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Este viernes 23 de octubre se cumplen 70 años de la entrada de Voluntarios del Pueblo Chino en la República Democrática de Corea en la Guerra de Resistencia contra la Agresión de EE.UU y en ayuda del pueblo coreano.

Xí Jinping dijo visitando la exposición en el Museo Militar de la Revolución del Pueblo Chino, en Beijing, el 19 de octubre de 2020:

“La Victoria en la Guerra de Resistencia contra la Agresión de EE.UU. y Ayuda a Correa fue una victoria de la justicia, una victoria de la paz y una victoria del pueblo.”

En junio de 2020, se cumplieron 70 años del inicio de la primera “guerra caliente” de la Guerra Fría y de la era nuclear: la Guerra de Corea.

La Revolución China triunfó el 1º de Octubre de 1949, El primer hecho relevante que puso en tensión a la nueva República fue la Guerra de Corea que estalló el 25 de junio de 1950, a menos de 9 meses de la independencia China.

Corea estaba dividida por el paralelo 38º en Norte y Sur, socialista y capitalista respectivamente de acuerdo a las contradicciones de la época.

Se produjo fruto de la intervención estadounidense directa en dicha península desde mucho antes, produciéndose un despliegue inusitado de las fuerzas navales norteamericanas en Taiwán, Filipinas y todo el sudeste asiático, como un aumento del apoyo a los franceses en Vietnam, o sea en la vecindad de China lo que era una amenaza para su soberanía, dado el permanente y provocador proceder de la aviación y la marina de EE.UU incursionando en el espacio aéreo chino. Intromisión en territorio chino y provocaciones permanentes en el Mar de la China donde eran acosadas y detenidas naves chinas produciendo pérdidas humanas y materiales. Esto se suele ocultar cuando se habla de este tema.

En ese contexto, Estados Unidos hizo aprobar una resolución en la ONU para imponer el embargo a la República Popular de China, cuyo lugar en el Consejo de Seguridad era ocupado por Taiwán ilegítimamente.

Toda esta situación hizo que China se involucrara en la Guerra de Corea. La República Popular de Corea ya existía desde 1945; lograron su propia independencia cuando los chinos estaban por empezar la guerra civil que terminó en octubre de 1949.

No fue una revolución exportada.

Después de que el Consejo de Seguridad de la ONU aprobara el 4 de julio- con la ausencia del representante soviético- una resolución de rechazo a la incursión armada de Corea del Norte en Corea del Sur, y ante el colapso inminente de ese país, se produjo la intervención militar directa de EE.UU. en el conflicto con un gran contingente naval, aéreo y terrestre bajo las órdenes del general MacArthur.

Para EE.UU este conflicto se daba en la lógica de la Guerra Fría. La rápida acción militar obligó a Corea del Norte a regresar a sus fronteras internacionales, creando condiciones para una negociación del diferendo.

Pero, el 7 de octubre de 1950 la Asamblea General  de la ONU dio el visto bueno a las tropas de EE.UU para penetrar en territorio de Cores del Norte, realizando una ofensiva que llegó a la frontera con China en el Río Yalu. En ese contexto, donde además EE.UU movilizó la poderosa Séptima Flota en el estrecho que separa a China de Taiwán, lo que fue considerado por China como una intervención en sus asuntos internos.

Por ambas razones La RPCH decidió intervenir en el conflicto con 200.000 soldados que obligaron a las tropas bajo el mando de EE.UU a retroceder, lo que luego llevó a una nueva negociación que puso fin al conflicto.

Pero antes el general MacArthur intentó un ataque contra China, e incluso estaba dispuesto a usar el arma nuclear, por lo que fue destituido por el Presidente de los EE.UU., dando lugar al cese del fuego y al comienzo de las negociaciones para un armisticio que fue firmado en julio de 1953 en el pequeño poblado de Panmunjom cerca del paralelo 38º que fijaba el límite entre las dos Coreas, que se mantiene hasta el día de hoy.

Acerca de la guerra…
“Corea del Norte es una tierra montañosa, de valles estrechos y ríos rápidos. Las vías férreas y las carreteras tienen que pasar por centenares de túneles y miles de puentes. Las carreteras son verdaderas trampas destructoras de camiones, subiendo o bajando, fangosas, pedregosas, abundantes en curvas y hoyos profundos.” Así describe un enemigo de Corea del Norte, el general cuatro estrellas James A. Van Fleet comandante durante 22 meses del 8º Ejército de EE.UU en Corea y al decir del presidente Eisenhower el “mejor oficial de combate con que cuentan las fuerzas armadas”.

Estuvo en Corea desde el 14 de abril de 1951 hasta el 14 de febrero de 1953, cuando por diferencias con el mando superior, fue sustituido por el general Maxwell Taylor como nuevo comandante del Octavo Ejército.

En agosto de 1953 cuando ya se había firmado el armisticio del cese del fuego, el general Van Fleet había hecho declaraciones a la revista Life que reprodujo las Selecciones del Reader´s Digest, de la que saco los testimonios del general y sus opiniones.

El 14 de abril de 1951 llegó a Corea y se puso al mando del 8vo Ejército, que venía sufriendo duros golpes. Según este halcón entre los halcones de la guerra y resentido con los mandos superiores, dice: Las seis semanas que siguieron fueron de gran significación histórica para las armas de los EE.UU. (…) Derrotamos sus ejércitos y habríamos podido destruirlos. Pero intervino…Washington y se nos ordenó detener el avance. Sobrevino el estancamiento, y luego el discurrir prolongado e inútil de las conversaciones sobre armisticio.”.

Está hablando de 26 de mayo de 1951 y la guerra llevaba casi un año. Podemos sacar algunas conclusiones. El general es partidario por la formación recibida y su experiencia en las dos guerras mundiales, de una guerra rápida y está en contra de una guerra de trincheras. Enseñanzas que saco de ambas guerras mundiales.

EE.UU. país imperialista y primer potencia mundial preparaba a sus tropas en base a su poderío naval aéreo y terrestre, para guerras rápidas.

Pero había dos problemas: la geografía que el mismo describe y el factor humano. Tanto los coreanos del norte como los chinos venían de pelear una guerra irregular con algunos elementos de guerra de movimiento. Además eran soldados que peleaban por una guerra justa, la defensa de su soberanía.

El general en su testimonio es contradictorio porque lo nubla su anticomunismo.

Voy a tratar de desentrañarlo.

Pero primero explicar su malestar por las conversaciones de paz, que el general considera inútiles, y que según él había condiciones para ganar la guerra, y que el gobierno de Washington los detuvo.

El general Van Fleet reconoce…
En abril de 1951 las tropas coreanas y chinas estaban por reconquistar Seúl y los norteamericanos según Van Fleet movilizaron 230.000 soldados a lo largo de una línea defensiva de 217 km de largo, llamada la “Línea de Oro”, ubicada al norte de Seúl.

“Estaba seguro de que podríamos sostenernos allí, y creía además que si dejábamos reconquistar Seúl, teniendo que volver a pelear en sus calles y acumular más ruinas, la angustia se apoderaría de los sudcoreanos y la guerra estaría perdida…en espíritu, si no en los campos de batalla.”

“Nuestra Línea de Oro se sostuvo y Seúl se salvó. Después de rechazar el primer ataque del enemigo, cavamos trincheras y nos pusimos a esperar el segundo.”, continúa el general.

El segundo ataque fue el 16 de mayo y el 17 las tropas norteamericanas lanzaron la primer contraofensiva donde una fuerte oleada china fue contenida y contraatacada.

“El 24 de mayo de 1951 cruzamos nuevamente el paralelo 38.”, agrega Van Fleet. Continúa: “La Secretaría de Estado le había hecho saber a los rojos que estábamos dispuestos a detenernos en el paralelo 38. En lugar de recibir órdenes para una acción ofensiva, hallamos que con el tiempo se nos restringían más y más nuestras actividades.”

¿Verdad o justificación?

Agrega: “El enemigo se recobró rápidamente de la tunda que le propinamos en mayo y se hallaba de nuevo atrincherado para el 19 de junio. Ello explica por qué compartí la opinión del general Ridgway…respecto de que un avance de 30 kmts que para entonces se estudiaba “causaría muchas bajas”. No existía similitud entre las condiciones imperantes el 26 de junio y la oportunidad que se ofreció 30 días antes; ni entre la significación de una derrota final para el enemigo y un avance limitado de 30 kilómetros.”

Luego el general pasa a analizar la debilidad del enemigo. Es contradictorio porque, de entrada reconoce que: “El soldado comunista chino es enemigo formidable como individuo, y ello es particularmente cierto de los veteranos de la guerra civil. Son duros y orgullosos, en su mayoría fanáticos y pelean hasta morir.”

Son unos soldados que pelean hasta morir, pero resulta que es porque son fanáticos. Y los yanquis que no serían fanáticos, ¿no pelean hasta morir? A la conciencia del otro le llama fanatismo. Si pelear por ideales es fanatismo, los yanquis, ¿no peleaban por ideales?

En tecnología militar las diferencias eran abismales a favor de EE.UU. pero en la guerra en última instancia definen los hombres. El elemento humano es determinante. Ahí estaba la diferencia, que en parte no quiere ver el general y que si veían en Washington, que temían empantanarse.

Si le creemos al general el valor  de los chinos superaba al de los norteamericanos cuando dice lleno de prejuicios:”La bravura y obediencia del ejército rojo es algo increíble y patético. Si se le ordena a un batallón que avance en línea recta hacia la boca de nuestros cañones, no se detendrá sino con el último cadáver que se desplome.”

Van Fleet se olvida de Normandía donde le toco estar. Ahí vale el heroísmo. En el fondo reconoce la superioridad del combatiente enemigo.

La táctica de ataque chino estaba fundamentalmente en función del elemento humano, dado la superioridad en casi todas las armas. Donde más emparejaban era en tierra y en artillería. Pero además tenían inferioridad en logística. El soldado norcoreano y chino no tenía ni chaleco blindado ni casco. Lleva el fusil cargado y un cinturón con 200 proyectiles adicionales. Llevan algunas granadas de mano que tienen la mitad de capacidad explosiva que las estadounidenses. Para potenciar el poder de fuego tiene que atacar con miles, que se organizan en grupos de tres.

La alimentación es una ración de arroz, trigo, mijo y cebada, todo mezclado y compactado dentro de un talego que se parece a un embutido, que rinde promedio para casi tres semanas.

El general dice:” El ejército rojo chino no tiene nada equivalente a nuestro Cuerpo Medico ni a nuestros puestos de primeros auxilios, ni a nuestros admirables hospitales de las zonas de tránsito.”

Con todas esas ventajas, no pudieron con los norcoreanos y chinos. Hasta del punto de vista de la movilidad y las tácticas militares parecería que los estadunidenses estaban mejor preparados.

¡Pero luego hay que “jugar el partido!

Van Fleet dice: “El primer error que cometimos en Corea y en Washington fue apreciar en más de lo justo el poderío de los ejércitos rojos chinos, que atacan con furia superior a sus medios de apoyo y refuerzos.”

¡Hasta con esas ventajas no pudieron! Como que le cuesta al general cuatro estrellas reconocer….

Maneja una serie de hipótesis que no se pudieron hacer por culpa de Washington.

Pero sí dice, que nunca dejaron de bombardear, dado que dominaban el aire.

“La Fuerza Aérea se ocupa en vigilar e interrumpir las otras vías de transporte en la Corea del Norte. Todos los puentes han sido destruidos, no una vez sino muchas. Hemos volado los rieles y las carreteras a intervalos de 100 metros. Hemos obstruido los túneles una y otra vez. Si no fuera por la densa concentración de pueblos que hay en los alrededores de las vías de transporte y por la paciencia de los orientales, nada se movería por allí. Pero los comunistas son habilísimos para reparar los daños que causamos. Cuando cortamos una vía férrea, todo el mundo en las poblaciones cercanas recibe orden de ponerse a trabajar. Las reparaciones se ejecutan a mano, en faena de toda la noche y el día siguiente, si fuere necesario.”

Es tan anticomunista que siguió sin comprender- por suerte- que estaban perdiendo la guerra, porque nacía como anticipo de Vietnam, la guerra de todo el pueblo. ¡El factor humano!, que trata de descalificar para justificar su primera gran derrota.

Y sigue reconociendo sin darse cuenta…: “Cuando obstruimos un túnel, acuden en masa y quitan las piedras una a una. Cuando volamos un puente, tienden otro de maderos. Cerca de Sinaju, donde la vía férrea troncal que va a Mukden cruza el Río Chongchou, se trabaja permanentemente en la construcción simultánea de 10 puentes de maderos, con la idea de tener siempre a la mano uno que pueda utilizarse.”

¡Pavadita de cuerpo de ingenieros! Lo mismo pasó en Vietnam  15 años después.

Pero él mismo lo dice, que bombardeaban todos los días, ¡todos los días! Lo que no dice es que bombardeaban las represas y mataron a miles  de coreanos que murieron ahogados. Después los yanquis dan cátedra sobre derechos humanos.

Y el general fracasado que sangra por la herida manifiesta: “En términos de alta estrategia, los comunistas tienen perdida la guerra de Corea, a menos que seamos lo suficientemente tontos para sacarles los pies del barro.”

Manifiesta sus desacuerdos con las conversaciones de tregua o armisticio como fue al final. Él es partidario de alcanzar una victoria militar. “La guerra es siempre costosa y lo mejor es terminarla cuanto antes.” Aquí radica el error estratégico de fondo de un país imperialista. Si la guerra se prolonga la pierden.

 

Pablo Reveca
Comunicador Uruguayo

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