Dato no mata relato

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Al ser humano lo han ido cercando. Un ser humano cercado y amenazado en animal se ha convertido. Sabemos que el animal así solo muerde o muestra sus colmillos.

El coronavirus existe. Las muertes existen. Las vacunas existen. En caso que puedas acceder te vas a salvar. Gracias al personal de salud. Gracias a la ciencia. Nunca dejaron de ser seres humanos.

En formato de catarata se manejó la información, la política y economía a nivel mundial. Las mismas fueron promotora neta y exagerada del funcionamiento neoliberal. Fue un relanzamiento de los valores de dicho sistema. Hubo guerras de tiempos y mercados entre las distintas empresas de vacunas. Luchas de bloques políticos y económicos por territorios para el acceso de las mismas. Pero en cantidad todavía son insuficientes. Las inversiones en salud fueron tímidas e inhumanas comparado al daño humano recibido. No por falta de capacidad si no por falta de moral y de ideología que hubiesen podido sumar y mejorar esta situación. Perdieron la oportunidad de ser seres humanos. Ganó la lógica. Ganó el mercado sobre la salud. China aprovechó y se enriqueció. ¡Paradoja!.

Como si fuese poco este animal enjaulado apenas abrió una veta se dieron como en bolsa. Tanto en Medio Oriente como ahora en las costillas de Europa. Repetida guerra que alcanza perjudicar al corazón del mundo. Es la guerra del poder contra el poder por el dinero y más poder pero nunca nada bueno por vos.

Nuevamente el ser humano más encerrado, más animal y menos humano. Cada vez más peligroso. Cada vez más reaccionario. De la derecha al autoritarismo vamos.

Nuevo impacto en la agenda mundial. Promueve otra vez de manera neta y exagerada el funcionamiento neoliberal y re-relanzamiento de dichos valores. Gana el egoísmo, la falta de empatía y solidaridad. Gana la ley de los que creen en el “orden divino” de los privilegiados sobre los marginados. Ganan los fuertes sobre los más débiles. La libertad se la prostituye, crece la destrucción, la miseria, la mierda y en un marco global se atenta a la democracia.

En RT el Presidente Putin es «Blanca Nieves». En los medios Occidentales E.E.UU y la OTAN son el “Papa y Alicia en el País de las Maravillas”. El mundo hoy no es democracia. Es más anacrónico, inseguro, conservador, violento y peligroso.

En América Latina como en cualquier parte del mundo ya no somos ajenos a los problemas ni a las modas. La cultura y medios de comunicación de la globalización ya nos envuelven a todos. El populismo con cierta sensibilidad social o no, avanza. Sabemos que estos cócteles de disfraz y política no conducen a nada bueno, solo al descreimiento, al mareo y a la histeria de los pueblos. Del populismo al autoritarismo vamos.

En Chile gracias a una fuerte tradición de izquierda y responsable se encendió una luz de esperanza con la asunción del nuevo presidente de izquierda Gabriel Boric. Ahora tiene que demostrar que puede gobernar en un sentido de izquierda y sin disfraz. Hay que apoyarlo y exigirle.

La izquierda a nivel nacional, regional y mundial además de reorganizarse se debe así mismo un debate que se centre en la cuestión ¿qué es ser de izquierda en un mundo de derecha?. Debemos debatir, sintetizar y bajar a tierra para llevarlo a la práctica y que no nos ganen las etiquetas. Sabemos que las etiquetas sin base sólida se vuelan con el viento y se pierden entre la anécdota y el frío.

En Uruguay actualmente tenemos un gobierno que dentro del espectro político histórico y actual es el lado más conservador. Es un gobierno liderado por el Herrerismo apoyado por la cúspide de Iglesia Católica y la corporación militar. El batllismo y wilsonismo solo aparecen para hacer un poco amigable la foto. En la coctelera está el Partido Independiente que de independiente no tiene nada. Además siempre fueron pequeños, centralistas y decidieron en las últimas elecciones no dar el salto cuando se asociaron a la Coalición Multicolor solamente para ser parte de un gobierno.

El Frente Amplio y la izquierda en Uruguay dejó de ser gobierno por varios motivos. Entre ellos el primero fue que la gente no los votó. ¿Por qué no los votó?.

Existieron errores y horrores individuales además de sectores partidarios que se apartaron de la ética política de valores bases de izquierda y de las leyes de la Justicia. Afectando a toda la política de izquierda por lo tanto a todo el Uruguay. Ahora como país lo estamos sufriendo.

Existió un manejo deliberado de los medios de comunicación liderado por el diario El País que indicaron el camino en una sola dirección. La dirección fue cambio de gobierno en favor de Lacalle Pou y su Coalición Multicolor.

Incapacidad total del Frente Amplio y su gobierno de comunicar adecuadamente la materialización de sus logros y virtudes políticas de gobierno.

Nos taparon de violencia. Violencia en la realidad y violencia en la información. La información estaba siempre presente en todos los informativos de la televisión. Sabemos que la violencia transita y es de interés de todas las capas sociales. Por más que la violencia que más la sufre son los más vulnerables, fue mayormente utilizada oportunamente por los poderes hegemónicos en favor de los réditos políticos de unos pocos. La violencia anula toda discusión que sea respecto a la construcción colectiva de la salud, educación, vivienda y recreación. Pero debemos aprender que sin salud, sin educación, sin vivienda y sin recreación que son los valores básico del ser humano moderno la violencia inevitablemente va a seguir existiendo.

La batalla hoy es cultural. Lo que la política y la economía no pudieron hacer para ese cambio de rumbo de este flechazo neoliberal de relanzamiento extremo debe ser la cultura. La locomotora de la política y economía es la cultura. Sin cultura que oxigene y de una alternativa a la pasión por el consumo ilimitado, al mercado ciego con el humano, a la industria militar, al histeriqueo o anulación de la democracia, al egoísmo, no cuidado del medio ambiente y a la falta de entendimiento entre las diferencias, mientras todo siga así, el mundo va a seguir siendo esto. Devoradores de nosotros mismos.

En Uruguay a corto plazo para detener este avance de retroceso y que el poderoso no sea más poderoso sobre los más débiles este 27 de marzo VOTEMOS SÍ. No seamos devoradores de nosotros mismos. VOTEMOS SÍ. Cambiemos la lógica. VOTEMOS SÍ.

 

Por Andrés Legnani

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