Hace siglos las fronteras cambiaron el mundo. Desde entonces Europa se ha erguido como defensora del Estado de Derecho, la democracia y los derechos humanos. No son los inmigrantes, los “bárbaros sin papeles”, quienes ponen en riesgo siglos de progreso. Las decisiones y las políticas de sus gobernantes son la verdadera amenaza para el sueño europeo.
Por Irene Casado Sánchez
Periodista español
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