El otro día, Jorge, un hermano de la vida, me dijo al ver un video en que decía “Prometo”: tenés que contarle “al Viejo”, al principio no lo sentía así, pero hace un tiempo que no te escribo nada, y me pareció que tenía razón, era suficientemente importante que vos y la vieja, supieran que dije algunas cosas que te involucran, como involucran a miles de compatriotas.
Algunas palabras, en medio de una pandemia que no tiene nada que ver con los pacientes con Poliomielitis que tuviste que atender, ni los esfuerzos por ayudar en la inundaciones del 59, que dejaron bajo agua a todas las quintas y terrenos bajos del barrio, cuando el sótano de la casa de Con Carrasco 4873 se llenó y tuvimos que poner todas cosas arriba del ropero.
Viejo, en el edificio en que en alguno de los despachos, tantas veces conversaste con el entrañable, “Ñato Enrique (Rodríguez), me tomaron la promesa de cumplir con la constitución y mantener el secreto sobre temas específicos que se discutan. Si el pasado 1 de junio, asumí como Senador de la República. Integré una lista, como vos lo hiciste para la Junta Departamental de Montevideo, la 1001, para las elecciones de 1962, cuando los años de ciudadanía legal te lo permitieron.
Esta oportunidad concreta se dio porque los compañeros Mario Bergara y Graciela Villar me dejaron su lugar para ingresar y recordar los acontecimientos del 20 de mayo y tu detención – desaparición..
Pero esto no hubiera sido posible, sin el esfuerzo un grupo de militantes de todas las horas, muchos de ellos que no te conocieron, a no ser por los recuerdos que se mantienen en el corazón de los vecinos, amigos. Su entrega permitió que la ciudadanía diera sus votos, casi 90 mil votos a Fuerza Renovadora, dentro Frente Amplio reunirá, las pasadas elecciones de octubre de 2019. Claro, sin tener la retaguardia de lo que es la familia, Esther y las tres nenas, ahora también Olivia, no hubiera sido posible.
Historias que merecen ser contadas y conocidas
Hay una parte de lo que dije en sala dije algo que quiero compartir contigo, porque son historias que creo merecen ser contadas y que vos las conozcas, pues parte de tu contemporaneidad tienen que ver con ellas “Por estos días, en que la pandemia devasta al mundo y también a nuestro país, surgen miles de historias, anécdotas del coraje, la valentía de nuestros compatriotas. Una de ellas se revive a través del relato de varios sobrevivientes de la tragedia de Los Andes. Estas historias no son las únicas que reflejan a “sobrevivientes”. Los que superaron la tortura y la cárcel, como los carnavaleros, actores, cantantes, periodistas que fueron capaces de superar las censuras para encender la razón y el corazón de los uruguayos también pueden y deben ser contadas. Como las de los familiares de presos políticos que tenían que sobreponerse a los vejámenes de todo tipo para visitar a sus seres queridos, los uruguayos que con luces apagadas caceroleaban atronadoramente para terminar con la dictadura. Son también “sobrevivientes” las y los jóvenes, que debían llevar su pollera ligeramente por sobre la rodilla o el bigote no por debajo de la comisura de los labios, o el pelo 2 centímetros por encima del cuello de la camisa, si querían ingresar al centro de estudios.”
Esto hechos a pocos días de cumplirse 48 años al triste 27 de junio de 1973, que culminó un proceso que concretó el Golpe de Estado y comienzo la de Huelga General en su contra. En ese marco también recuerdo la “ratonera” que montaron en casa, con toda la familia, hasta que “te presentaste”, te detuvieron y llevaron al cuartel del km 14 de Con Maldonado.
Hoy, también tenes que saber que en tú país, estamos llegando a los 5000 fallecidos desde el 13 de marzo del 2020. Seguro estarías orgulloso de formar parte de un colectivo de la ciencia y la salud, que ha dado muestras de compromiso, heroicidad y capacidad, como aquel piso 11 del Hospital de Clínicas, al cual ibas para compartir con el Prof. García Otero. Muchas de las muertes, como la de “El Giorgio”, un HERMANO de la vida, que seguro lo hubieras querido mucho, no necesariamente tendría que haber muerto por estos días, SOLO, como tristemente está ocurriendo.
Los “malla oro”
La apuesta para salir de la pandemia es a los “malla oro”, como la de aquel Vasco Etchevarne que me llevabas a ver en la llegada de la Vuelta Ciclista del Uruguay. Estos son otros malla oro, que por el momento, parece que van en el pelotón, pero no son parte de él, y que “nos salvaran” cuando pase la pandemia, aunque por el momento no parecen estar dispuestos a aportar, por ejemplo con parte de sus ingresos, ni siquiera extraordinarios como está pasando con los granos y la carne, que tiene precios internacionales, de los mas altos de los últimos años.
Carta de Benjamín Liberoff a su padre el Dr. Manuel, desaparecido en dictadura
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