Las cometas de Julio

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“Por momentos parece que la gravedad de las amenazas es inminente.
Por momentos parece que el peligro afloja. Es un tembladeral en el
que parece que pueden enterrarnos, pero que a la larga los enterrará
a ellos. Lo malo es que a la larga…Y se anuncia muy larga”.
Carta de Julio Castro a Quijano, 26 de julio de 1976

 

Hace unos años la murga “Acontramano” dedicó la despedida de su actuación al maestro Julio Castro. Fue el carnaval siguiente a que aparecieran sus restos en el Batallón 14 y se supiera a ciencia cierta que lo habían torturado y matado de un tiro en la cabeza. En aquel momento, escuché la conversación de una niña de siete años, que le explicaba a un extranjero lo que quería decir la murga: “Las cometas, que canta la murga, son las ideas del maestro, porque eso quiere decir que vuelan hacia el cielo y entonces las ideas no se van a morir nunca”. Quedé perpleja ante la síntesis y se lo conté al autor de esa letra, el maragato Fernando Esteche.

La semana pasada tuvimos la noticia de que la justicia condenó al Coronel retirado Nino Gavazzo a veinticinco años de prisión por el asesinato del maestro Julio Castro. El juez entendió que no necesariamente hay que apretar el gatillo para ser el autor del asesinato. Entre tanta congoja que produce la noticia, no puedo dejar de recordar las palabras de la niña y releer los aportes de Julio Castro a la educación en tiempos de pandemia, de discusión de la Ley de Urgente Consideración en el Parlamento y en las vísperas de otro 20 de mayo que está por llegar.

Castro fue de esa camada de intelectuales uruguayos que marcó el rumbo de la educación uruguaya, pensando la pedagogía desde los problemas sociales reales de la población y, fundamentalmente, desde el ámbito rural que él conocía tan bien. El maestro Miguel Soler lo describe “…él era un ser eminentemente rural, para quien la realidad campesina era una raíz existencial indicadora del rumbo correcto” (Cuadernos de Marcha, 1985). La escuela rural debe a su figura y la de algunos otros como Agustín Ferreiro, la transformación profunda en sus orientaciones y lineamientos educativos. Nuestra generación encuentra natural que las escuelas rurales sean abiertas y centros de referencia de su zona de influencia, pero comienza a entenderse así a partir de los aportes del maestro Julio Castro.

Además de ser consultor internacional para UNESCO y ser llamado para diferentes experiencias en países de Lationamérica, quienes lo conocían lo sabían comprometido con “los de abajo” y estableciendo relaciones entre iguales. Era demasiado peligroso. Por eso lo mataron y lo enterraron pensando en que no lo encontraríamos. Ahora, el responsable fue juzgado.

Pero así como él, falta encontrar a muchos y a muchas otras. La búsqueda sigue. ¿No le duele en las entrañas pensar lo que le hicieron a estos compatriotas? A mí sí. ¡Qué difícil ha sido esclarecer los hechos! ¿No le da vergüenza que en la mayoría de los casos no sepamos dónde están o lo que les pasó? A mí sí. Y me avergüenza que la historia que vamos construyendo como país no pueda ser más nítida. No saber lo que pasó es, seguramente, repetir errores. Arriesgamos la sociedad que queremos ser.

En tiempos de incertidumbre y nueva normalidad, sabemos que hay una ley en el Parlamento que tiene 501 artículos para votar en forma vertiginosa. Esa ley entre muchísimas cosas permite portar armas a ex militares, como los que mataron a Julio Castro. También tiene una tendencia privatizadora de aquella educación pública que defendió el maestro. No saber lo que pasó en el pasado reciente, nos resta la posibilidad de analizar y reflexionar sobre el presente, como esta ley que sin duda tendrá implicancias en muchos ámbitos de nuestra vida cotidiana.

Mientras tanto, como hormiguitas, seguimos transmitiendo a las generaciones que vienen ideas como las del maestro, para que, al igual que las cometas, sigan revoloteando entre nosotros.

 

Por Ana Gabriela Fernández
Edila en la Junta Departamental de San José. Actriz egresada de la EMAD y Educadora Social. Doctoranda en estudios de Género en la Universidad de Oviedo. Docente e investigadora en el Programa Género y Cultura de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)

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