/ Una invasión constructiva sobre la ciudad es visible en toda ella. La Ley de promoción incita a desarrolladores e inversores a ocupar espacios en lugares tradicionales y otros no tanto. Un doble análisis sobre la oferta y demanda comienza en las motivaciones y propósitos de los protagonistas.
La oferta:
La construcción privada tuvo un incremento apoyado por la Ley de promoción que exonera impositivamente a Empresas hasta por diez años. Ese y otros beneficios no se reflejan en los precios al cliente que crecen con independencia de los índices referencia a los costos de construcción. Y el otro insumo esencial, la tierra. también crece.
Contrariamente a los que postulan defensores del libre mercado, la mayor oferta en propiedades no hace bajar los precios. Tomando al dólar como referencia intemporal en las décadas del 80 y 90 construimos a U$S 500 el m2 de vivienda tradicional. Hoy los valores no bajan de 1500. Simultáneamente, los consumidores acumulan ahorros y antecedentes para obtener créditos en su adquisición. Para muchos ni siquiera juntos alcanzan a cubrir los valores que fija el sector privado. Sobrevalorados, los inversores prefieren obtener mayores porcentajes sobre la inversión y el lucro que satisfacer la demanda. Los precios no se rebajan, aunque muchas unidades, no obstante estar terminadas, demoran su compra-venta. En todo caso las arriendan para solventar gastos comunes e impuestos a viviendas vacías. Esta situación debería sostener la demanda de alquileres con apoyo desde el Estado neutralizando requisitos de la LUC.
La demanda:
Las unidades nuevas arrendadas conllevan beneficios indirectos sobre la urbe dado que la desocupación de viviendas con menores valores de renta habilita otros usuarios. Y, generalizando, satisface nuevas formas de vida en la sociedad movilizada sobre el planeta. Porque nuevas generaciones ya son ”ciudadanos del mundo” y la mutación y dispersión del trabajo junto a la globalización de comunicaciones y transportes, producen un renovado nomadismo y habitar cualquier lugar. Se acabó el sueño de la casa propia y para varias generaciones en un mismo lugar, incluso en nuestro país. En el mejor de los casos, sin alterar el derecho a la misma, la vivienda debe tener a la vez valor de uso y valor de cambio.
Incidencia en la ciudad y el territorio
De este fenómeno de promocionada urbanización se desprenden incidencias desapercibidas en el contexto físico sobre el cual interactúan edificaciones y grupos humanos_ considerando la ciudad como un sistema vivo_.
La creación de ciudad es colectiva y atemporal, producto de muchas generaciones en el tiempo histórico. La intromisión no regulada de edificaciones con diseños actuales y mayores alturas, altera la morfología original, intrínseca al valor patrimonial y sus habitantes y, por extensión, la identidad y pertenencia al barrio, esencial componente de la capital. Agrego, como arquitecto, el anonimato de su diseño ahora apropiado por las Empresas.
El rol del turismo
Hace años que adjudico al turismo su papel en la integración social entre los pueblos. La movilidad y comunicación global habilita notablemente este objetivo. Sin embargo, la inmediatez en los tiempos de permanencia obliga a una percepción fugaz resignada a la gastronomía y estética de paisajes naturales y urbanos depositarios de su historia en cada lugar y su gente. Esa historia se refleja en sus construcciones y es por eso que deben mantenerse y en los espacios originales.
La urbanización del territorio
La invasión no es sólo sobre la ciudad, sobre el territorio lidera la ocupación habitacional que ya no se vincula al uso productivo del mismo. Y amplía los servicios esenciales agregados a infraestructuras viales hasta la saturación en la red caminera.
Simultáneamente la capital policéntrica se transformó en metrópolis con ciudades, centros administrativos y comerciales, barrios abiertos y cerrados dispersos que obligan a una gobernanza coordinada, con reglas equitativas y contribuciones afines.
Daños colaterales
- Costos indirectos al medio ambiente: la construcción genera polución sobre tierra y agua, gases nocivos a la atmósfera y gasto de energías no renovables.
- b) gentrificación y decadencia social barrial. La apropiación habitacional por grupos más pudientes incluye usos y costumbres fuera del contexto barrial, afectándolo.
- la degradación patrimonial, ya denunciada y comentada en esta campaña me exime de mayores comentarios.
- actividades comerciales en la burbuja inmobiliaria análogas a pirámides Ponzi.
Lo que se puede esperar
Aunque ninguno de los candidatos remite su discurso a las acciones y sus consecuencias en el contexto del sistema actual – neo liberalismo o neocapitalismo-las instituciones del Estado tienen la potencial capacidad de intervenir. En nuestro país, los organismos centrales de gobierno y las intendencias pueden focalizarse en desarrollos inmobiliarios tanto como en la compra-venta, usufructo y alquileres de tierras y edificaciones incluyendo las infraestructuras y servicios urbanos y rurales. Prefiero a los gobernantes que controlen, regulen y habiliten acciones sobre lo escrito.
Por Luis Fabre
(Síganos en Twitter y Facebook)
INGRESE AQUÍ POR MÁS CONTENIDOS EN PORTADA
Las notas aquí firmadas reflejan exclusivamente la opinión de los autores.
Otros artículos del mismo autor: