La derecha argentina quiere sangre

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No vio mal el lector. La sefie es, efectivamente, de Javier Milei con Fernando André Sabag Montiel, el frustrado asesino de CFK. La publicó Irina Hauser en su libro Muerta o presa, La trama violentas detrás del atentado, tras encontrarla buceando en expedientes.

La conspiración va trepando en la escala de poder político de la derecha, y hoy llega a picar junto a la flamante secretaria de Seguridad Patricia Bullrich al involucrar a su mano derecha, Gerardo Milman, en el fallido atentado. De esto da cuenta Horacio Verbitsky en https://www.elcohetealaluna.com/la-hora-de-los-orcos/. El nombramiento de Bullrich, con el que Javier Milei selló la alianza entre las derechas argentinas y que Bullrich aceptó “por razones personales”, enfureció a Macri, en ese momento en el exterior; una acción sin duda peculiar de quien asumió la responsabilidad de ser la presidenta del PRO. Coincidieron en informar de todo esto La Nación y Clarín el viernes 24.

La trama del atentado, que investiga la jueza federal María Eugenia Capuchetti, no deja dudas de la decisión y programación del fallido atentado desde tres meses antes de su consumación el 1° de setiembre de 2022. La conclusión surge de los audios y chats en los celulares de los detenidos Brenda Uliarte, Fernando Sabag Montiel, Gabriel Carrizo y Agustina Díaz. Y en ese tiempo fue que se constituyen los grupos de choque Nación de Desamparados y Revolución Federal.

La actividad en las redes sociales también permite vincular a Brenda Uliarte con la agrupación Revolución Federal, que desde hace más de tres meses viene realizando actos de hostigamiento a funcionarios del gobierno nacional y explícitas amenazas de muerte. Son ellos los que colocaron horcas, guillotinas y bolsas mortuorias frente a la Casa de Gobierno, intimaron al Presidente Fernández a irse por las buenas, impidieron una conferencia de prensa en Olivos, golpearon la camioneta de Sergio Massa y arrojaron teas ardientes al interior del predio de la Casa Rosada.

Los defensores de Gabriel Carrizo son Gastón Marano, el asesor del senador del PRO Ignacio Torres en la comisión bicameral de fiscalización de los organismos de inteligencia, Brenda Salva, asesora de la diputada PRO Karina Bachey, y Fernando Sicilia, defensor del grupo Super Mario Bros de la AFI (Agencia Federal de Inteligencia) de Macrì.

Las reiteradas apariciones de Sabag Montiel y Uliarte en Crónica TV también ponen la atención en la panelista de esa señal, Delfina Meza Wagner, una influencer nacionalista de derecha que convocaba a las movilizaciones de Revolución Federal y de otro agrupamiento de similares características, que se presenta como Nación de Despojados y que surgió con pocos días de diferencia.

El clima de violencia política con la que la derecha se apresta a tomar el gobierno el 10 de diciembre se enrarece cada vez más, por decir lo menos. Una persona insta en las redes a los vecinos a hervir agua para arrojar desde balcones y terrazas, “porque si quieren caos, hay que darles caos”. El 23 de agosto la usuaria Libertad SOS Cuba anunciaba: «Se vienen tiempos violentos y hay que actuar«. Agregó haber hablado con la esposa de un militar retirado que estuvo en varias guerras, quien le dijo que “esto se resuelve con sangre«. Morel asiente: «Hay que matarlos, ma-tar-los«. Un tercero, @saveclocktower, lo cuestiona:

No hay que matarlos porque estos tipos lo que quieren ahora es otro Maximiliano Kosteki Darío Santillán, que terminaron teniendo el nombre de una estación.

Muy exaltado, Gastón Guerra replica: «Si no quieren eso, no mates dos, matá 100«. Guerra es uno de los revolucionarios federales que se fotografió en el departamento de la vecina, Ximena de Tezanos Pinto, a dos metros de Cristina.

En una entrevista en la radio Con Vos, Morel dice que con la política y la legalidad no se puede hacer nada, por lo cual recomienda organizarse para «prender fuego al país» y «matarlos a todos«. En su perfil, manifiesta su deseo de: «Bala a los kirchneristas«. El soldado voluntario del Ejército Franco Castelli, que el día anterior al atentado contra Cristina fue detenido luego de agredir con una llave inglesa a los militantes que la acompañaban frente a su departamento, le cuenta que en Santa Cruz suele cruzarse con Máximo Kirchner.

—¿Cómo no lo mataste? —le pregunta Morel.

En el chat del sábado 27 de agosto titulado «Amor en Recoleta», Morel también dice:

–Cuando el pueblo de tibios se organice van a tener muertos de verdad, no van a tener uno (…). Ponga a calentar una olla, señora, haga patria. ¡Por favor, pélalo como un chancho!

Sabrina Basile, hija del ex futbolista y entrenador Alfie, se hizo conocida cuando murió su madre. Negó la versión de que se había contagiado Covid-19 y atribuyó la causa de su muerte a que se había cerrado la importación de la droga que usaba. Además posteó en el chat de Revolución Federal: “Hay que hacerles frente porque a esta gente son como neo-montoneros (…), por eso estamos convocando para salir a la calle y que pase lo que pase”.

Hay más aportes al enrarecimiento del clima. El director de estrategia corporativa de la empresa constructora Grupo Chediek, Marco Chediek, propele amenazas y recomendaciones para que opositores que nombra, sobrevivan. Está en https://www.youtube.com/watch?v=9dY5q0qTQLE. Su amenaza, afirma Verbitsky, prefigura la coordinación de grupos de choque con fuerzas de seguridad. «La Policía no va a reprimir, va a dejar que las cosas sucedan como tienen que suceder, estás notificado«, dice Chediek. También aconseja llevar «chalecos, porque de este lado no hay balas de goma«.

Gerardo Milman, el segundo de Bullrich, hizo un pedido de informes el 18 de agosto que inevitablemente se relaciona –al menos como profético– con el atentado menos de dos semanas después: “No vaya a ser que algún vanguardista iluminado pretenda favorecer el clima de violencia que se está armando, con un falso ataque a la figura de Cristina, para victimizarla, sacarla de entre las cuerdas judiciales en las que se halla y no puede salir, y recrear un nuevo 17 de octubre que la reivindique ante sus seguidores”. La afirmación pública de Verbitsky de que Bullrich está implicada en el intento de asesinar a Cristina a través de su principal colaborador, no ha sido cuestionada.

Millman tenía apoyos expresos de nombres elocuentes para su pedido de informes. Cinco de ellos: Francisco Sánchez, el diputado de Juntos por el Cambio que pidió la pena de muerte para CFK; Pablo Torello, hermano del jefe de asesores de Macrì, José María Torello, en cuya oficina en la Casa Rosada atendía Fabián Rodríguez Simón, hoy refugiado en Punta del Este; Ingrid Jetter, a quien su secretaria Andrea Cappa Piazza denunció por exigirle la entrega del 75% de su sueldo, bajo amenaza de despido; Héctor Stefan, autor de un proyecto que elimina las indemnizaciones por despido y las reemplaza por un seguro temporario, otro que elimina los aportes sindicales de trabajadores no afiliados y uno de proscripción a dirigentes sindicales condenados por algún tribunal; y Alberto Asseff, firmante de un proyecto que anula todas las leyes que permitieron juzgar a los autores de Crímenes de Lesa Humanidad, porque los considera actos de guerra cometidos en derecho de represalia.

Luis Caputo, designado ministro de Economía y acompañante de Milei a EEUU, y la ya nombrada Bullrich tienen relación con los jóvenes revolucionarios federales. Afirma Verbitsky que la empresa familiar del anunciado ministro, Caputo Hermanos, financió al carpintero inexperiente Jonathan Morel para que fabricara guillotinas y teas que se usaron en protestas contra el gobierno saliente y se arrojaron, transgrediendo el perímetro de Casa Rosada.

En su nota «La conjura de los necios», Verbitsky cuenta que al producirse el atentado contra la vicepresidenta, el periodista Nicolás Baintrub llamó al carpintereo Jonathan Morel, sobre quien estaba preparando una nota. Su primera reacción fue lamentar que el asesino hubiera fallado.

Morel es un carpintero novel sin antecedentes de trabajos similares, al que Caputo Hermanos le compró mobiliario de lujo para un edificio en Vaca Muerta, a 1.200 kilómetros de distancia. El juez Marcelo Martínez de Giorgi quiso conocer detalles del negocio, y Caputo Hermanos respondió a través del abogado Matías Cúneo Libarona, hermano menor y abogado del estudio del designado ministro de Justicia de Milei, Mariano Cúneo Libarona.

Ante una consulta de El Cohete a la luna, Ximena de Tezanos Pinto, que vive en el piso inmediato superior al de Cristina, confirmó que Gastón Guerra estaba en su departamento y explicó que ella le alquila una habitación a la abogada Gladys Egui, que defiende al despojado en la causa que se inició por daños al auto de Sergio Massa y amenazas, por denuncia del periodista Lautaro Maislín.

Y HV publica esta foto, del torpe autor del atentado, aparentemente bajando por afuera al piso de CFK; https://www.elcohetealaluna.com/wp-content/uploads/2022/09/Trepado.jpg junto a un tweet con 129 «me gusta», que dice: «Y si no la llevan presa Que quilombo se va a armar. A (sic) no, así no era. Pensar que debajo de mis pies está la mafiosa más grande de la nación Argentina«. Y firman:#VanACorrer; #argentinasincristina; #antik; #bastadecorruptos; #CFKchorra; #cfkladronadelanacionargentina#cfkcorrupta; #cfkgolpista.

María Eugenia Talerico, una abonada a los seminarios en la Universidad de Miami que organiza el Comando Sur, anunció el uso del «Monopolio de la Fuerza en el marco del Estado de Derecho si quieren desestabilizar al Presidente elegido por el 55% de la ciudadanía. La designación de quien esté a cargo del Ministerio de Seguridad es estratégica. La coordinación de todas las fuerzas de seguridad y el acondicionamiento de Lugares de Detención será indispensable«. Talerico conoce bien la Unidad de Información Financiera (UIF): Macrì la designó como subdirectora, pero antes había actuado como abogada defensora de los directivos del banco HSBC investigados por lavado de dinero.

La relación de Talerico con Bullrich será, por lo tanto, estratégica. Y es en este clima que Patricia Bullrich asumirá la cartera de Seguridad. Antes de aceptar la cartera, Bullirch se nego a condenar el intento de asesinato de CFK ante lo que con la mayor sinceridad definió como los tres poderes de la República: la prensa, la Justicia y la oposición.

Su gestión necesitará de los dos primeros poderes para contener a la oposición que le presentarán políticos opositores, sí, pero fundamentalmente movimientos sociales y sindicales, espontáneos o no, motivados por la duplicación que promete Milei de sus penurias económicas. Hay especulaciones sobre el alcance y extensión de esa protesta en un país que parió un Cordobazo en mayo de 1969 y un Rosariazo en setiembre de 1970, y para enfrentar esa situación es que Bullrich quiso esa cartera en particular.

Cómo será exactamente no se sabe, pero sí se conoce que su gestión en esa cartera durante el gobierno de Macri fue cruenta. La Coordinadora Contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI) dio a conocer un informe que concluye que en los tres primeros años de gestión, el gobierno de Cambiemos fue el más represivo de los últimos 35 años.“Desde la asunción de Mauricio Macri contamos un muerto cada 21 horas, es decir que su gobierno registra más muertos que días de gestión”, señaló Ismael Jalil, abogado de CORREPI. Sólo en los últimos tres años las fuerzas de seguridad del Estado asesinaron a una persona cada 21 horas: 50 entre el 11 y el 31 de diciembre de 2015, 442 en 2016, 451 en 2017, 333 en 2018 y 401 entre el 1° de enero y el 15 de noviembre de 2019.

La violencia ejercida por el gobierno de Mauricio Macri fue una estrategia política, sostiene CORREPI. La entonces ministra de Seguridad, Patricia Bulrrich, reivindicó la represión, la mano dura de la policía (que propició el llamado “gatillo fácil”) y garantizó impunidad a los miembros de las fuerzas armadas que dispararon y asesinaron, incluso por la espalda como en el caso del joven de 21 años, Rafael Nahuel, el 25 de noviembre de 2017.

El rol de los medios de comunicación hegemónicos fue fundamental para encubrir los crímenes de Estado. La distorsión de la verdad estuvo a cargo de las grandes cadenas televisivas que se abocaron a invisibilizar a las víctimas, a tergiversar los hechos y a estigmatizar a quienes fueron hostigados o asesinados por la represión o en supuestas operaciones contra el delito, en las que los asesinados fueron siempre pobres, y que, en la mayoría de los casos, estaban desarmados y habían sido previamente reducidos por los efectivos de la policía. Mucho hace temer que la historia se repetirá, esta vez como una tragedia todavía mayor.

 

 

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