/ Este jueves 22 de mayo se llevó a cabo la apertura del XV Congreso Ordinario del PIT-CNT en las instalaciones del Palacio Peñarol. Bajo la consigna “Por los cambios necesarios para la vida de las grandes mayorías”, el Congreso se extenderá hasta el sábado 24. Esta instancia representa una oportunidad para reafirmar el compromiso de la clase trabajadora con la defensa de los derechos de las y los trabajadores, la democracia y la justicia social.
La apertura del Congreso de la central sindical estuvo a cargo del presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, quien manifestó su alegría por la realización del encuentro. “Estoy convencido de que la clase trabajadora, organizada en sus distintos destacamentos y abarcando todo el mundo del trabajo, está presente en el ámbito supremo de nuestra democracia sindical para definir cuestiones muy importantes”, expresó.
“Nos encontramos aquí, compañeras y compañeros del quehacer educativo, así como trabajadoras y trabajadores de los entes del Estado y de nuestras empresas públicas, que no solo desempeñan su labor con la conciencia de brindar servicios fundamentales a la población, sino también con la convicción de que el capital social acumulado por nuestro país -los entes del Estado y nuestras empresas públicas- puede ser, si se gestiona con ese propósito, la locomotora de la transformación productiva del Uruguay”, afirmó Abdala.
El foco está en el programa, no en las internas. “Muchas veces, desde fuera de nuestro movimiento, se intenta poner el foco en cuestiones accesorias: cómo se elige la Mesa Representativa, qué número va a tener, si se llegará a un acuerdo o habrá elecciones. Son temas importantes, sí, pero no son el centro del debate”.
El presidente de la central obrera se refirió a las trabajadoras y los trabajadores de la industria manufacturera, del comercio, de los servicios, del sistema financiero, así como los asalariados rurales, es decir, el amplio, diverso pero único conjunto de la clase trabajadora organizada. “Nos reunimos con el objetivo de debatir, intercambiar ideas y polemizar. Este Congreso es una instancia para manifestar la diversidad de nuestros puntos de partida, que surgen de las condiciones materiales de nuestras vidas y del mundo del trabajo en el que estamos insertos, pero también de las distintas formas de concebir la acción del movimiento sindical”.
“Se trata de un proceso profundamente humano, en el que se confrontan ideas y visiones, pero siempre desde el respeto a las personas. Es un ejercicio donde el aporte individual, desde la exposición de ideas, busca confluir en un esfuerzo colectivo de síntesis superior, capaz de amalgamar las distintas posiciones en un crisol que potencie y fortalezca la acción de la clase trabajadora organizada”, dijo.
Más adelante, Abdala destacó que es “central y vertebral”, que el Congreso Nacional Ordinario del PIT-CNT “se desarrolle con una clase trabajadora organizada rodeada de hermanos y hermanas del movimiento obrero internacional”.
“Nos acompañan Miguel Ángel Ruiz, de la Central de Nicaragua; René Vicente, de la CTB de Brasil; Quintino Severo, secretario general de la Coordinadora de Centrales Sindicales; Edson Vicalo, de Fuerza Sindical de Brasil; Endika Pérez, de LAV del País Vasco; Joseba Villarreal, de ELA; Tito Nena, de la CTA de los Trabajadores de Argentina; y Carlos Díaz, de la CTA Autónoma de Argentina. También están presentes los compañeros del gremio judicial de la República Argentina, además de los secretariados profesionales: Lucía Lindner, de UNI; DörteWollrad, de la FES; Cícero Pereira, de la CSA; y João José Goularte, de ACTRAB-OIT”, enumeró.
“Esto no es diplomacia ni un intento de quedar bien. Es que, en el plano individual, nadie se salva solo. Por eso, la organización sindical. En el plano nacional, nadie se salva sin la unidad de las organizaciones sindicales, por eso el PIT-CNT.Y en el plano internacional, en este mundo tan injusto y arbitrario, tampoco se salva nadie sin el internacionalismo proletario, sin la unidad y la solidaridad en la lucha concreta del movimiento obrero internacional, que llevamos en nuestras entrañas. Sin exclusiones, con todos nuestros hermanos y hermanas de clase a nivel mundial”, expresó Abdala.
Abdala subrayó una presencia que consideró una cuestión de principios: “Nos acompaña en este Congreso nuestro compañero Antonio Pardo, embajador de la Revolución Cubana en nuestro país. Una vez más, el movimiento obrero y popular expresará su solidaridad con la Revolución Cubana, su repudio al bloqueo asesino, y -como está en nuestra estructura genética- volveremos a decir, para que se escuche fuerte: ¡Cuba sí, yanquis no! Unidad de los pueblos y gobiernos de nuestra América Latina, por la pública felicidad. ¡Viva la Revolución Cubana!”.
El dirigente sindical destacó también la participación en el Congreso de compañeras y compañeros provenientes del quehacer legislativo, así como de referentes que hasta hace poco integraban la dirección de distintos sindicatos y comisiones, y que hoy desempeñan otras tareas, pero mantienen intacto su compromiso de clase y su identidad como parte de la clase trabajadora.
“Nos acompañan nuestra compañera Sol Mareiro, nuestros compañeros Daniel Diverio, Óscar Andrade, Fernando Pereira, nuestra compañera Elbia Pereira, así como otros compañeros y compañeras como Daisy Iglesias, Julio Mazzoni, la Federación de Estudiantes Universitarios (FEUU), y compañeras y compañeros como Natalia Carrau, de Redes – Amigos de la Tierra; el Inspector General de Trabajo, Luis Puig; Lucía Lindner, directora de UNI Cuidados & MEI; representantes de FUCVAM; y de nuestra Asociación de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos. Todos ellos y ellas representan un compromiso vertebral con la democracia, hasta sus últimas consecuencias, por verdad, por justicia y por el ‘nunca más al terrorismo de Estado’”, detalló.
Abdala remarcó el vínculo histórico del movimiento sindical con la lucha por los derechos humanos. “Estamos tan imbricados, tan unidos, que muchos de ellos y ellas son parte de este Congreso, de nuestro movimiento obrero. Porque, en definitiva, nuestros desaparecidos son culpables… culpables de soñar, de luchar en defensa de la democracia, culpables de pensar y de querer construir una sociedad mejor, un mundo más justo, donde el ser humano no sea el lobo del ser humano, donde hombres y mujeres no sean explotados por otros hombres y mujeres. Una sociedad más justa, más humana, más democrática y solidaria”.
Con referencia a la reciente 30ª Marcha del Silencio, reafirmó el compromiso del movimiento sindical. “En ese abrazo colectivo decimos, una vez más: Verdad y justicia, nunca más dictadura. Nuestro compromiso es permanente, por verdad y justicia. Para que aparezcan todos, para que se cumplan los compromisos asumidos, para que se diga la verdad. Hasta que no quede uno solo, hasta que nuestro pueblo sepa dónde están y qué pasó. Porque, como nos recuerda cada 20 de mayo la marcha, hay que saber cumplir”.
Hizo un especial destaque a la representación del Poder Ejecutivo, a través del ministro de Trabajo y Seguridad Social, Juan Castillo; del subsecretario, Hugo Barreto; y de otras autoridades de la secretaría de Estado. “Naturalmente, en la relación laboral hay encuentros y desencuentros, pero reconocemos gestos democráticos, actitudes de apertura al diálogo y, por supuesto, esperamos también señales concretas de impulso a transformaciones profundas en favor de la clase obrera”, afirmó.
Por otro lado, Abdala sostuvo que las categorías de análisis y las perspectivas del Congreso están a disposición de todas y todos, pero siempre con un profundo sentido de clase. “Es una forma profunda de organización de la democracia -expresó- porque el pleno del Congreso en el que estamos ahora no comienza recién a debatir tal o cual cuestión. Aquí se procesará una síntesis prácticamente del mundo de la vida de nuestra clase trabajadora: de sus sueños, esperanzas, luchas, decepciones y perspectivas, construidas desde el XIV Congreso hasta hoy, en el marco del trabajo y la lucha, en ese proceso constante de producir toda la riqueza de la sociedad”.
“Como bien sabemos, el Congreso expresa una síntesis dialéctica de múltiples espacios de discusión: las asambleas en los lugares de trabajo, los plenarios de delegadas y delegados, las reuniones de dirección, las conversaciones entre compañeras y compañeros de distintas filiales, las reflexiones de las corrientes, los acuerdos en la Mesa Representativa, la movilización, la ocupación del lugar de trabajo y el diálogo para buscar soluciones. Todo eso se amalgama y se pone a disposición de quienes participan, delegadas y delegados que han venido procesando esta construcción en el seno del movimiento obrero, y que ahora debemos sintetizar”, planteó.
El mundo de la atrocidad
“Queridas compañeras y compañeros: Cuánta responsabilidad política de clase tenemos en este XV Congreso Nacional, en un mundo atravesado por atrocidades y transformaciones profundas. Estamos viviendo una transición, un verdadero cambio de época. La principal potencia económica, política, ideológica, cultural y militar del planeta -los Estados Unidos- ha ingresado desde hace algunos años en un lento pero inexorable proceso de declive. Al mismo tiempo, observamos el ascenso de nuevos actores con aspiraciones de peso en el siglo XXI: Rusia, India, China y, potencialmente, Brasil”, dijo.
Agregó que cuando el “imperialismo dominante” entra en decadencia y emergen nuevas potencias, el escenario internacional se vuelve extremadamente complejo y peligroso. “Medidas impensables hace dos décadas han sido adoptadas por líderes como Donald Trump, quien impuso aranceles para proteger la producción nacional. Paradójicamente, los campeones históricos del liberalismo económico -los mismos que construyeron un orden global a su imagen y semejanza- se ven ahora obligados a tomar decisiones proteccionistas. No es un signo de fortaleza, sino de debilidad. Es el manotazo de ahogado en los estertores del dominio imperial norteamericano”.
Añadió que el ascenso de China es un ejemplo evidente de este reordenamiento global. “Ya en 2014 superó al G7 en producción manufacturera, y en 2024 su Producto Bruto Interno industrial fue superior al de todo el G7. Este tipo de cambios estructurales generan guerras comerciales, confrontaciones políticas y -como si fuesen placas tectónicas en colisión- derivan en conflictos armados abiertos, descarados y peligrosos”.
Por eso, el movimiento obrero internacional reclama paz. “En la guerra impulsada por la OTAN -porque no es Ucrania, es la OTAN enfrentando a Rusia- exigimos paz. Condenamos todas las formas de terrorismo, venga de donde venga, y reclamamos la devolución de los rehenes en Israel. Pero al mismo tiempo, denunciamos el genocidio del pueblo palestino a manos del Estado de Israel, conducido por una extrema derecha que actúa con impunidad”.
“Reiteramos, entonces, la necesidad de un nuevo orden internacional más justo, más democrático, sin desigualdades. Y es en América Latina donde estas contradicciones podrían, en lugar de ser una amenaza, representar una oportunidad para avanzar en una integración profunda, una integración productiva que nos permita ser un actor relevante en el escenario global. Lamentablemente, desde 2014 a la fecha, nuestro continente, aún profundamente dependiente de las materias primas y sus precios, ha mostrado un crecimiento económico exiguo, casi reptante, con un aumento promedio del PBI de apenas 0,8% anual”, lamentó Abdala.
La responsabilidad histórica del Congreso
“Cuando hablamos de la responsabilidad política de clase, no podemos obviar la debilidad y la falta de gravitación que hoy tienen los grandes movimientos de masas internacionales. Nos falta una perspectiva que tome el toro por las astas y coloque, con fuerza democrática y de masas, la bandera de la superación de las relaciones capitalistas de producción”, dijo Abdala.
«En este contexto de contradicciones profundas, ante la bancarrota de la socialdemocracia europea y los límites y rendimientos decrecientes de los progresismos en nuestra América Latina, la extrema derecha se erige como síntesis de esta barbarie global. Lo vemos con claridad en Europa con el auge del neo nazismo, y lo vemos también en nuestra región. Este XV Congreso del PIT-CNT tiene, por tanto, una responsabilidad histórica. Porque lo que está en juego es la suerte de nuestros pueblos. Cuando nuestras sociedades depositan sus esperanzas de cambio en una elección política y esa esperanza se frustra, se abre la puerta a la reacción. Lo vimos en Brasil: ante las dificultades del gobierno de Dilma Rousseff, llegó Michel Temer y luego Jair Bolsonaro. Lo vimos también -y lo decimos con respeto- en nuestra hermana República Argentina, donde las expectativas generadas por el gobierno de Alberto Fernández terminaron en una frustración que habilitó el ascenso de una extrema derecha brutal”.
No hipotecar el futuro
“Si no avanzamos en trabajo de calidad, si no aumentamos la participación de la masa salarial en el Producto Bruto Interno, si no erradicamos la pobreza infantil, si no cambiamos el sistema de seguridad social, si no impulsamos un presupuesto participativo con protagonismo de los trabajadores, si no promovemos la reducción de la jornada laboral sin reducción salarial, la vivienda, la salud y la educación como derechos universales… entonces, compañeras y compañeros, estaremos hipotecando el futuro”, alertó Abdala
Dijo que el riesgo es que, entre 2030 y 2035, la clase trabajadora deba enfrentar el ajuste de cuentas de las clases dominantes bajo un gobierno aún más a la derecha que el que el padecido entre 2020 y 2025.
“Por eso, este Congreso tiene que ser de unidad. Pero no una unidad abstracta: unidad basada en el respeto entre compañeras y compañeros, en el respeto a las filiales, en el abrazo fraterno al debate de ideas, con el horizonte de alcanzar una síntesis superior”.
Abdala dijo que también debe ser un Congreso de “elaboración”, porque las ideas construidas hasta ahora no alcanzan. “Vivimos en un mundo mucho más complejo. Tenemos que ajustar nuestras formas de organización, de pensamiento, de acción, de comunicación, para que nuestro pueblo no reniegue de lo colectivo, de lo político, ni de la participación en las organizaciones de clase”, sostuvo.
“Necesitamos un Congreso de elaboración, pero también de programa, porque ese es el corazón, la columna vertebral del acuerdo sin exclusiones que ha sostenido históricamente al PIT-CNT. Sabemos que nuestra matriz productiva, dependiente de los commodities y de los recursos naturales, encierra en cada ciclo de crecimiento el germen de la próxima caída. Y cada caída trae aparejado un ajuste contra los derechos y los ingresos de la clase trabajadora”, advirtió el presidente de la central obrera.
“Por eso, si siempre hacemos lo mismo, y esa matriz no garantiza el buen vivir de tres millones y medio de uruguayos, entonces hay que cambiar. Si durante cuatro de los últimos cinco años cayó la participación de la masa salarial en el PBI, si creció la pobreza -en particular la infantil-, si seguimos con altos niveles de informalidad, especialmente al norte del Río Negro, si el desempleo juvenil y el desempleo femenino siguen siendo tan altos, entonces necesitamos una nueva agenda”, planteó.
Por ello aseguró que el Congreso debe apuntar al centro de los debates. “A un programa transformador, a una estrategia nacional de desarrollo que diversifique la matriz productiva, que fortalezca la planificación estatal, que promueva otro tipo de gestión para las empresas públicas, que recupere la política industrial, que regule de forma distinta el mundo del trabajo”.
“Necesitamos propuestas concretas, que la ley de insolvencia patronal permita efectivamente que las y los trabajadores cobren sus créditos laborales cuando una empresa cierra. Que se legisle claramente que los trabajadores de aplicaciones son trabajadores dependientes, sujetos de obligaciones, pero también de derechos. Necesitamos una ley de reducción de la jornada laboral que transforme la organización del trabajo, que permita una nueva distribución de la riqueza y profundice la democracia”, propuso.
El foco está en el programa, no en las internas. “Muchas veces, desde fuera de nuestro movimiento, se intenta poner el foco en cuestiones accesorias: cómo se elige la Mesa Representativa, qué número va a tener, si se llegará a un acuerdo o habrá elecciones. Son temas importantes, sí, pero no son el centro del debate”.
“Para nosotros, lo fundamental es que este Congreso es ya una victoria. Porque hay un acuerdo en la visión programática. Porque tenemos aportes estratégicos para la lucha por ese programa. Porque hay ideas claras para fortalecer la organización, la comunicación, las finanzas, y sobre todo la formación sindical e ideológica de nuestros compañeros y compañeras”, manifestó.
“El centro de nuestras preocupaciones parte de una base sólida de acuerdos que seguiremos enriqueciendo. Será la sabiduría colectiva de este Congreso la que defina cuál es la dirección que encabezará las luchas y bajo qué condiciones transpira este Congreso. Y es nuestra convicción ética, política e ideológica de clase no venir aquí a sacar nada, sino a aportar donde sea necesario. Donde el movimiento obrero lo indique, ahí estaremos para impulsar la lucha de la clase trabajadora por sus reivindicaciones inmediatas, por su programa y por su liberación de la explotación capitalista”, dijo Abdala.
“Por eso, nos deseamos colectivamente un Congreso de unidad, un Congreso de elaboración, un Congreso de programa y, sobre todo, un Congreso de lucha y de victoria. Porque la inteligencia colectiva es superior a la individual. Porque aquí está representado el mundo del trabajo, que alza la bandera de construir una sociedad donde se pueda vivir felizmente del trabajo digno y de calidad.Insistimos en una estrategia nacional de desarrollo, en un verdadero diálogo social con participación activa del pueblo trabajador. Porque la clase trabajadora debe ser el sujeto histórico principal de los cambios que nuestras compañeras, compañeros y el pueblo todo necesitan y merecen. ¡Vivan todas las filiales presentes en nuestro XV Congreso Nacional Ordinario!¡Viva la unidad sagrada de nuestro PIT-CNT!”, sentenció.
Fuente Web del PIT-CNT
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