El Borracho caminaba con dificultad. El alcohol había hecho estragos en su equilibrio y en su humor. Dobló la esquina y tropezó con un hombre que caminaba apurado y que se lo llevó puesto. El borracho se enojó mucho y lo insultó con énfasis, el otro que tampoco estaba en un buen día, tuvo la oportunidad para canalizar su enojo y le pegó una tremenda trompada. El borracho cayó y el hombre dando rienda suelta a su furia siguió golpeándole. Más allá otro ciudadano, vio como le pegaba en el piso, se indignó por el abuso y sin mediar palabra lo golpeó de atrás. Un grupo de amigos, jóvenes, que acertaron pasar en el momento en que el tipo golpeaba desde atrás, se sintieron convocados por la injusticia se abalanzaron y armaron una batahola donde poco importó quien golpeaba a quien……
Como un juego podría sumarle personajes y golpes a la situación y el borracho del inicio del relato quedaría olvidado.
Al Frente lo dividieron…. un golpe de Estado… el/la presidente/a debe ser independiente… nos ahogamos en un vaso de agua…., el presidente/a debe ser de dedicación exclusiva; que lo elija el plenario, que sea un congreso, elecciones abiertas, abiertas pero no tanto. Finalmente humo blanco, habemus elecciones en mayo.
A veces pienso que abusamos de la unidad como si fuera un haz de luz divino que nos bendice y nos inmuniza de cualquier cosa. Todos podemos invocarla cada vez que nos parezca y que al citarla nos cubre con su manto de cualquier cosa.
Sería bueno recordar el camino que nos hizo arribar al Frente Amplio. Todos los sectores y partidos que lo integraron, algunos con recorridos históricos, pudieron comprobar que solos no se puede llevar adelante objetivos sociales progresistas, de izquierda, de equidad o como se le llame. Quizás se pueda hasta llegar a la conclusión que una experiencia como la nuestra solo es posible en un lugar pequeño y con la singularidad de Uruguay. Lo cierto es que sin el FRENTE, otro gallo cantaría y estoy seguro que no sería cantos favorables al campo popular. Al Frente no le sobra nadie, nos necesitamos todos y quienes ofician de referentes o dirigentes o con medios como para amplificar su voz deben obrar con responsabilidad.
Estamos transitando el sexto mes del nuevo gobierno, la ley de presupuesto aún no ha sido aprobada. Se acaba de realizar un paro general muy significativo, el presupuesto para educación y los contenidos del área están en debate. El ministro de defensa fue cuestionado. El TISA, tratado que el gobierno está discutiendo y era desconocido por la mayoría, integra la agenda. La gestión de los Entes es cuestionada, vuelve al tapete la reforma de la Constitución. En fin, una agenda política que podría ser enriquecida por mas temas, sin embargo los mismos líderes que como referentes de sector, gobierno o partido, discuten, opinan y adoptan decisiones sin embargo cuando tienen que ejercer su condición de frenteamplistas transforman a la fuerza política en una caja de resonancia de nuestras diferencias y disputas. De nada vale que más de un millón de votos los haya posicionado. Sin el menor criterio nos vimos sometidos a un conflicto casi de principios sobre el nombre de la presidencia y su rol.
Parece absurdo pero el FA, que nació diverso, que nació con un paciente y gran “consensuador” como Seregni de líder, esté sometido a la acefalía porque “lo acordado” debe respetarse. Resulta que tampoco nos pusimos de acuerdo con lo acordado y nos precipitamos a terminar con la única presidencia votada por decenas de miles de votos, como si eso no fuera una “gran acuerdo de voluntades”.
¿Qué de sustancial nos dejó la decisión de ir a elecciones en mayo?, ¿qué de diferente hubiera tenido votar en mayo y hasta entonces mantener a Xavier?, ¿cuánto de políticamente real incide este hecho en la agenda del país? El mensaje que damos es que las personalidades llámese Tabaré, Astori, Mujica, tienen el patrimonio de la decisión de los grandes temas y las correlaciones de fuerza que se agrupen detrás de cada quien definirán el rumbo con un énfasis u otro, pero que el FA, como tal poco tiene para hacer al respecto.
No hay que buscar mucho en el tiempo. Todo sector o partido que se fue del Frente Amplio poco pudo hacer o trascender. Los ejemplos son innumerables, quizás alguien esté tentado en hacer implotar al Frente y provocar una gran ruptura. Para eso hay que estar loco si se es de izquierda o simplemente ser de derecha.
Es el momento en el que todos los sectores del Frente deben imaginar gestos y acciones que nos encuentren. Plataformas de acuerdos programáticos y rumbos políticos concretos por los cuales podamos avanzar en una sociedad más democrática y equitativa, si esto no sucediera deberíamos concluir que el Frente como experiencia política está agotado. ¿Lo está? Que no nos vaya a suceder como con Mónica, sacamos una presidenta sin saber cómo sustituirla. Si destruimos al Frente… ¿a dónde vamos?
Por Walter Martinez
Columnista uruguayo
La ONDA digital Nº 732 (Síganos en Twitter y facebook)
(Síganos en Twitter y Facebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA
Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.