La antropóloga forense Alicia Lusiardo reveló que existieron actividades de inteligencia y contrainteligencia de retirados durante las búsquedas de detenidos desaparecidos en terreno militar o contiguo a bases militares.
Durante las excavaciones hubo actividades por parte de un retirado militar para desviar los trabajos hacia otra zona y recoger información, informó Luisiardo y publica Caras y Caretas. El hallazgo de los restos de Amelia Sanjurjo, en julio 2024, dio lugar a un llamativo mensaje que circuló entre los retirados militares.
El mensaje vía WhatsApp era del presidente del Centro Militar, coronel retirado Carlos Silva, y decía: “Los restos batallón 14, fueron plantados y va a resultar que es la nuera de montonero Gelman, el resultado del ADN ya lo tienen arreglado, con la partida de defunción de la 
mujer pueden reclamar los 20 millones de dólares que están en Suiza, producto del secuestro de los hermanos Born. La culpa la tiene el cagón y traidor de Fregossi, que mandó sacar las cámaras que había para controlar que no nos cagaran”. Gerardo Fregossi fue Comandante en jefe del Ejército de Uruguay desde marzo 2020 a enero 2023.
Agrega Caras y Caretas que El mensaje, que luego fue confirmado por otros grupos de retirados militares, abrió varias interrogantes y algunas certezas. La primera, que afirmar que los restos pertenecían a María Claudia García era una evidente maniobra de distracción, confirmando que los restos hallados pertenecían a una detenida desaparecida y no una civil cualquiera. La preocupación por el retiro de las cámaras, fundamentando que para los retirados era una garantía de que no se iban a “plantar” restos humanos, los obligaba a tener que exponer gente en los trabajos de excavación con el objetivo de ver cómo iba la búsqueda y, de ser posible, desinformar.
La información abre la conjetura de que quien fuera a controlar dónde estaban excavando debe saber la localización, cuanto menos aproximada, de cuerpos enterrados. O sea, militares actualmente vivos saben de lugares de enterramiento clandestino. Y además, no sería posible que militares retirados realicen tareas de inteligencia y desinformación en territorio militar sin conocimiento de la inteligencia de Ejército.
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