Un día tendrá que llegar en que todas las naciones del mundo declaren como delito per se a la guerra, y delincuente a todo aquel que fabrique armas de cualquier clase, cuanto más si son, como se llama ahora, de “destrucción masiva”.
La fabricación de armas no puede llamarse industria, como se la llama hoy porque industria significa construcción, producción de bienes, y las armas son males.
La guerra es una rémora en el avance de la humanidad, si después de milenios de existencia, los humanos todavía no hemos sido capaces de llegar a esta conclusión y actuar en consecuencia, es que estamos peor que en la edad de piedra.
Los recientes atentados de la semana pasada en París afectan sobremanera a España, en concreto a Madrid donde se ha extremado la vigilancia en carreteras, ferrocarriles y aeropuertos, así como en las fronteras, para prevenirlos y evitarlos. Por Ramón Hdez de Ávila. Leer más aquí
Evidentemente si un individuo, presidente de un país se compra un avión de guerra “morrocotudo”, no es para ponerlo de adorno, sino para usarlo, de tal manera que necesita un enemigo, y si no lo tiene se lo inventa.
El señor Hollande, y quien le siga, es un fantoche en manos del poder más abyecto y criminal, cuales son los fabricantes de armas. Mandar esos monstruos a bombardear una población indefensa es un crimen de lesa humanidad por el cual deber ser juzgado y condenado, y el país que apoya su actuación ni tiene igualdad, ni tiene fraternidad, ni mucho menos tiene libertad, pero sí tiene un cacao mental que no le permite ver que la violencia engendra violencia, injusticia y desastre. Todos los civiles indefensos que van a morir en Siria y los que ya han muerto son víctimas inocentes de los delirios de grandeza de este espécimen con cara de queso y cerebro de mosca, que quiere matar mosquitos a cañonazos.
Todos esos jovencitos inocentes que han muerto en este atentado, y me refiero tanto a los niños de la discoteca como a los niños árabes que se han inmolado, son víctimas de nuestro fracaso como adultos por no saber instrumentar un sistema de convivencia pacifica e inteligente; les llamo “niños”, porque a mis 67 años toda la juventud es infancia.
Apelo a todos los que lean esta reflexión a que se opongan a cualquier clase de respuesta violenta y armada a los acontecimientos de estos últimos días en Francia, y reclamen y exijan una respuesta de diálogo y diplomacia; de lo contrario, nos podríamos encontrar en la misma situación que en las dos guerras mundiales con el consiguiente resultado desastroso que todos conocemos. O aún peor, habida cuenta de que las armas de hoy son millones de veces mas mortíferas y perniciosas que las de entonces. Si a los franceses les queda algo de cordura, reclamarán inmediatamente a su presidente que desista de la venganza y apueste por el dialogo, porque responder a la violencia con más violencia es una actitud estúpidamente suicida. Aquellos que se inmolan en la yihad ya no tienen nada que perder porque la avaricia occidental y su estupidez, al convertir el petróleo en la base de la economía mundial, no tiene limites.
Por otra parte, quién le ha dicho a ud. Monsieur Hollande que mantuvo durante tiempo, hasta hace pocos años, como colonia francesa a Argel, por ejemplo, ocupada por la fuerza, porque le interesaba llevarse su combustible, que los árabes son sus enemigos. ¿No los convertirá la nación francesa en enemigos como cuando la “batalla de Argel”? Ha bombardeado Siria antes, como reprimió a los argelinos en su casa, y ahora llama criminales a estos otros, que yo no justifico, pero entiendo, pues no tienen nada que perder, porque usted, su gobierno, y la diosa economía de occidente les ha quitado todo. ¿Son enemigos porque se rebelan como lo hicieron hace unos años sus hermanos en Argelia?
Responder a la violencia con más violencia, aparte de un error, es una estupidez; está usted escupiendo para arriba, y ya sabe lo que ocurre, el escupitajo le caerá encima. Pobre pueblo francés, qué poca cabeza ha demostrado al elegir semejante descerebrado para manejar sus destinos. No debe olvidar que los grandes imperios, los grandes ejércitos, sucumbieron a las razzias, los pequeños ataques, lo que se ha llamado la “guerra de guerrillas”, desde el imperio romano, a Napoleón, por hablar de un paisano suyo.
Sólo espero que los mandatarios españoles tengan más cabeza y se desmarquen de la violencia, aboguen por el dialogo y la diplomacia, y busquen las soluciones pacificas, si no, esto puede ser terrible y serán directamente responsables de una tragedia inadmisible para este pueblo que no se lo merece. En cuanto al pueblo francés, sería interesante que se plantearan sustituir inmediatamente a ese descerebrado por alguien más inteligente o por lo menos astuto, antes de que esto vaya a peor.
¿Es que no ha tenido suficiente con lo ocurrido en la discoteca, que va Vd a por más? Señor cara de queso, ¿no será un rehén de la industria armamentística que lo ha puesto ahí?
Pueblo francés, menos marsellesa, y más cabeza. Esta respuesta estúpida de su presidente lo único que puede acarrear es una tragedia de insospechadas consecuencias y mayor locura, en el mundo árabe y en el mudo europeo. Digo todo esto desde el cariño más sincero a ese país tan hermoso que es Francia.
“Adiós a las armas”
En la declaración de la renta, por lo menos aquí en España, se nos pregunta si queremos que nuestros impuestos vayan para la iglesia, o para ayudas sociales; desde ahora me gustaría que me pregunten si quiero que mis impuestos vayan para financiar ejércitos y armamentos, porque quiero decir que ¡¡¡¡¡ NO!!!!!
Necesitamos policías que dirijan el trafico, pongan orden civil, y persigan ladrones ya que ya sabemos que entre los humanos hay muchos amigos de lo ajeno, pero siempre seria interesante que, al igual que los policías londinenses, no lleven armas, sino solamente el persuasivo bastón.
Hubo una vez un presidente de los EE.UU. que dijo una frase memorable pero olvidada, ¨armas, ni las oficiales”, se llamaba Clinton, en aquellas épocas, este presidente se reunió con Yasser Araffat, e Isaac Rabin, es decir, Norteamericanos, Árabes y Judíos para tratar de conseguir la paz en esa zona tan castigada, hablar de entendimiento, de acuerdos para la paz y el desarrollo de los pueblos. Clinton se salvó por gracia divina, supongo, porque Rabin y Araffat fueron asesinados… Hay quien, por lo visto, no quiere paz, sino que esas zonas sigan en conflicto.
Es imprescindible volver a establecer un diálogo para la paz, declarar ilegal la industria armamentística, y sustituir el petróleo por energías alternativas, como la eólica o hidráulica, habida cuenta que en el fondo de estas confrontaciones está el pernicioso petróleo, base de la economía mundial, y que casualmente se encuentra en países musulmanes, de donde arranca todo el conflicto. Los países europeos necesitan el petróleo para mover sus automóviles, y se lo expolian a los árabes que lo tienen; éstos no se quieren dejar expoliar, y reaccionan como pueden. Total, que todo se reduce al despropósito de utilizar un detritus que en su inteligencia la naturaleza se empeña en esconder, por ser altamente contaminante y pernicioso para el planeta.
Así las cosas, vean ustedes, gobernantes y empresarios, sobre la falacia en la que se asienta la diosa economía mundial actual, y a causa de esta estupidez, se desata toda esta violencia absurda y sangrienta que cuesta vidas inocentes en todas partes.
Es necesario sentarse a dialogar, abandonar la industria armamentística, que esos aviones impresionantes que ahora se utilizan para la guerra, se reconviertan en aviones de pasajeros, para que las personas de todo el mundo puedan interrelacionarse e intercambiar usos y costumbres, tan diversas como diversos son los seres humanos.
Es necesario establecer un sistema justo de reparto de las riquezas, los recursos y los adelantos a los que ha llegado la humanidad, para que todos disfrutemos de los mismos bienes y de un sistema de vida justo y equitativo.
No podemos seguir viviendo en un mundo en el que unos pocos lo tienen todo y unos muchos nada tienen; hasta ahora esta forma de vida lo único que ha dado como resultado es dolor, tragedia, y desesperación. ¿Podemos decir, realmente que los humanos somos “vida inteligente”?
Podrán llamarme ilusa, simplista, tonta, por perseguir semejante utopía, pero no me importa; esta utopía es la que quiero dejar a nuestros pequeños nietos como herencia. A lo mejor, si muchos abuelos hacemos lo mismo, sí habremos contribuido a cambiar el mundo.
¡Gentes del mundo, abandonad las armas y empuñad los arados! No podemos seguir contaminando el aire que respiramos, el agua que bebemos, y la tierra que nos da de comer. Espero que monsieur haga honor al título y ordene a sus aviones regresar, y que todos los actores de esta tragedia se sienten a dialogar, la única forma de solucionar los conflictos y los problemas, si realmente queremos hacer honor a la palabra “civilizados”.
Es necesario que usted comprenda que este atentado es una respuesta a los bombardeos anteriores, y que si su respuesta es más bombardeos, habrá más atentados, y obrando así, producto de la rabia e indignación, y no de la razón, sabe Dios hasta dónde se puede llegar. Si no desiste usted de esa estúpida actitud, sepa que usted, como mandatario del mundo supuestamente civilizado, es responsable directo de las muertes ya producidas y de las que se puedan producir por su imprudente proceder.
Ahora invito a todos los que lean esto a que adopten el lema: “armas no, guerras no, en la tierra paz a los hombres que ama el señor”.
Por Inés Iovanetti
Escritora y Periodista
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