OTAN redobla su apuesta

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La cumbre de la OTAN en Vilnius el lunes 10 y martes 11 fue la formalización de un cambio cualitativo que favoreció la centralidad bélica de EEUU, no solo en el Norte de Europa sino también en el indo pacífico. El apoyo a la guerra de Ucrania continuará, y aun si ella no estuviera, “las rivalidades entre las grandes potencias están aumentando”, afirmó el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg en una columna en Foreign Affairs que precedió a la reunión.

La invasión de Ucrania en febrero 2022 fue, viene a saberse, un excelente motivo para este desarrollo. “Antes de la invasión rusa, afirma The Guardian, la alianza militar parecía haber perdido mucho de su propósito y buscaba desesperadamente relevancia. Ahora, gracias a la amenaza que representa el Kremlin, se ha revitalizado. La agenda está repleta y el objetivo es tratar de crear un terreno común y resolver los objetivos y deseos en conflicto de sus miembros, así como tomar decisiones clave sobre la guerra en Ucrania y redefinir cómo podría ser el futuro de una relación entre Rusia y la OTAN”. Esto alude a que al menos el 40% de los aliados europeos de EEUU no están convencidos de esta leía de acción, y siguen con dificultades para conciliar guerra con comercio.

Tal vez sea necesario recalcarlo: el futuro de la relación OTAN-Rusia se redefinirá , aparentemente no como consecuencia directa de la guerra de Ucrania. De hecho, Stoltenberg señala que esta nueva tesitura se viene gestando en la última década, y no como consecuencia de la invasión rusa de febrero 2022.

“Durante la última década, la OTAN ha implementado el mayor refuerzo de nuestra defensa colectiva en una generación. Hemos fortalecido nuestra presencia militar en Europa del Este y aumentado el gasto en defensa. Con la incorporación de Finlandia —y pronto la de Suecia—, la OTAN se hace más fuerte y más grande”, afirma Stoltenberg. Como ejemplo del ánimo belicista imperante, se señala que antes de esa formalidad, cuatro de los cinco países escandinavos –Noruega, Suecia, Dinamarca y Finlandia– pusieron a sus fuerzas aéreas bajo mando único, multiplicando así su capacidad,

Estuvieron esperando ese momento que les dio el Kremlin el 24 de febrero de 2022. “Durante la última década, la OTAN ha implementado el mayor refuerzo de nuestra defensa colectiva en una generación. Hemos fortalecido nuestra presencia militar en Europa del Este y aumentado el gasto en defensa”, informa Stoltenberg. El 2% del PBI que se había puesto como techo del aporte de cada país, ahora quiere ser el piso, aunque aun hay países que no llegaron a dedicar a lo militar el 2% de su PBI.

EEUU fue a esta reunión con dos preocupaciones: lograr el más pleno apoyo de sus socios europeos, que con optimismo sitúan en el 60% (la contradicción entre guerrear y comerciar con quienes se enfrentan está lejos de ser resuelta), y el compromiso efectivo de todos ellos en el apoyo material y sostenido a Ucrania. “Debemos continuar con este impulso y mantener nuestra fuerza y unidad. Espero que los aliados de la OTAN confirmen nuestro apoyo inquebrantable a Ucrania, continúen fortaleciendo nuestra propia defensa y aumenten nuestra cooperación con nuestros socios europeos y del Indo-Pacífico para defender el orden global basado en reglas.”

¿Indo-Pacífico? “La OTAN es una alianza regional de Europa y América del Norte, pero los desafíos que enfrentamos son globales. Por eso he invitado a los líderes de la Unión Europea y de nuestros socios del Indo-Pacífico, Australia, Japón, Nueva Zelanda y Corea del Sur, a unirse a nosotros en Vilnius”, señaló Stoltenberg,

Y respecto a Ucrania, la expectativa previa era que los miembros de la OTAN no establecieran condiciones previas claras para la membresía de Ucrania en la Alianza. Y así fue. El presidente ucraniano Volodimyr Zelensky se está quejando de eso, pero es de sentido común que si entra ahora, lleva al resto de la OTAN a entrar en guerra con Rusia, y esa no es la idea. En cambio, la idea no confesa pero obvia, es utilizar Ucrania como campo de experimentación militar y debilitar a Rusia para que deje de ser la superpotencia que es hoy. Y Rusia va destruyendo deliberadamente edificios civiles de Ukrania; materia ésta que debe ser objeto de otra nota.

Pero el amor que le juran a ucrania desde la OTAN es eterno: “Estamos comprometidos con Ucrania a largo plazo”. Y también: “Para fortalecer a Ucrania, acordaremos un paquete de apoyo de varios años en la cumbre de Vilnius. En lo que va del año, las promesas ya ascienden a más de $500 millones. Este paquete ayudará a Ucrania a reconstruir su sector de defensa y seguridad, para que pueda defenderse de nuevas agresiones. Garantizará que las fuerzas armadas ucranianas sean plenamente interoperables con las fuerzas de la OTAN”. Y la relación tendrá un aspecto formal importante: “En Vilnius mejoraremos nuestros lazos políticos organizando la primera reunión del nuevo Consejo OTAN-Ucrania , junto con el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky. Esta es una plataforma para decisiones y consultas de crisis, donde los aliados de la OTAN y Ucrania se sentarán como iguales para abordar las preocupaciones de seguridad compartidas”.

Las condiciones para la paz que define Stoltenberg son la cuadratura del círculo. “Si Rusia deja de luchar, habrá paz. Si Ucrania deja de luchar, dejará de existir como nación”. Y esa lucha no reconoce un punto intermedio: “Una paz justa no puede significar congelar el conflicto y aceptar un trato dictado por Rusia. Una paz falsa solo le daría tiempo a Moscú para reagruparse, rearmarse y atacar de nuevo. Debemos romper el ciclo de agresiones rusas, y la mejor manera de lograr mañana una paz duradera es apoyar a Ucrania”, define Stoltenberg.

 

 

 

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