Solidaridad omitida. Por muchos días y hasta semanas la vereda de la Escuela Brasil en Pocitos permanece sucia. Niños y ancianos que se resbalan en las hojas muertas y excrementos de perro no parecen sensibilizar a nadie. Que no barran los funcionarios no es lo más grave, es que padres y vecinos no protesten! Entregué un escobillón al cuida coches de la cuadra al que sugerí limpiar su lugar y la vereda. Desapareció junto al escobillón. Toda solidaridad está omitida.
Simultáneamente, asistimos al uso indebido y banal del vocablo que nos define como uruguayos. Veamos un par de ejemplos:
El Fondo de Solidaridad
En el contexto en que fue creado, a los universitarios del interior-entre los que me cuento- se les hacía muy difícil vivir en la capital y estudiar. Su finalidad; becas para esos estudiantes, era loable, pero hoy está desvirtuada con el 75 % de beneficiarios de Montevideo. También el adicional para mantenimiento edilicio impuesto años más tarde dejó de tener sentido con el monto actual del Presupuesto Nacional que toca a la Universidad. Sin embargo, sigue vigente y el organismo creado, alimentándose a sí mismo, recauda coercitivamente ese impuesto, financiando atrasos al borde de la usura, mercantilizando la verdadera solidaridad, voluntaria, que los profesionales ejercen mediante honorarios sin cargo en múltiples situaciones de su carrera. Está usurpando un principio ético inherente a quienes somos beneficiarios de la educación pública y, lo que no es menor, usando el nombre del mismo.
Las operaciones a miles de compatriotas y deuda de Cuba con Uruguay. En una escala mayor, de país a país, la extraordinaria acción solidaria es presentada como una transacción mercantil. Quien entre nosotros tuvo la idea de condonar la deuda, jamás debió fundar su iniciativa en la retribución por los servicios médicos que Cuba prestó. Si no lo hizo, debió hacerlo saber por todos los medios, defendiendo el referido principio que destaca a esa nación hermana y para no traicionar del vocablo, su profundo, humano significado. Todo esto en un contexto de historias difundidas por los medios en que la propia acepción de traición es desvirtuada. La historia personal de un protagonista histórico, contada por el mismo se asemeja a una serie estadounidense en la que nada es lo que parece y es normal que todos entre sí se traicionen! Estas precisiones me parecen oportunas para adoptar una postura justa en la situación actual sobre las reivindicaciones gremiales ante la definición del Presupuesto Nacional
Sin embargo
Puedo apreciar ejemplos en que la solidaridad se mantiene como el que por estos días resulta de la ayuda a damnificados por las inundaciones. Aunque habrán notado que el mayor porcentaje de ayuda es ropa, mayoritariamente usada, donación que implica un escaso compromiso pero satisfacción de conciencia….Por algo tienen que pedir que no manden más.
Otros, como la ayuda en medicamentos para el niño Santiago, son consecuentes, resguardan los valores que la sociedad uruguaya detenta y tenemos la obligación, con el ejemplo pero también con el lenguaje, de preservar.
Arq. Luis Fabre
luisfabre@gmail.com
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