La campaña trae consigo proposiciones varias, pero sólo algunas explican en qué contexto se pueden instrumentar. Es omisión corriente la integralidad y complejidad de la sociedad en que se actúa y las causas de sus necesidades. Otra es los tiempos necesarios para completar los objetivos prometidos. En mi caso, esa percepción proviene de una extensa participación en los temas urbano-sociales unida a la de mi profesión y trabajo en viviendas. Mi interés dada la vocación que traía del pueblo se nutrió en la Facultad con el colega Juan Pablo Terra y el sociólogo Álvaro Portillo.
Muchos años después participé en la Comisión Nacional de Programa del Frente Amplio en tanto, contratado por una empresa extranjera, los encargos de viviendas pasaban de decenas a centenares. Conocí desde el primer quinquenio frenteamplista una extendida acción combinada y descentralizada sobre el territorio, operando desde la Intendencia y el Ministerio de Vivienda, con foco en los asentamientos informales. Allí comencé a escribir en algunos medios de aquí y Argentina, desde hace quince años, publicar una columna en laondadigital. Simultáneamente, una de los seis arquitectos en la familia, ejerce su profesión en el PIAI desde la Intendencia de Montevideo, donde fusionan habitar social y vivienda regularizando asentamientos informales. La buena experiencia integral sobre objetivos sociales y físicos amerita una intervención ampliada por la situación habitacional del presente. Y, no obstante, dados los resultados visibles que trascienden a la vida de los usuarios, proseguir la metodología en determinados colectivos ciudadanos y vecinales.
Un abordaje integral
Según la teoría, se retroalimentan entre sí los subsistemas de uno mayor. En nuestro planeta tierra funciona entre la flora y la fauna con los medios como la tierra, el agua y la atmósfera. Ha sido así durante millones de años hasta que la raza humana ocasionó la descomunal distorsión que llamamos “cambio climático”. Culpables del mismo, al menos tentamos frenar el proceso destinando residuos del consumo a reutilizarse, lo que llaman “Economía circular” siendo una tarea que asumen las intendencias. He cuestionado este proceder con el esencial argumento de evitar, no generar residuos.
Las viviendas no son residuos a descartar
Debe considerarse la reutilización de edificaciones para el habitar humano y, en primer lugar, la vivienda. Sin embargo, según los datos, buena parte de las viviendas que se deshabitan no son reutilizadas. La mayoría por condiciones físicas y legales que pueden ser superadas. Financieramente con préstamos de bajo interés para recuperación de edificaciones de valor patrimonial y extendidos a determinadas viviendas, agregando exoneraciones y financiación de regularizaciones imprescindibles para su ocupación. Estas últimas con gestiones profesionales de Agrimensores, Arquitectos y Escribanos mediante facilidades acordadas desde esos gremios. Y si el arriendo es el objetivo, debería conllevar la obligación de un porcentaje para satisfacer estos créditos.
El deber institucional
Aun respetando derechos de propiedad, las leyes priman el interés general mediante la expropiación, ejercida por Gobierno nacional o Departamental. Hace muchos años que la situación habitacional interpela a ambos.
Promesas personales
Las ideas reseñadas son parciales en un accionar sistémico donde todo tiene que ver con todo por lo que procuraré ampliar la visión más allá del evento electoral.
Arq. ® Luis Fabre
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